El despertador suena a las 05:00 h. Media hora más tarde estábamos en la recepción del hotel esperando nuestro transfer al aeropuerto( incluido en el precio) y solicitando nuestra bolsa de desayuno ya que no íbamos a poder tomarlo en el buffet y lo teníamos pagado. A los cinco minutos teníamos a nuestra disposición las dos cosas. El conductor con un coche de alta gama y con el aire acondicionado a tope. Tuvimos que decirle que lo quitara. No lo entendía, no nos extraña pues iba con chaqueta de manga larga, pero nosotros con ropa fresquita y a esas horas no lo considerábamos necesario. No tardamos más que 20 minutos en llegar al aeropuerto de Denpasar, la autopista estaba prácticamente vacía. Quedaban 2 horas para la salida de nuestro vuelo a las 08:00 h. hacia Yogyakarta. Una vez facturadas las maletas, nos dirigimos a la zona de embarque. Nos impresionó el colorido y la animación de este aeropuerto a pesar de la hora. Tenía adornos, tiendas de todo tipo y figuras religiosas por todos lados.
El vuelo salió en hora y cuando estábamos llegando a nuestro destino, fue inconfundible ver Java desde el aire, el emerger de los volcanes de la isla fue un espectáculo único y contemplarlo desde el cielo nos hizo disfrutar desde la ventanilla del avión como pocas veces lo hemos hecho.
Pero llegó uno de los sustos del viaje. Más de una hora dando vueltas a Yogyakarta, una y otra vez. Desde cabina no daban información y al preguntar a una de las azafatas nos dice que hay saturación del tráfico aéreo ¿Cómo va haber saturación en un aeropuerto tan pequeño? En esos momentos se pone uno en lo peor pensando que el avión estaba gastando el combustible para aterrizar de manera forzosa. El caso es que al final aterrizamos sin problemas, siendo el único avión que estaba en pista y prácticamente aparcado en la puerta. ¿Dónde estaban los aviones que habían causado la saturación aérea? ¡Nunca lo sabremos! Este aeropuerto nos da mala espina y si no ya veréis lo que nos pasó también en nuestra salida. Llegamos a las 09:35 hora local, ya que allí se tiene una hora menos que en Bali, a las 10:00 h ya estábamos en la calle con las maletas. Nos vino a buscar Nonen que sería nuestro guía en español durante nuestra estancia en la isla de Java y que habíamos contratado con Zunan de www.guiaespanolyogyakarta.com por 180 € los tres días incluyendo además coche y conductor que conoceríamos más adelante y cuyo nombre era Yanto. Una vez hechas las presentaciones, elaboramos el plan a seguir durante el día y decidimos que lo mejor sería empezar por el Templo de Prambanan que se encuentra a 20 minutos desde el aeropuerto. Y allá que fuimos...
El Templo de Prambanan y el Templo de Borobudur ambos Patrimonio Mundial UNESCO fueron las principales razones para incluir a Java como destino de nuestro viaje "Maravillas de Asia".
Una vez llegados al recinto, adquirimos una entrada conjunta para ver los dos templos por 375.000 rupias (unos 30€) por persona. De esta manera ahorramos 100.000 rupias (8€) pp si las hubiéramos comprado de manera individual. . Hay que decir que quieres la entrada conjunta porque no la tienen anunciada. Con la entrada te ofrecen café o té caliente. El recinto es grande y hay una caminata hasta llegar al templo, pero una vez se llega a la distancia que permite una buena observación, la sensación es fascinante. Solo comparable con la vista de las Pirámides de Egipto o los Templos de Angkor What en Camboya.
Moles descomunales realizadas en piedra pero trabajadas y labradas hasta el último detalle, hasta la última piedra y no queda en pie ni el 30% de lo que fue construido en su día. Nuestras primeras impresiones fueron...
¡Pero si se parecen a las ruinas de de Angkor Wat!
Enseguida nuestro guía Nonen intervino:
En todo caso, las ruinas de Angkor Wat se parecen a éste ¡Prambanan es más antiguo que Angkor Wat!
Asombroso el entorno que estábamos viendo y más interesante si cabe con las explicaciones que nos daba nuestro guía Nonen.
El templo fue construido en el siglo IX en honor al dios Shiva y su nombre original de Shiva-grha (la Casa de Shiva) o Shiva-laya (el Reino de Shiva) siendo más o menos contemporáneo con Borobudur aunque los dos sitios son muy diferentes. El estilo hindú de Prambanan es una colección de afiladas torres, ornamentadas y esculpidas en vertical, en contraste con la gran mayoría horizontal del estilo budista de Borobudur.
Es increíble la majestuosidad que debió de tener cuando se construyó , si en el estado actual nos parece asombroso. El complejo ha pasado por muchas vicisitudes, en el siglo X el templo fue abandonado después de que la dinastía Mataram trasladase su corte al este de Java. Además, la mayoría de los principales templos del complejo se derrumbó durante un gran terremoto en el siglo XVI y el recinto quedó en gran parte olvidado en la selva.
Durante la guerra anglo-holandesa (1811-1816), se descubrieron por casualidad las ruinas de Prambanan y tanto por parte de británicos como por parte de los holandeses tuvieron lugar numerosos saqueos contra el patrimonio público cultural. Las casas y jardines coloniales se adornaban con estatuas de incalculable valor y la población local tomaba las piedras de los cimientos como material de construcción. La correcta restauración del complejo no comenzó hasta 1930 y aún continúa en la actualidad.
Este gran complejo albergó en su día más de 240 templos y 1000 estatuas, sobre ellas se cuenta una leyenda:
"Después de que su padre, el rey Boko fuera derrotado en la batalla, la princesa javanesa Loro Jonggrang accedió a regañadientes a casarse con su príncipe vencedor Bandung, pero sólo si él era capaz de construir un templo con 1.000 estatuas antes del amanecer.
Con la ayuda de los espíritus de Bandung había completado 999, cuando la princesa encendió un fuego al este del templo intentando engañar a los espíritus para que pensaran que era el amanecer, los gallos en el pueblo vecino cantaron y los espíritus huyeron. Luego un furioso príncipe Bandung la convirtió en piedra, fue la última y la más hermosa de las estatuas."
Una vez que acabamos de recorrer las diferentes torres del imponente templo y haber pasado una mañana genial contemplando esta maravilla, nuestro guía Nonen nos iba a dar una sorpresa...
No todo el mundo sabe cuándo visita Prambanan que existe un trenecillo (gratis) que desde el gran complejo lleva a otro templo en ruinas. Se llama Candi Sewu y a diferencia con Prambanan es un templo budista. El tren para allí 10 minutos para que puedas hacer unas fotos y después te deja en la puerta de salida ahorrándote una larga caminata .
En la salida ya estaba preparado Yanto con su impoluto coche Toyota con asientos de cuero para llevarnos al siguiente destino que no podía ser otro que Borobudur. Magnifico estaba resultando el día. La mañana para Prambanan y la tarde sería para Borobudur ¿Hay mejor opción?
El siguiente trayecto duraría como una hora, paramos antes a comer en el restaurante Senthong. Bonito sitio especialmente concebido para recibir turistas. Un enorme salón para comer en la planta superior con bonitas vistas y una tienda de regalos y orfebrería en la planta baja.
Un poco más adelante paramos en Candi Mendut un templo más antiguo que Borobudur y para los peregrinos era como el camino de inicio a la perfección antes de llegar a Borobudur, que se encuentra solo a tres kilómetros.
El Templo Candi Menut, que junto a Borobudur y al templo Pawon forman una línea recta con una relación religiosa mutua entre los tres templos, aunque el proceso ritual exacto es desconocido. La entrada costó 3.000 rupias por persona (0,20 €). Actualmente, durante la luna llena en mayo o junio, los budistas en Indonesia realizan un ritual anual en forma de oración en masa, caminando desde Mendut, pasando por Pawon y terminando en Borobudur. Esta ceremonia, se llama Vesak en la que se celebra el cumpleaños de Buda. Hay un interesante artículo sobre el tema en esta página: http://blogs.heraldo.es/anillo-de-fuego/2014/05/14/el-dia-de-buda-la-fe-en-java-4/
Construido en el siglo IX, es el más antiguo de los tres. En su interior alberga tres grandes estatuas de piedra talladas. La estatua de Buda Dhyani Vairocana de 3 metros de altura, estaba destinado a liberar a los devotos del karma corporal, a la izquierda la estatua de Boddhisatva Avalokitesvara para liberar del karma de expresión, a la derecha la de Boddhisatva Vajrapani para liberar del karma de pensamiento. No solo es una preciosidad de templo, si no que está dentro de la lista de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Desde allí directos a Borobudur, una vez estuvo aparcado el coche dentro del recinto, nos dirigimos hacia las taquillas, enseñamos nuestra entrada y nos dieron también café calentito y agua fresca. Borobudur es también Patrimonio de la Humanidad, es además el templo budista más grande del mundo y es además uno de los monumentos de nuestros años viajeros que más nos ha IMPRESIONADO. Su construcción está datada entre los siglos VIII-IX.
BOROBUDUR, EL MANDALA ARQUITECTÓNICO.
En el budismo, el mándala simboliza un paisaje del universo con Buda en su parte central, y muestra los diferentes pasos en el proceso para encontrar la verdad.
Borobudur fue construido sobre una colina, siguiendo la disposición de una gigantesca mándala, representando la cosmología budista. Está compuesta de nueve plataformas, dispuestas en secciones. Las seis inferiores son de forma cuadrada, llamadas Rupadhatu y las tres superiores son circulares, denominadas Arupadhatu, y tienen una ligera curvatura oval que consiste en dos ejes menores alineados con los puntos cardinales y dos ejes mayores alineados con las direcciones intermedias.
Además, en 1885 se descubrió una estructura en la base a la que se le denominó Kamadhatu. La disposición arquitectónica conduce al visitante a través de un sistema de escaleras a fin de ascender a las plataformas y así llegar a la cúspide de la estructura, en una clara representación del recorrido hacia la “iluminación” espiritual.
El monumento, por tanto, es un santuario y lugar de peregrinaje budista. El viaje de los peregrinos comienza en la base del monumento y continúa por un camino que lo rodea, subiendo una a una las diversas plataformas del Templo. Borobudur fue abandonado en el siglo XIV con el ocaso de los reinos budistas e hindúes en Java, y la conversión de los isleños al Islam. Al igual que pasó en Prambanan en el siglo XIX durante la guerra anglo-holandesa se redescubrió.
Pasó por numerosas restauraciones, siendo la más importante la realizada entre 1975 y 1982 por el Gobierno de Indonesia y la Unesco, tras lo cual el monumento fue nombrado Patrimonio de la Humanidad. El nombre de Borobudur para unos, fue idea del gobernador británico de la isla Mr. Raffles jugando con las palabras "Buda" y "Bore" aldea cercana. Para otros, el nombre puede derivar del sánscrito " Vihara Buddha Ur", que se traduce como el templo de la montaña.
Fuimos hacia el imponente templo, en un largo aunque agradable paseo. Incluso desde lejos, impresiona la monumental estructura de piedra que se yergue ante la mirada del visitante que no puede escapar de observar, debido a que el templo está enclavado en una colina y además rodeado de varios volcanes. Curiosamente el buen estado de conservación del templo se debió a que estuvo cubierto por cenizas volcánicas durante siglos.
Pero antes de ponernos en la base del templo, tuvimos que subir una escalera, la que se ve en la fotografía, que tenía unos 90 escalones. Ya que estaban nuevecitas, podrían haber puesto unas escaleras mecánicas, ¿no?
Ya en la base del templo, la primera sensación es de respeto ante las innumerables escaleras que tendríamos que subir y que nos hizo tragar saliva antes de comenzar, tiene 9 plantas de altura. Pero bueno, habíamos llegado y el lugar se merecía el esfuerzo que íbamos a realizar. Incluso desde lejos, impresiona la monumental estructura de piedra que se yergue ante la mirada del visitante que no puede escapar de observar, debido a que el templo está enclavado en una colina. Poco a poco ascendimos y recorrimos cada una de las plataformas; también poco a poco al seguir las explicaciones de Nonen a la vez que observábamos las tallas y grabados, nos emocionamos de haber llegado a sitio tan increible. Una a una ascendimos las nueve plantas que componen este grandioso templo y escuchamos a Nonen los relatos de la vida de Buda que estaban representados en los magníficos grabados de sus paredes. Nos sorprendió el conocimiento de nuestro guía sobre los Templos, ya que contestaba a cualquier cuestión que le hacíamos. Nos habló y nos contó que Borobudur está decorado con 2.672 paneles en relieve y 504 estatuas de Buda de varios tipos. Relató a Borobudur como un gran gráfico de enseñanza que cuenta la historia de la vida de Buda, sus enseñanzas y su progreso hacia el Nirvana.
Y entre relato y relato de Nonen, fotografías, tomas de vídeo estábamos en la plataforma sexta a puntito de subir a las plataformas circulares. Como se ve es la imagen, nuestra alegría era grande, estábamos superando el reto de Borobudur.
La cúpula principal, situada en el centro de la plataforma superior, está rodeado por 72 estatuas de Buda sentado en el interior estupas perforadas.
La verdadera ausencia es el Buda principal que debía de estar en la gran estupa, pero fue robado durante los saqueos acontecidos en el siglo IXX. El esfuerzo de subir vale realmente la pena. Nosotros fuimos por la tarde y no había apenas gente, esa fue nuestra ventaja, pero la mayoría quieren ver amanecer arriba del Templo, porque parece ser que es impresionante los destellos de sol en la roca negra. Además y eso lo podemos corroborar, el entorno de la jungla vista desde arriba es imponente y ¡Enamora!
Y también podemos corroborar que la luz de la caída del sol es maravillosa y dota al lugar de un aire mágico.
Una vez llegas arriba parece desvanecerse el cansancio y disfrutas tanto de las vistas como de la contemplación de las estupas del Templo. El descenso fue tranquilo y por supuesto más reposado, llevábamos despiertos desde las 05:00 h y aún no habíamos hecho el check in en el hotel.
Estábamos muy agradecidos a Nonen, que nos llevó por todo el templo respetando nuestro ritmo y ayudando para que nos resultara más fácil.
Partimos de regreso a Yogyakarta y aunque casi dormidos en el coche, pudimos contemplar el ocaso junto a los campos de arroz que se divisaban desde la carretera.
Llegamos sobre las 19:00 h. Nos pareció impresionante el hotel escogido: Meliá Purosani. Lo habíamos contratado con los puntos acumulados a la tarjeta de fidelización, por unos 45.000 puntos tuvimos la oportunidad de coger la categoría "Level" y además aprovechamos una oferta en la que nos regalaban 20€ diarios para consumir en el hotel, esto nos permitió tener una sesión de masaje para los dos totalmente gratis el último día de estancia. Una vez tuvimos las llaves de la habitación, fuimos a la zona "Level" donde servían tentempiés que muy bien nos sirvieron de cena. Después, ducha, reorganizar maletas y a descansar en una estupendísima cama.
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