Más que nada fue la curiosidad lo que nos llevó a visitar el pueblo medieval de Sveti Stefan, o más bien el complejo turístico de Sveti Stefan, ya que es una propiedad privada solo accesible para los clientes (exclusivos) que se alojan allí. Lo sabíamos de antemano y no nos pilló de sorpresa, aún así se trataba de conocer uno de los rincones más bellos de toda la costa de Montenegro y teníamos que conseguir una foto con el pueblo como fondo.
Se encuentra a escasos 10 kilómetros de Budva y con el GPS y las indicaciones no es difícil llegar, excepto en el último tramo, en el que las indicaciones se lee "Hotel Sveti Stefan" y hay que pasar una puerta con verja. No sabíamos muy bien si el camino era privado o de libre acceso, por lo que hasta que no preguntamos a un par de lugareños no nos atrevimos a seguir.
No hay problema para continuar, seguimos durante un par de kilómetros la carretera, con una valla a nuestra derecha que impide cualquier entrada, además de estar vigilada constantemente por personal de seguridad. Nos dimos cuenta de que en algo tiene que revertir los casi 1.000€ por noche que cuesta la habitación más barata del complejo.
Las vistas son increíbles, primero se asciende y se puede avistar Budva y después se baja hasta llegar a la entrada del complejo. Hay muchos coches aparcados en el arcén, pues no hay parking, solo unas 6 plazas (ocupadas) al lado del mirador y las escaleras que bajan a la playa pública. Sí, hay una playa pública al lado del complejo que se extiende hacia el sur del pueblo y que, sin duda, es una de las más bonitas del Adriático, porque permite contemplar la belleza de Sveti Stefan desde el agua, a muy pocos metros. La playa es de piedras y guijarros, como casi todas las adriáticas, pero el agua es fresca y cristalina.
Sveti Stefan es una pequeña villa amurallada que se adentra en el Adriático y que solo está comunicada con tierra firme a través de un estrecho istmo. Un pueblo fortificado que data del siglo XV, un encantador refugio junto al mar que combina calles empedradas, patios sombreados y techos de tejas rojas de 600 años de antigüedad con una playa privada de arena rosada y que ha sido restaurado prácticamente a mano.
Actualmente no se puede acceder al pueblo, porque pertenece en su totalidad a un lujoso complejo hotelero. Solo hay 50 exclusivas habitaciones que podéis observar o reservar, si podéis, pinchando AQUÍ
Nosotros no pudimos hacer otra cosa que aparcar en doble fila y hacer señas al personal de seguridad de que haríamos unas cuantas fotos y nos iríamos. Como ni siquiera se dignaron en respondernos, sacamos las cámaras y empezamos a hacer fotos antes de que alguien nos llamara la atención.
Si queréis conocer este lugar, lo mejor sería ir temprano por la mañana, para dejar el coche cerca y bajar hasta la playa, bien para bañarse o simplemente hacer fotos, porque por la tarde el sol se sitúa de frente, impidiendo sacar buenas fotos.
Bien, ya teníamos nuestro recuerdo y nos montamos en nuestro coche para seguir nuestro recorrido, pero nos íbamos a encontrar con una grata sorpresa...
A poco más de 2 kilómetros se encuentra en el margen derecho de la carretera E-80 en dirección sur un extraordinario mirador desde donde se pueden obtener las mejores vistas de Sveti Stefan.
Así que si solo queréis tener un recuerdo de esta isla, basta con que paréis aquí, que es el sitio desde donde mejor se ve y a ser posible por la mañana, cuando el sol lo tengáis de espaldas. Y para que conozcáis el origen de este encantador pueblo, leed lo siguiente (obtenido del blog www.montenegropulse.com):
En el siglo XV, los turcos otomanos salieron a conquistar las costas del mar Adriático y llegaron a Budva, con intención de conquistar a continuación Kotor. Los lugareños se enteraron de los planes y fueron por un atajo hasta Kotor para ayudar a sus vecinos, consiguiendo ganar la batalla.
Pero no solo ganaron a los turcos si no que se quedaron con el botín que llevaban en sus barcos. Con ese oro decidieron construir una ciudad fortificada en un pequeño islote que contara con una iglesia dedicada a San Esteban (de ahí el nombre) y una casa para cada una de las 12 tribus locales que intervinieron en la batalla.
En 1954, sin embargo, solo quedaban ya 20 personas viviendo en el islote. Era la época de Tito que mandó renovarlo y convertirlo en hotel. Se abrió en 1960 y rápidamente se convirtió en el lugar favorito de las estrellas y la realeza de los 60 como Sophia Loren, Doris Day, Marilyn Monroe y la Princesa Margarita. Más adelante, Durante la disolución de Yugoslavia en la decada del 2.000 hubo otro período de declive y se arrendó finalmente a Aman Resorts. Hoy en día, es frecuentado también por muchas celebrities, y aquí fue donde no hace mucho se casó el tenista serbio Novak Djokovic.
Pues con esto, tenéis toda la información sobre una de las estampas más bellas y conocidas de Montenegro. Nosotros, después de comprar un par de botellas de agua en el chiringuito que hay en mirador seguimos nuestra ruta.
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