Meknes o Mequínez en español, es una ciudad de Marruecos, que toma su nombre de la tribu bereber que la fundó en el siglo X con el nombre de “Meknassi Ezzitoun” que viene a significar "entre olivares". La ciudad estaba rodeada de huertos que producían abundantes y excelentes productos. Durante el siglo XI los almorávides la engrandecen y embellecen.
En el siglo XVII, en 1675, fue nombrada como capital de Marruecos por Moulay Ismail, sultán de la dinastía alauita, que quiso crear una nueva ciudad y se fijó en la villa francesa de Versalles, construida por Luis XIV, como modelo a seguir. Pero no sólo quería imitar el modelo francés, sino superarlo, por lo que empezó a construir jardines y palacios, embelleciendo la ciudad como pocas en Marruecos. Aún hoy todavía son visibles, haciendo de Meknes, la Ciudad Imperial más bonita.
Fue declarada por la UNESCO en 1996 Patrimonio Mundial de la Humanidad y dice: “Mequínez fue la capital del reino en tiempos del sultán Muley Ismail (1672- 1727), fundador de la dinastía alauita. Este soberano construyó una impresionante ciudad de estilo hispano-morisco, rodeándola de altas murallas, jalonadas de puertas monumentales, que muestran todavía hoy la armoniosa fusión del estilo arquitectónico islámico con el europeo en el Magreb del siglo XVII”.
¿Pero quién era Moulay Ismail? Es el Sultán más relevante de la historia de Marruecos, cuyo mandato duró unos 55 años. Tuvo que hacer frente a los ataques de sus propios familiares para consolidar su poder. Formó la temida “guardia negra” con esclavos negros, emigrantes árabes, sudaneses, andalusíes y cristianos renegados. Llegó a tener un ejercito de 150.000 hombres, de los que se calcula que unos 70.000 eran una fuerza permanente asentada en Meknes. Construyó un campamento cercano al palacio y dotó a los soldados de mujeres; todos los niños nacidos y criados allí pasaban a formar parte del ejercito a los 15 años.
Batalló con ingleses a los que expulsó de Tánger y con los españoles a los que expulsó de Larache, el Garb y la Manura ; uniendo los territorios marroquíes a excepción de Ceuta y Melilla. Redactó un tratado político y comercial con Luis XIV de Francia e incluso solicitó al Rey francés la mano de su hija Maria Anna de Baubon. Antes de morir, en el año 1722, volvió a intentar formar una poderosa armada contra España para recuperar las dos plazas norteafricanas, que la historia nos dice que no lo consiguió. Pero además del guerrero más sangriento de Marruecos, fue todo un gran reproductor. Se dice que tuvo 4 esposas y más de 550 concubinas. Un total de 888 hijos registrados, aunque se habla que pudieron superar 1100. ¿ Qué os parece? Todo un personaje Moulay Ismail.
Con este historial, no existió hijo que pudiera igualarle a su muerte. Al morir le sucedió su hijo favorito Mouley Ahmed. El país cayó en el caos total, como siempre ocurre en un Estado que ha sido regido con mano de hierro por una sola persona que aglutinó todo el poder, apoyado por la temida Guardia Negra. Nosotros llegamos a MEKNES (UNESCO), la más bella ciudad Imperial de Marruecos en tren procedentes de Fez. Eran las siete de la tarde y no estaba lloviendo, literalmente estaba diluviando. Salimos a buscar un taxi para que nos llevara a nuestro riad que estaba en plena medina. Nos subimos al primer taxi que llegó, le dimos la dirección y no le habíamos preguntado ni el precio; en Marruecos antes de subir a ningún taxi hay que negociarlo pero en Meknes llevan taxímetro encendido con lo que pagas lo marcado. Eso sí, cuando los paras puede que no les interese cogerte o que subas tú y paren a alguien más y se comparta el taxi. El turista siempre paga lo que marca el taxímetro.
El Riad Yacout situado en la Place Lalla Aouda a dos minutos a pie de la plaza El Heddim, la puerta de Bab Mansour y el mausoleo de Moulay Ismail fue nuestra selección para las dos noches que pasaríamos en Meknes. El riad fue construido en 1830 y era realmente bonito, el personal muy amable y los desayunos muy ricos. Tiene piscina y un hamman que en enero estaban cerrados. El wifi funcionaba bastante bien y la habitación era bonita, aunque la ventana no daba al exterior sino al patio central de la casa. Lo habíamos reservado con booking por 84 euros las dos noches con el desayuno incluido; la única pega que le ponemos es que hacía muchísimo frío y el aparato de aire acondicionado no funcionaba bien y no calentaba nada.
Cuando nos bajamos del taxi, pensábamos encontrarnos una plaza amplia y alegre pero la realidad es que estaba todo vallado por obras. Diluviando, de noche y con un pasillo muy estrecho nos costó averiguar cuál era nuestro riad. Ya instalados y con un tiempo bastante adverso, decidimos cenar en el Riad. La cena fue exquisita, aunque un poco cara; pero disfrutamos de la velada en un comedor pequeñito y muy acogedor con una chimenea a pleno rendimiento.
El día siguiente siguió siendo frío pero la lluvia nos dio una tregua y pudimos llevar a cabo nuestros planes. Visitar por la mañana la ciudad romana de Volibilis y el pueblecito de Moulay Ismail ; comer en Meknes y dedicar toda la tarde a esta preciosa ciudad.
LOS IMPRESCINDIBLES DE MEKNES EN UN DIA
Las murallas es una de las cosas que más impresionan de esta ciudad, con un estado de conservación muy buena y que suman alrededor de 40 kilómetros generando avenidas larguísimas que impresionan. Nosotros recorrimos parte de ellas en un coche de caballos y que nos facilitó mucho la tarea y además nos llevó a alguno de los lugares que queríamos visitar más alejados; por la mañana nos pedían 150 MAD por una hora y por la tarde fueron 100 MAD para dos horas, unos nueve euros. También podéis negociar con un taxi el precio para unas dos horas. De vosotros depende.
Las puertas de la muralla son alguna de ellas impresionantes y aquí os contamos la puerta que está considerada la más bella de todo Marruecos y del mundo árabe: Bab Mansour. La puerta Bab Mansour fue terminada en 1732 por Moulay Abdallah, hijo de Moulay Ismail, y las proporciones de esta puerta son impresionante.Se encuentra en las parte exterior de la muralla y servía para unir la plaza El Hedim y la medina con la Plaza Lalla Auda en la antigua fortaleza Dar el Kbir. Desde la Plaza Lalla Auda hay que atravesar la muralla por un pasaje con varios comercios en un lado de la muralla y en el otro portón por una tienda de souvenires. Bab el Mansour fue restaurada a finales del siglo XX y se realzó el verde oscuro que es el color característico de la Ciudad Imperial de Meknes. Realmente es una puerta bellísima.
Pero como toda gran obra, cuentan que su nombre se debe a un arquitecto llamado El-Mansour y cuando terminó la obra el sultán le preguntó si podría haber construido una obra más bella. El pobre arquitecto, además de ser cristiano convertido al islám, le dijo que sí ; como el “sultán Sanguinario” no tenía problemas, lo ejecutó por no haber realizado bien su trabajo. ¿Leyenda o realidad?
La Plaza El Hedime, significa "plaza de las ruinas" es sencillamente pintoresca y preciosa y desde la que se obtiene la mejor perspectiva para fotografiar la puerta Bab Mansour. Esta plaza es el punto de encuentro de la medina y la Ciudad Imperial y desde ella se accede a los zocos. Tuvimos la suerte de verla a primera hora de la mañana cuando la vida comercial de la ciudad empieza a despertar y a última hora de la tarde llena de gente: vendedores de pan, de dulces, acróbatas, músicos, narradores de historias que no entendíamos, acróbatas, caballos engalanados y un largo etcétera. Una plaza que hay que disfrutar a distintas horas del día porque es preciosa.
Muy cerca de esta plaza se encuentra el Mausoleo de Moulay Ismail, dentro del Palacio Dar el Kebira. Dicen que es uno de los lugares de Meknes más bonitos, pero nosotros no pudimos visitarlo porque estaba cerrado por restauraciones. ¡¡¡¡Oh!!!!!!, tendremos que volver a Meknes cuando lo reabran. La Medina de Meknes no es tan grande ni tan conocida como la de sus ciudades vecinas pero es un lugar digno de pasearse. En ella se concentran monumentos de gran belleza y toda clase de zocos, además se puede pasear sin que te atosiguen o persigan para que compres. La gente es muy amable y siempre están dispuestos a ayudarte si te has perdido (que es lo más fácil del mundo) o no encuentras lo que estás buscando. Se accede desde la Plaza El Hedime y desde algunas otras puertas menos conocidas.
La Gran Mezquita dentro de la medina es el monumento más grande de origen Almorávide del siglo XII, está reservada la entrada sólo a los musulmanes. La Madraza de Buinaniya es del siglo XIV y si se puede visitar pero nosotros la encontramos cerrada. La medina está llena de zocos de los diferentes oficios. Vendedores de instrumentos de música hojalateros, cuchilleros, cesteros, herreros, artesanos del damasquinado que aquí lo hacen en hierro y plata dando unos productos preciosos. La mejor Medina, junto con la de Rabat , para pasearla y disfrutarla.
El Palacio de Dar El Makhzen y la antigua Cárcel situados en la zona imperial de la ciudad son espectaculares, rodeado por un pasillo de unos dos kilómetros formado por dos paredes que te dejan boquiabierto. Fue la residencia oficial del Sultán Moulay Ismail, que lo rodeó de jardines. La cárcel se puede visitar pero nosotros no lo hicimos.
Las Ruinas de las caballerizas y los graneros de la ciudad construidos por Moulay Ismail es una visita espectacular por el tamaño de los mismos, estaban muy bien conservados pero sufrieron un gran revés en un terremoto del siglo XVIII. Pagamos 10 MAD por persona y nos acompañó un guía extraoficial, ya entradito en años, que vive de enseñar el lugar.
El estanque de Agdal se encuentra muy cerca de los graneros y es una enorme piscina que se construyó en la época de Moulay Ismail. Sirvió como estanque para regar los jardines del palacio y que hoy está lleno de niños jugando y parejas de enamorados sentadas mirando el reflejo de las murallas en el agua.
Y para terminar el relato de nuestro paseo por esta bellísima Ciudad Imperial de Marruecos, recomendaros que la tenéis que visitar sí o sí si viajáis al país y dedicarle al menos un día. Mañana más historias de Marruecos.
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