Monfragüe es uno de los quince Parques Nacionales de España situado en la provincia de Cáceres en Extremadura, entre los municipios de Plasencia, Trujillo y Navalmoral de la Mata. Abarca una superficie de unas 116 mil hectáreas y en su área de influencia se encuentran 14 municipios, tres de ellos integrados dentro de la reserva. El nombre de Monfragüe proviene Monsfragorum que es como llamaron a la zona los romanos, Al-Monfrang de los árabes y el Montefragoso de la Edad Media.
Fue declarado Parque Natural en 1979 para proteger su bosque de matorral típico del bosque mediterráneo, el área de influencia en ese momento era de unas 20 mil hectáreas; en los años 90 se intentó declararlo Parque Nacional pero no fue posible; en 1991 se declara zona de Especial Protección para las Aves; en 2003 la Unesco declara a Monfragüe como Reserva de la Biosfera, haciendo referencia a la simbiosis entre el hombre y el medio natural, ya sería en 2007 cuando se declararía Parque Nacional.
Nuestra ruta en coche por Monfragüe
Llegábamos a Monfragüe desde Garrovillas de Alconétar, sobre las 9,30 horas de la mañana que era cuando abrían la oficina de información del parque en el localidad de Villarreal de San Carlos, en el que también se encuentra el Centro de Visitantes y el Centro de Interpretación. Allí nos dieron un mapa y muy amablemente nos explicaron cómo podíamos hacer la ruta en coche por el parque y conocer los lugares más emblemáticos e importantes. Es factible hacer esta ruta en un día o como nosotros que le dedicamos unas seis horas. Aquí os dejamos el mapa dónde aparecen las rutas para hacer en coche o bien caminando, aunque al inicio de algunas de ellas se deberá ir en coche para después hacerlas caminando.
Villarreal de San Carlos se encuentra en pleno corazón del parque y en él encontramos los edificios oficiales como os dijimos más arriba, el pueblo es pequeño pero muy bonito y cuidado mereciendo la pena un pequeño recorrido por sus escasas calles.
El Centro de interpretación es muy interesante con paneles informativos y una zona interactiva sobre la relación del hombre con la Tierra y sobre la conservación de la naturaleza. Nos gustaron mucho unos paneles que relacionaban los pájaros con las obras de arte, desde el Jardín de las Delicias del Bosco con el Martín Pescador al Bodegón de Flores de Jan Van Kessel el Viejo con el Pito Real a la Anunciación de Fray Angélico, uno de mis cuadros favoritos del Museo del Prado, con la Golondrina.
Volvimos a por nuestro coche y empezamos la ruta roja que nos llevaría a uno de los puntos considerados más bonitos del parque, el Roquedo de Peña Falcón conocido popularmente como el Salto del Gitano, un mirador con vistas increíbles al desfiladero con paredes rocas enormes formadas por el río Tajo a su paso. Todo en el recorrido está perfectamente señalizado y con zonas para dejar el coche, además de multitud de paneles informativos del lugar donde te encuentras. Aquí estuvimos un buen rato contemplando, lo que supusimos eran buitres y águilas. En cualquier caso muy bonito el paisaje y un gran número de aves merodeando por el lugar.
El Castillo de Monfragüe fue nuestra siguiente parada y es una parada obligatoria porque las vistas del parque desde aquí son espectaculares. Dejamos el coche al pie de la escalera y emprendimos la subida a este castillo levantado por los árabes en el siglo VIII-IX sobre una antigua construcción romana, tres siglos después sufre muchos daños por los almohades y en la lucha de la conquista de la zona por los reinos cristianos. Llegó a tener cinco torres y estuvo en uso por su posición estratégica hasta la guerra de la Independencia en el que queda abandonado; no es hasta finales del siglo XX cuando se recupera para disfrute del visitante. El entorno es absolutamente espectacular.
Como todo lugar tiene una hermosa leyenda donde la princesa árabe Noeima, allá por el siglo VIII, se enamoró de un soldado cristiano y en la batalla su padre, antes de morir, la maldijo y desde entonces vaga cada noche por la zona.
En este punto se alcanza el final de la ruta roja por el oeste de Monfragüe y para continuar tuvimos que volver hasta Villareal de Santiago de nuevo, hicimos una parada para un café, comprar agua fresquita porque el calor era intenso y unos bocatas para comerlos en algún lugar de la ruta. Esta ruta roja también se puede hacer caminando y tiene una longitud de 14 kilómetros y unas 4 horas, la califican como dificultad media.
Seguimos la ruta hasta los Saltos de Torrejón donde giramos a la derecha y fuimos parando en multitud de miradores que nos fuimos encontrando en el camino, como en todo el parque lleno de información del medio geológico y natural. Pasamos por la Fuente de los tres caños, Mirador de la Tajadilla que llaman la ruta de la cuarcita con un mirador protegido para la observación de las aves, el Mirador de la Malavuelta y de la Báscula, La Higuerilla para llegar al Mirador de la Portilla del Tiétar.
En el Mirador de la Portilla del Tiétar, se produce la unión del río Tajo con el Tiétar y es otro de los puntos más bonitos del Parque y otro de los miradores excepcionales para la observación de las aves. Aquí paramos un buen rato para recrearnos de toda la belleza que rodea a la zona, imagino que en un año más lluvioso y con el nivel de agua más alto el espectáculo debe ser único.
Aquí prácticamente terminó nuestra ruta , pues seguiríamos dirección a Guadalupe, no sin antes parar bajo la sombra de una encina y comernos nuestro bocata pues ya eran casi las tres y media de la tarde. Una visita estupenda, prácticamente solos pues tan solo coincidimos con dos personas en el castillo, realizada en coche y con unas magníficas infraestructuras para poder disfrutar de esta reserva de la Biosfera. Todo nuestro recorrido por tierras extremeñas lo podéis seguir en Viaje a Cáceres y Badajoz por sus lugares Unesco.
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