DÍA 6 DE JUNIO DE 2012
Llegamos al Parque Nacional Plitvice (UNESCO) y al hotel Plitvice bien caída la tarde, después de haber hecho un largo camino de 130 km por una carretera hacia el interior. No hay alojamientos baratos dentro del Parque Nacional de Plivitce, así que decidimos derrochar un poco, para ganar tiempo y comodidad durante nuestra visita al parque.
El hotel estaba renovado y era uno de los "mamotretos" construidos durante la época comunista pero tiene un lugar privilegiado dentro del parque, se encuentra a menos de cinco minutos andando de la puerta B . Podíamos desayunar sin problemas y estar a primera hora en la entrada para realizar nuestra excursión. Y además el hotel tiene parking gratuito y coche estaría aparcado sin coste extra.
Las vistas desde el hotel eran magníficas y nos hizo brotar la inquietud y ansiedad de visitar el parque al día siguiente. Nos acercamos a las taquillas para ver los precios, los planos de los recorridos y comprobar que los horarios que nosotros teníamos coincidían. Con los deberes hechos y ya noche cerrada, volvimos al hotel y cenamos en su restaurante, buena comida y a un precio normal para estar en pleno Parque Nacional de Plitvice. Con ilusión fuimos a dormir.
DÍA 7 DE JUNIO DE 2012
Nos levantamos relativamente temprano, para preparar nuestras pequeñas mochilas y bajamos a desayunar. Estábamos esperanzados en lo que íbamos a ver ya que habíamos estado en Krka y nos encantó, así pues esperábamos mucho de Plitvice, pues todo el mundo comentaba que era una autentica maravilla. Nos dirigimos hacia las taquillas del parque y sacamos nuestras entradas.
El Parque Nacional de los Lagos de Plitvice está muy bien gestionado, con varias rutas predeterminadas que se indican con letras en función de la dificultad y el tamaño del recorrido. Todo muy bien explicado y con las rutas marcadas sobre mapas.
También son interesantes de ver las páginas de su web, en el que se podrá encontrar todo tipo de información y noticias. Aquí os las dejamos:
http://www.np-plitvicka-jezera.hr/en/plan-your-visit/operating-hours-and-prices/ (PRECIOS Y TARIFAS)
Los lagos de Plitvice son considerados uno de los fenómenos naturales más bellos del mundo. Desde luego nosotros no hemos llegado a conocer paraje natural más bello que éste, esperando que las fotos que hicimos os puedan dar idea de la majestuosidad del lugar. En el Parque Nacional se pueden encontrar hasta 16 lagos conectados por 92 cascadas, que fluyen a través de pintorescos enclaves. Los lagos de Plitvice fueron declaradas Parque Nacional en 1949 siendo el más antiguo en el sudeste de Europa y por extensión el más grande de Croacia. Esta perla del patrimonio natural del mundo está en la lista de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1979.
Es una de las atracciones más populares de Croacia, a pesar de que están situados lejos de la costa. Cada año alrededor de un millón de turistas visitan el parque. La experiencia de pasear entre lagos y cascadas es una mezcla única de la Croacia continental y marítima y desde luego visita obligada si se llega al país.
Os vamos a contar como realizamos nuestra excursión a los lagos. Dentro de las ocho rutas que hay en el parque nosotros elegimos la ruta C que tenía una duración entre cuatro- seis horas y es la que mejor se adaptaba a nosotros. El parque tiene dos entradas y un parking en cada una de ellas (los precios actualizados en los enlaces que os hemos dejado). No hay problemas en qué entrada dejéis el coche y en cual decidáis empezar, ya que están comunicadas por un trenecillo, que no es tal sino un autobús gris de los años 50; además las rutas son circulares. Explicamos: si entráis como nosotros por la entrada dos y la ruta termina en la entrada uno, allí se coge el bus, gratis, y te vuelve a dejar en la entrada dos.
Primero, un pequeño autocar te lleva a la zona más alta de los llamados lagos superiores, para realizar el recorrido de bajada, perfectamente marcado mediante paneles, y caminos de madera o de tierra, que lo convierte en un paseo muy agradable. Las sensaciones que produce ver los saltos de agua, el agua cristalina, el color del bosque, es prácticamente indescriptible, por muchas fotos que se hagan, ninguna podrá superar la maravilla de ver ese espectáculo de la naturaleza "in situ".
De esa manera, fuimos recorriendo los caminos y recodos de los lagos y cascadas que se presentaban ante nuestros ojos. Unos cuatro o cinco kilómetros, nos separaban de nuestro nuevo destino y parada. Una distancia que no se hace pesada, pues cada pocos metros nos encontrábamos con nuevas cascadas y nuevos lagos.
Un camino rodeado de hayas, abetos y pinos. Un sistema multinivel con 16 lagos cuya agua se derrama mediante bellas cascadas en piscinas naturales y aquí si que no se permite ni nadar, ni tomar un baño.
Descubrimos un aire húmedo y limpio como pocos, así que llenamos nuestros pulmones y seguimos la caminata. Era imposible guardar la cámara en la mochila, no había rincón que no mereciera la pena ser fotografiado. Plitvice es un auténtico paraíso terrenal y como además estábamos prácticamente solos en el recorrido, esta sensación se incrementaba.
No es necesario ser un experto excursionista para disfrutar del recorrido entre lagos, se puede calificar como un camino fácil en pendiente y con alguna que otra escalera de madera.
Según bajábamos por el valle, las piscinas naturales cambiaban de color, del azul oscuro pasábamos al verde azulado y de éste al color turquesa. Cuando finalmente salió el sol el espectáculo era sublime.
Un poco más y alcanzaríamos el siguiente objetivo, la parada o muelle de un barco gratuito que atravesaría el gran lago Kozjak , uno de los dieciséis lagos que forma el río Korana y que nos dejaría en la otra orilla.
El paseo en barco también fue delicioso y desde luego lo tienen todo calculado. Desde las 09:00h habrían pasado unas cuatro horas cuando el pequeño transbordador te deja junto a un restaurante, para que puedas descansar en los rústicos bancos de madera y tomes un refrigerio o la comida.
A pesar de las advertencias de otros viajeros con respecto a los precios de este restaurante, nos parecieron del todo razonable, teniendo en cuenta el servicio que están ofreciendo. El caso es que decidimos comer un plato combinado y unas bebidas añadiendo las pocas cosas que llevábamos en la mochila.
Desde este punto, se puede elegir acabar el recorrido y un bus llevará a los excursionistas hasta el aparcamiento del parque o bien ,como hicimos nosotros, continuar andando para ver la gran catarata, un salto de agua de más de 20 metros, casi al final del recorrido. Lo que no sabíamos es la tremenda cuesta que hay que subir para acceder a la salida.
Pero lo conseguimos, el espectáculo desde arriba es increíble y el cansancio de la caminata se aminoraba la contemplar las vistas del paisaje que teníamos frente a nosotros.
Una experiencia sin igual, un paraje inolvidable y un pecado venir a Croacia y no visitarlo. Un esfuerzo final y pudimos inmortalizar en una foto desde arriba del parque nuestro logro y nuestro deseo hecho realidad.
Habíamos visto fotos de este final y pensábamos que estaban hechas desde un helicóptero, pero no, están hechas desde nuestra posición y aunque un poco cansados llegamos a la cima del valle sin mayores complicaciones. Cualquier persona con ganas e ilusión puede hacerlo. Salimos del parque por la entrada uno y el bus nos dejó en la segunda entrada, desde donde fuimos al Hotel Plitvice, recogimos maletas y coche y continuó nuestro camino.
Pusimos las coordenadas al GPS y nos dirigimos hacia la capital de Croacia, Zagreb.
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