Estando en el Castillo de Javier no podíamos dejar de visitar el Monasterio de San Salvador de Leyre, uno de los conjuntos monásticos más importantes de España tanto por su historia como por su arquitectura ya que es un ejemplo magnífico del románico más temprano y que además se encuentra en excelente estado de conservación, aunque el mobiliario se haya perdido en el transcurso del tiempo. El monasterio se ubica en el nordeste de la Comunidad Foral de Navarra, cerca del límite con Aragón. Existe documentación sobre el monasterio desde el siglo IX siendo la primera referencia de su existencia la carta que Eulogio de Córdoba remite en el año 851 al obispo de Pamplona. Este monasterio siempre destacó por tener una gran relevancia en la historia del reino de Pamplona y posteriormente en la de Navarra.
Llegamos al lugar sorprendiéndonos mucho el hermoso emplazamiento donde se encontraba, nos dirigimos a la tienda-taquilla del monasterio y pudimos adquirir las entradas para la visita guiada de las seis de la tarde. Para informarse de los horarios y precios visitad la página web del Monasterio: MONASTERIO DE LEYRE.
Mientras llegaba la hora de entrar, hicimos unas cuantas fotos del maravilloso entorno que lo rodea, donde sin duda destaca el embalse de Yesa. El conjunto de edificios que forman el monasterio tiene una arquitectura peculiar que para los amantes del románico y la naturaleza lo hace casi perfecto.
De hecho Leyre es el principal monumento románico de Navarra y uno de los conjuntos medievales más atractivos de la Península Ibérica. Seguimos recorriendo su perímetro exterior mientras llegaba la hora de la visita y observamos la torre cuadrangular con ventanas de triple arquillo en todos sus costados y los ábsides circulares con sus angostos ventanales, las fachadas de los monasterios nuevo y viejo forman un armonioso conjunto que caracteriza el lugar.
El Monasterio de Leyre fue fundado como un monasterio benedictino, aunque posteriormente pasó a estar en manos de monjes cistercienses. En la actualidad, el conjunto monástico fue adquirido por la Comunidad Foral de Navarra, que a su vez lo ha cedido a sus primitivos moradores, la orden benedictina, para su cuidado y funcionamiento. Como recomendación diremos que si se tiene oportunidad, alojarse en su hospedería es todo un privilegio, nosotros no pudimos hacerlo y nos arrepentimos de ello ya que tiene muy buen aspecto y nos causó una grata impresión. Los precios no son excesivamente caros y creemos que vale mucho la pena, pues hay un montón de rutas y lugares que visitar en su entorno. Para reservas y precios, información AQUÍ.
Por fin comenzamos la visita al interior del monasterio. Se empieza por una espectacular cripta donde admiramos uno de los ejemplos de arte románico más antiguo de la Península, estamos refiriéndonos a los comienzos del siglo XI. Es una cripta que no llega a ser subterránea del todo y su construcción se debió a la necesidad de nivelar el terreno sobre el cual se levantaría la iglesia. Consta de cuatro naves separadas por columnas con grandes capiteles encargadas de aguantar el peso de la iglesia.
Sobre la cripta se levanta la iglesia, dedicada a San Salvador, levantada en el siglo XII y que consta de un edificio de tres naves. El templo es bastante austero con decoración en capiteles basado en elementos vegetales y geométricos. De las tres naves, la central es más ancha que las laterales. El conjunto no guarda simetría al ser aquellas desiguales, siendo la izquierda más estrecha que la derecha como se puede observar en la foto. Todo esto es debido a que los pilares de la cripta son asimetricos y sostienen el peso del templo. También es curioso observar que sobre el ábside central, descentrado, se abre una pequeña ventana circular.
En el siglo XVI se efectuó otra reforma, en la cual se cubrió la nave con una bóveda gótica que conllevó el reforzamiento de los muros exteriores mediante contrafuertes y un arbotante, que se pueden observar en el patio interior del monasterio.
En el muro norte de la iglesia se encuentra el Panteón de los reyes de Pamplona cuyos restos reposan en un arca situada bajo la imagen del Cristo de Leyre, talla de gran naturalidad que data del siglo XV que fue encontrada escondida en la cripta, seguramente para protegerla del expolio tras la desamortización de Mendizábal.
Salimos al exterior para contemplar la Porta Speciosa, o “Puerta Preciosa”, la portada que se construyó en la ampliación de la iglesia en el siglo XII y que se cree que en ella trabajo el Maestro Esteban, el mismo que realizó la Puerta de las Platerías en la Catedral de Santiago de Compostela,
En la construcción de este pórtico se reutilizaron elementos provenientes de otros lugares y trabajaron diferentes maestros de la época, lo que ha hecho muy complicado darle un significado al conjunto. Tiene tres parte diferenciadas:
- El tímpano circular situado sobre las puertas que contiene seis figuras, en el medio la de San Salvador.
- Arquivoltas y columnas, que se ubican sobre el tímpano decoradas por representaciones de seres reales y fantásticos.
- Las columnas, tres de cada lado, están coronadas por capiteles decorados con varias temáticas.
- El friso que se encuentra por encima de las arquivoltas con escenas y personajes bíblicos.
Por supuesto que la visita guiada es mucho más completa que lo que redactamos en el presente artículo, solo tenemos intención de despertar la curiosidad de los lectores para ir a visitarlo. De verdad, es un lugar casi mágico y lleno de misticismo, otro de los atractivos es escuchar los cantos gregorianos de los monjes, que los interpretan varias veces al día , nosotros escuchamos las vísperas a las siete de la tarde, quien se aloje en el monasterio podrá escuchar las completas a las nueve de la noche o los laudes a las siete y media de la mañana . Y otra recomendación, el bar del recinto es bastante bueno y tiene unos bizcochos y dulces caseros hechos por los monjes que son deliciosos, con un café calentito sientan de maravilla.
Y ya nos quedaba volver a Olite, donde nos alojábamos, después de pasar un día maravilloso en tierras navarras. Nuestro próximo destino a la mañana siguiente sería conocer Las Bardenas Reales, reserva de la Biosfera.
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