Urueña es Conjunto Histórico Artístico desde 1975, la primera Villa del Libro de España desde 2007 y uno de los Pueblos más Bonitos de España. Con esta carta de presentación no podíamos dejar de visitar esta población asentada en los Montes Torozos, tierra cargada de historia, en nuestro paso de tres días por la provincia de Valladolid. Llegamos a este bello pueblo amurallado desde el Monasterio Cisterciense de la Santa Espina.
Los primeros asentamientos documentados es de un pueblo prerromano, los Vacceos, y que dieron el nombre a la localidad, Uru Anna, ya que Urueña se identifica con la lengua hablada por éstos y según los historiadores significa "agua que fluye" o “agua que mana”.
Importante fue su ubicación en lo alto de los montes Torozos que la convirtieron en un mirador excepcional para avistar al enemigo y determinó en la Edad Media que perteneciera al Reino de León y en otras ocasiones al Reino de Castilla. Fue una población de frontera y de ahí que la dotaran de un recinto amurallado que mandó construir Doña Sancha. A partir del siglo XVI Urueña fue un priorato de la Orden de Calatrava, primera Orden Militar de España, muy ligada a los territorios de la Mancha, El yacimiento de Calatrava la Vieja o el Castillo de Calatrava la Nueva, de la que os hemos hablado en varios relatos y que podéis leer en Viajes en Castilla-La Mancha; con la presencia de los calatravos en la zona llegó a tener varios monasterios y ermitas, así como tres iglesias de las que hoy queda una. En el siglo XIX comienza su declive pero se ha conservado un rico testimonio de su glorioso pasado que nos enamoró en cuanto empezamos a recorrerla.
En el siguiente mapa podéis consultar la ubicación de las calles y lugares más importantes de esta pequeña población que en la actualidad cuenta con unos 200 habitantes.
Aparcamos nuestro coche en un aparcamiento situado junto a la muralla y accedimos a la localidad por la PUERTA DEL AZOGUE, situada al norte de la localidad. Ésta tiene un arco de medio punto y está flanqueada por dos cubos creando un pasillo defensivo que protegió a la villa de incursiones exteriores.
Lo primero que nos topamos fue con la robusta IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL AZOGUE, única iglesia que se conserva hoy en la localidad. Estaba cerrada, por lo que no pudimos ver su Cristo de la escuela de Gregorio Fernández, pero sí vimos su exterior de origen renacentista, conservando una cabecera gótica de la iglesia anterior. El nombre tradicional lo recibe por su cercanía a la Puerta del Azogue, aunque su nombre es Iglesia de la Asunción.
Tomamos la Calle Real, que cruza la villa y unía las dos puertas de la muralla, llegando a la plaza donde se ubica el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo. Nos informaron de maravilla, nos dieron un mapa, nos recomendaron que fuéramos a comer porque en esas fechas había pocos restaurantes abiertos y había dos grupos visitando la localidad.
A esas horas, casi las dos de la tarde, museos y librerías estaban cerradas así pues fuimos obedientes y decidimos comer. Buscando dos de los restaurantes que habíamos seleccionado pasamos por la Calle Catahuevos y como nos encantó el nombre pues aquí está la fotografía, tal vez vosotros seáis muy listo pero tras la lectura del texto tuvimos que buscar qué eran los "recoveros" .
Tras la buena comida en el restaurante Los Lagares, emprendimos un recorrido por algunas zonas de la muralla que nos regaló unas imágenes espectaculares del valle, la primavera era incipiente todavía pero los campos de Castilla eran dignos de admirar.
Como ya dijimos más arriba; Urueña fue una ciudad de frontera y las MURALLAS eran un elemento defensivo imprescindible, en la actualidad se conserva un ochenta por ciento de las que se levantaron entre los siglo XII y XIII por Doña Sancha. Éstas se levantaron sobre la antigua cerca romana y se articuló la villa en torno a una calle que unió sus dos únicas puertas, la del Azogue y la de la villa.
Y en este recinto medieval, formando parte de las murallas no podía faltar el CASTILLO, levantado a principios del siglo XI sobre una antigua fortificación romana. El punto de unión con las murallas es por un cubo enorme llamado Torreón de Doña Urraca; también cuenta con la Torre del Homenaje y hoy tan solo se conservan los muros exteriores.
Terminado el paseo por sus murallas volvimos a adentrarnos en la villa para ver si encontrábamos alguna librería abierta de las diez que se encuentran en ella. Urueña es también conocida como “LA VILLA DEL LIBRO”, la primera en España, siendo una iniciativa cultural y de desarrollo turístico y económico por iniciativa de la Diputación provincial de Valladolid en 2007.
Según la Diputación “este proyecto cultural está inspirado en otras villas del libro existentes en Europa: Hay-on-way, en el País de Gales -la más antigua-, Redu en Bélgica, Montolieu en Francia, Bredevooort en Holanda... El denominador común de todas ellas es la dinamización económica, cultural y turística a partir de la recuperación de los espacios públicos como lugares de compraventa de libros y la celebración de eventos culturales ligados a la literatura”.
Magníficas iniciativas para volver a dar vida a pueblos cargados de historia y patrimonio que son amenazados por la despoblación; un recurso similar y magnífico conocimos hace poco en Morón de Almazán con un magnífico Museo del Traje popular, lo podéis leer en Morón de Almazán (Soria). Sorpresa castellana en Castilla y León.
No encontramos ninguna de sus librerías abiertas pero si pudimos comprobar las hermosas fachadas de muchas de ellas con referencias literarias, tendremos que volver en otras fechas más cercanas al día del libro y conocer esta iniciativa esté en plena actividad. Además de librerías el proyecto cuenta con el Centro e-Lea Miguel Delibes y el Museo del Cuento.
Volvimos al coche encantados de nuestra visita y fuimos a visitar otra joya en las afueras de Urueña que es uno de los pocos ejemplos de románico-lombardo: la ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ANUNCIADA.
Y nuevamente nos encontramos como precursora de esta joya a Doña Sancha, hermana del rey Alfonso VII de León, y considerada como una verdadera reina aunque no pasó de ser infanta. Pues bien, esta gran artífice de muchas de las joyas de los Montes Torozos, mandó construir sobre la antigua iglesia mozárabe de San Pedro de Cubillas, la ermita de la que estamos hablando que hoy guarda la patrona de Urueña. No está muy claro por qué eligió un estilo tan muy peculiar, el románico lombardo, que se estaba desarrollando en esos momentos en el reino de Aragón y en la zona del Condado de Cataluña. Algunos historiadores piensan que fue para reconocer un matrimonio entre un conde de Urgel y la hija de un noble de la zona. En cualquier caso aquí permanece esta hermosa ermita de estilo románico lombardo desde el siglo XII en que se levantó.
Y como ocurre frecuentemente en Castilla y León, aunque el cartel decía que estaba abierta nos la encontramos totalmente cerrada. ¿La causa?, pues ni idea pero suponemos que falta de personal.
Aquí terminaba nuestro paso por Urueña, una bella villa que os recomendamos que visitéis.
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