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Turisteando el mundo

Foto del escritorPilar y Paco Viajeros

Jerusalén, la ciudad vieja (Unesco) y la ciudad nueva. Israel


Nuestro segundo día en la ciudad de Jerusalén empezaba en la parte más alta del Monte de los Olivos, otro de esos lugares importantes tanto para judíos, musulmanes y cristianos, que como ya os hemos contado en Jerusalén, ciudad santa de cristianos, judíos y musulmanes, era el lugar donde se encontraba nuestro Hotel Siete Arcos. Este hotel fue construido en 1962 dentro del barrio palestino A-Tur, regentado por musulmanes y cobró gran importancia histórica cuando se celebró en él la primera reunión de la Organización para la Liberación de Palestina en 1964. En 1967 fue ocupado por Israel y hoy los Palestinos siguen reclamando su control.

Desde aquí la panorámica de la ciudad es única, tanto de día como de noche. En primer plano se encuentra la Explanada del Templo con la bellísima Cúpula de la Roca presidiendo toda la ciudad, un lugar para el que madrugaríamos mucho al día siguiente para poder visitarla, ya que viernes y sábados permanece cerrada a los no musulmanes.

También la vista nos ofrece una gran parte de la muralla y la única puerta de la ciudad que está clausurada, la Puerta Dorada la más antigua de la ciudad datada en el siglo V y tapiada por Soleiman el Magnífico para evitar que si vuelve el Mesías pueda acceder por ella a la ciudad. Y es que todo en Jerusalén tiene un sentido religioso, en este caso de la tradición judía en la que según Zacarías el Mesías volverá al Monte de los Olivos y desde aquí accederá a la ciudad.

Como vemos un lugar sagrado de los judíos, por lo que no es de extrañar que en la ladera de la colina se ubique el mayor cementerio judío de Jerusalén con más de 3000 años de antigüedad, tan antiguo como la Ciudad del Rey David y donde están las tumbas de los profetas Zacarias, Malaquias y Hageo, últimos profetas hebreos.

Pero está claro que para los cristianos el Monte de los Olivos es también un lugar sagrado, ya que en este lugar Jesús oraba y hablaba con sus discípulos y por ser el lugar en el que fue detenido y donde les dio todas las instrucciones a sus discípulos. Algunos de los lugares significativos de este lugar os lo hemos contado en Jerusalén I, la ciudad vieja (Unesco). Nuestra recomendación es que subáis en el bus 75 y que en el descenso vayáis visitando iglesias como la del Padre Nuestro, La Capilla rusa de la Ascensión o el huerto de Getsemaní, entre otros.

Además de la importancia religiosa, el Monte de los Olivos tiene un gran valor histórico porque fue el lugar donde acamparon las tropas romanas en el año 70 d.C. y la consecuencia fue la destrucción de la ciudad y la destrucción del segundo templo de Jerusalén. Después de este baño de imágenes maravillosas tocaba poner rumbo a la Ciudad Vieja de Jerusalén para realizar una visita solos y con tranquilidad y es que en un principio nuestros planes era descender caminando el Monte de los Olivos pero estábamos un poco cansados de iglesias, así pues, nos fuimos en taxi a la Puerta de Jaffa. Os volvemos a incluir el mapa para que sea más fácil seguir la ruta.

Antes de adentrarnos nuevamente en la Ciudad Vieja, decidimos recorrer un pequeño tramo de las murallas por la parte exterior hasta la Puerta Nueva. Las vistas desde aquí de toda la ciudad nueva son imponentes. Parada para inmortalizar nuestro paso por la ciudad con el cartel que os mostramos.

Nos adentramos por la Puerta Nueva en el Barrio Cristiano de la ciudad que estaba sumamente tranquilo. Recorrimos la calle San Francisco sin toparnos prácticamente con nadie y nos adentramos en la iglesia del mismo nombre de estilo barroco enormemente grande y que estaba abierta pero que se encuentra en un primer piso.

Continuamos el paseo por la misma calle y nos topamos en pleno Barrio Cristiano con la pequeña Mezquita de Omar ibn Al-Khattab, una de las más antiguas de la ciudad, construida por el segundo califa del islán. Seguimos la calle y nos topamos nuevamente con la calle que recorre la ciudad de norte a sur y separa el Barrio Cristiano del Barrio Musulmán.

Emprendimos su ascenso hacia la Puerta de Damasco, una de las más bonitas de la ciudad. Durante todo el recorrido la calle es un puro mercado al más puro estilo árabe: pastelerías, panaderías, carnes, ropas, souvenires, con una actividad tremenda. Llegamos a la Puerta de Damasco que dentro de las murallas está cubierta por un mercado. La atravesamos para contemplarla desde el exterior y nos volvió a llamar la atención la custodia que hacen de ella militares israelíes armados hasta los dientes, porque independientemente de las comunidades que vivan en los cuatro barrios de la ciudad vieja, toda la ciudad está controlada por Israel.

Una vez de vuelta al interior de la ciudad vieja seguimos en dirección al sur por la misma calle, porque queríamos contemplar nuevamente el Muro de las Lamentaciones pero ahora de día. Como era Sabat, nos sorprendió muchísimo las cantidad de judíos ortodoxos que accedían a la ciudad por la Puerta de Damasco y atravesaban el barrio musulmán hacia el muro ¡¡¡ Jerusalén, ciudad de contrastes !!!

Volvimos a pasar los controles de seguridad y accedimos al Muro de las Lamentaciones, queríamos verlo de día y con más tranquilidad que la noche anterior. El número de fieles era mucho menor y el ambiente mucho más tranquilo. Uno de los lugares que más nos sorprendieron de toda la ciudad.

Nuevamente vimos la Cúpula de la Roca y el acceso a la Explanada de las Mezquitas mediante una pasarela que recorre elevada parte del muro en la zona donde rezan las mujeres y que atravesaríamos al día siguiente para visitar otro de los lugares que más nos interesaban de esta ciudad.

Nos tocaba recorrer parte del Barrio Judío que el día anterior habíamos visto de noche. El barrio actual completamente reconstruido en piedra con casas bajas de una o dos plantas con calles estrechas y peatonales que conducen a espacios más amplios en plazas con naranjos y olivos que presiden sinagogas en un intento de recuperar la estética original de la ciudad.

El Barrio Judío actual se construyó sobre el antiguo Cardo Romano que fue el lugar que ocupaba el campamento de la Décima Legión del Emperador Adriano en el 135 d.C. y que puede verse en algunas zonas de la ciudad que han dejado los restos de la antigua urbe romana para su visita. Aunque la parte que ha quedado al descubierto hoy se debe al Emperador Justiniano en el siglo VI d.C. y es que el Cardo nació desde la Puerta de Damasco y fue avanzando hacia el sur a lo largo de los siglos.

En 1948, durante la Guerra Árabe Israelí, el Barrio Judío queda totalmente destruido a excepción de 35 casas del Centro Histórico, los judíos son expulsados de la ciudad antigua y regresarán tras la Guerra de los Seis Días en 1967. Así pues, lo que estábamos visitando es prácticamente nuevo pero reconstruido, como hemos dicho más arriba, buscando la estética original de la zona.

Se han realizado en el área bastantes excavaciones en la zona del segundo templo y encontraron una casa judía del año 70 d.C. que hoy han convertido en un museo subterráneo y que no pudimos visitar por ser Sabat y estar cerrado, una iglesia bizantina del siglo VI en el Cardo Romano, entre otros. La ciudad vieja de Jerusalén sigue guardando muchas historias en su subsuelo que poco a poco van hablando de la su historia, pues no podemos olvidar que fue la ciudad más veces destruida y reconstruida de la historia de la civilización.

Desde aquí y tras subir unas pequeñas escaleras nos encontrábamos en el Barrio Armenio, el más pequeño de la ciudad de Jerusalén y cargado de historia. Aquí vive el Patriarca de la Iglesia Armenia también conocido como el Patriarca de la Iglesia Armenia de Santiago, en honor de Santiago el Grande hijo de Zebedeo y hermano de San Juan el Evangelista y por Santiago el Menor, ambos figuras importantes cristianismo naciente.

Parece ser que los primeros armenios llegaron a la ciudad de Jerusalén en el año 70 d.C. tras la destrucción de la ciudad por los romanos que la repoblaron con comerciantes, artistas y administradores. Lo que si parece claro es que las primeras comunidades armenias se asentaron en la ciudad unos cincuenta años antes del año 301, cuando Armenia se declaró estado cristiano. A partir de este momento fueron llegando grupos a la ciudad en peregrinación para conocer los lugares en los que había vivido Jesús.

Llama la atención la configuración estrecha de sus calles y los muros elevados de sus viviendas con pequeñas ventanas con lo que la vida de este barrio se desarrolla intramuros. Mucho silencio y pocas personas en sus calles, aunque según leímos casi todas las edificaciones pertenecen al Patriarcado.

En sus calles muchísimos carteles recordando el aniversario de los 100 años del genocidio armenio, el que todavía no ha sido reconocido por un gran número de estados, entre ellos Israel.

Visitamos la Catedral de Santiago, una de las más bonitas de Israel, construida en el siglo XII sobre los restos de una iglesia bizantina que dicen fue la más antigua de todo Jerusalén. Lo que vemos en la actualidad es una remodelación ejecutada en el siglo XIX. Una peno no haber podido asistir a un acto religioso que celebran diariamente de tres a tres y media cuando todos los monjes a la luz de las velas hacen su rito con cantos de estilo gregoriano. Habrá que volver a esta apasionante ciudad con más calma.

Tras la comida que hicimos en el mismo restaurante armenio del día anterior, pusimos rumbo hacia la Puerta de Jaffa y nos detuvimos unos momentos en otro de los lugares imprescindibles del Barrio Armenio, la Torre de David, que no tiene nada que ver con el Rey David ya que se le atribuye su construcción a Herodes el Grande en el siglo I d.C. Hoy es un Museo de la Historia de Jerusalén y las vista de la ciudad desde aquí cuentan que son impresionantes.

Tocaba abandonar la Ciudad Vieja y adentrarnos, aunque brevemente, en la ciudad Nueva de Jerusalén que es la ciudad judía por excelencia y que por lo poco que vimos resulta una ciudad agradable con grandes avenidas, grandes edificios, como en los extrarradios de cualquier ciudad del mundo. Teníamos dudas si visitar el Museo de Israel o el Museo del Holocausto, pero al ser Sabat los horarios decidieron por nosotros.

Desde la Puerta de Jaffa tomamos un taxi al Museo de Israel, recordad que no funciona ningún medio de transporte público en sábado. El Museo estaba abierto en sábado y según ponía en su web hasta las cinco de la tarde pero luego no fue así y cerraba a las cuatro, así pues tuvimos que hacer una visita más que rápida pero mereció la pena ya que está considerado como una de las mayores instituciones culturales en el Estado de Israel y está clasificado entre los principales museos de arte y arqueología del país y del mundo. Pagamos nuestra entrada de unos 12 euros al cambio con la que te dan una audio guía, dejamos mochilas y bolsos en las taquillas y estábamos dispuestos a empezar la visita.

Conocer el famoso complejo del Santuario del Libro era uno de nuestros deseos desde el momento que supimos que viajaríamos a Israel. Este edificio simbólico, custodia y muestra los Manuscritos del Mar Muerto descubiertos en Qumrán en 1947. Los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán son una colección de 972 documentos escritos entre el año 200 a.C. hasta unos años anteriores a la destrucción del Templo en el año 70 d. C.

El rollo de Isaías es uno de los más conocidos e importantes por haberse encontrado más de 20 copias aunque tan solo una está completa y se escribió unos 100 años antes de la compilación de la biblia hebrea. Este se encuentra custodiado en el Santuario del libro, tiene más de 7 metros de largo y unas 17 páginas escritas sobre pergamino.

"El Santuario del Libro fue especialmente construido para la exhibición y preservación de los Manuscritos del Mar Muerto, en condiciones cuidadosamente controladas de temperatura, humedad y ángulo de inclinación. La exhibición incluye también objetos desenterrados en Qumrán, así como manuscritos únicos de la Biblia Hebrea. Debido a las estrictas necesidades de conservación requeridas por el Rollo de Isaías, el manuscrito completo desplegado en el centro del Santuario es un facsímil. Todos los restantes manuscritos son originales, incluida una sección del Rollo de Isaías."

Su cúpula blanca exterior recrea las tapas de las vasijas en las que encontraron los primeros rollos y que se habían conservado durante más de 2000 años. Fue diseñada por dos arquitectos norteamericanos judíos 1965, año de la apertura del Museo.

Dimos un paseo por el parque de las esculturas en nuestro ascenso a la parte superior del museo donde se encuentran las salas de exposiciones. Decir que tuvimos que visitarlas, una parte tan solo, casi a la carrera. Nos sorprendió la colección de arte que tienen, de todos los estilos, tendencias y con los mejores nombres del arte internacional, muestras de arte americano y africano, la reproducción de salas de palacios rusos, arte, moda y diseño israelí. Vamos una colección y un museo para dedicarle una mañana o una tarde completa.

No nos dio tiempo de visitar la famosísima maqueta de Jerusalén con la reproducción de lo que fue la ciudad con el templo del Rey Salomón en pie, algo que no debéis perderos si visitáis el museo. Como era temprano y estaba bastante cerca nos fuimos dando un paseo por el hermoso parque que rodea el Edificio del Parlamento o la Knéset, en edificio moderno muy bello. Aquí nos encontramos la famosa Menorá de la Knéset, una escultura en bronce de 4.3 metros de alto, realizada por el escultor judío alemán Benno Elkan, podéis leer este artículo pinchando AQUÍ sobre todo para ir desplegando cada fotografía y conocer toda la simbología del monumento.

Ya nos quedaba volver a la ciudad vieja, dar un paseo por la ciudad de noche, tomar un café al más puro estilo turco y tomar un taxi en la Puerta de Jaffa a nuestro hotel. El viaje se acercaba a su fin y nos quedaban una horas al día siguiente para conocer, por fin, paseándola la Explanada del Templo para los judíos o la Explanada de las Mezquitas para los musulmanes. Pero esa es otra historia.


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