El Principado de Liechtenstein es uno de los países más pequeños del mundo y el cuarto de Europa, por detrás del Vaticano, Mónaco y San Marino, su extensión es de 170 kilómetros cuadrados y su población de unos 37 mil habitantes de los cuales unos 5000 viven en su capital, Vaduz. Geográficamente casi todo el país forma parte de los Alpes centrales, con altitudes que van de los 1.800 a los 2.600 metros, y el resto del país se encuentra en la llanura fluvial del Rin. Su clima es continental con veranos suaves e inviernos fríos; comparte fronteras con Suiza y Austria. Su idioma es el alemán y la moneda el franco suizo, gozando de un altísimo nivel de vida y considerado como un paraíso fiscal.
Liechtenstein es el único estado superviviente del Sacro Imperio Germánico ya que los ducados de Schellenberg y de Vaduz se integraron en él en el siglo X, tendremos que avanzar al siglo XV, en 1434, cuando ambos ducados se unen y se fijaron las fronteras actuales del país. En 1669 comienza el gobierno la casa de Liechtenstein y en 1719 se convierte en principado adoptando el nombre de los príncipes reinantes. Desde este momento comienzan alianzas con la Confederación Germánica o con el Imperio Austro-Húngaro. La plena independencia la logra en 1866 con un sistema de de gobierno de Monarquía Parlamentaria. Tras la primera Guerra Mundial forma una unión aduanera con Suiza, 1923, que aún hoy mantiene. Fue admitido por las Naciones Unidas en 1990.
Dos curiosidades mencionaremos de este país: la primera es que fue uno de los países que más tarde concedieron el voto a la mujer en todo su territorio fue en 1986 y la segunda es que está considerado como el primer país del mundo en abolir la pena de muerte en 1798.
Vaduz, la capital de Liechtenstein, en imágenes
En dos ocasiones he visitado este pequeño país y su capital, Vaduz. La primera fue en el año 2001 en una ruta por Suiza, Alemania y Austria. La segunda en 2021 en la ruta del viaje realizada en agosto que he llamado "Cinco fronteras, dos óperas y seis lugares Unesco: Ruta de un viaje de verano 2021". En ambas ocasiones fue al inicio de la tarde y a pesar de ser agosto, no había absolutamente nadie por las calles y todo estaba cerrado, con lo que solo pudimos hacer un paseo por las dos calles principales de la ciudad, como marca este mapa.
En lo alto de la montaña se encuentra el Castillo, residencia del príncipe gobernante, dominando la ciudad; no es posible visitarlo pero se puede acceder a él por una elevadísima cuesta desde donde se deben obtener unas vistas increíbles de la ciudad. Éste está documentado desde el siglo XIV pero lo que vemos hoy es una reconstrucción de 1905 en un estilo fiel al del siglo XVI.
La Catedral de San Florin de Vaduz, es un gran edificio neogótico construido en 1868 en el que destaca su gran torre, pero no podemos visitar su interior por estar cerrada. Se tiene noticias de que este lugar existió una iglesia desde el siglo XIV.
Junto a la catedral se encuentra el bonito Edificio del Gobierno (Regierung) de estilo barroco, de principios del siglo XX, muy al estilo de los palacios italianos. Durante años compartieron edificio el gobierno y la sede del parlamento, pero a finales del siglo XX se decidió crear un nuevo edificio.
El nuevo Parlamento se encuentra continuación del edificio de Gobierno con el que está conectado. Fue creado por el arquitecto alemán Hansjörg Göritz entre el año 2000 y el 2008 cuando se inaugura, no exento de polémica en este pequeño país. Por la foto juzgáis vosotros mismos.
Museo Nacional y Museo Postal, en el primero se custodia y muestra la colección de arte de los príncipes y en el segundo se cuenta la historia del correo y la filatelia del principado.
Frente a estos el Kunstmuseum o Museo de arte contemporáneo, un espectacular cubo negro que contiene una gran arte contemporáneo; como sigue siendo habitual en el recorrido está cerrado.
Pero sin lugar a dudas Vaduz en sus dos calles peatonales parece un museo al aire libre de esculturas, que se pueden disfrutar mientras paseas en la más absoluta soledad porque no había nadie.
En la misma calle el Rathaus o Ayuntamiento, presidida su entrada por un gran conjunto escultórico. Junto a él nos encontramos una gran Plaza donde habían montado unas casetas con hamacas, arena y sombrillas imitando una playa. Por supuesto que no había nadie, bueno sí, una señora que fue la única que vimos. Sinceramente no sé si me gustaría vivir en un lugar con esa apariencia de perfección y sin un alma en la calle en pleno verano a las siete de la tarde, no quiero pensar cómo estará esta ciudad nevada y a menos veinte grados en invierno y con 5 o 6 horas de luz.
En el recorrido de esta pequeñísima capital también vimos gran cantidad de tiendas de modas, joyerías y sobre todo bancos. Algo que ratifica que aquí se mueve mucho dinero y es que Liechtenstein está considerado como un paraíso fiscal siendo el país con menos deuda pública del mundo.
Y hasta aquí la visita al Principado de Liechtenstein, un país que puede ser visitado en una ruta por la zona pero que no merece una visita expresamente a él, esta es mi modesta opinión.
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