Castellón de la Plana es la capital de la provincia de Castellón, situada en la Comunidad Valenciana en España. Cuenta con unos 175.000 habitantes, distribuidos en dos núcleos de población principalmente, Castellón de la Plana en el interior y El Grao, a unos cuatro kilómetros, bañado por el Mediterráneo en la denominada costa de Azahar, en honor de la flor del naranjo y del limonero. Turisteando el mundo conoció Castellón de la Plana en una ruta de cuatro días que realizamos por la provincia de Teruel (Aragón) y Castellón (Comunidad Valenciana)
Nos alojamos en el Tryp Castellón Center, que se encuentra a unos escasos diez minutos del centro de la ciudad. No es difícil aparcar, sino súper difícil por el entramado de calles estrechas, la mayoría sin zonas habilitadas para ello; hay que echarle muchísima paciencia. Pasamos tres noches en la ciudad aunque a Castellón de la Plana y el Grao le dedicamos solamente un día que además coincidió en lunes y festivo, el 1 de mayo, con lo que estaba casi todo cerrado. Pero antes de contaros nuestro paseo por esta ciudad, un poco de historia.
Los primeros pobladores parece ser que se asentaron en el Grao, hay restos arqueológicos de una población íbera que pudiera ser la que los griegos llamaron Castalia; los romanos explotaron sus minas de plata, quedando vestigios de villas y necrópolis. A partir del siglo VIII los musulmanes se asentaron de forma dispersa alrededor del cerro de la Magdalena. El ataque del Cid Campeador durante la segunda mitad del siglo XI motivó a que los musulmanes edificaran una alcazaba hoy denominada Castillo de la Magdalena o Castillo de Fadrell o “de los moros”. Pasa a manos cristianas en el siglo XIII de la mano del rey Jaime I.
Fue a mediados de este siglo, cuando el asentamiento de la ciudad se traslada del Cerro (A tan solo 131 metros de altitud), al desierto de la plana y nace la ciudad actual. Avatares de la edad media la llevaron a pertenecer a Aragón y Castilla. Fue invadida por las tropas francesas y en 1833 fue declarada capital provincial. Llegando a nuestros días como una capital de tamaño medio y con pocos edificios antiguos conservados, aunque un centro muy limpio con edificios de dos plantas pintados de colores, restos de algunos edificios modernistas, hacen que un paseo por Castellón de la Plana resulte agradable.
En nuestro paseo por el centro de la ciudad, nos encontramos con uno de los edificios singulares de Castellón, el Casino Antiguo, ubicado en la recoleta Plaza de la Puerta del Sol. Los socios de esta entidad se trasladan en 1865 al Palacio de Francisco Tirado en la Plaza de Puerta del Sol- Entre 1922-1923 se remodela este palacio dando lugar al edificio actual. No pudimos entrar a verlo porque todavía estaba cerrado pero en la puerta había un cartel bien grande donde decía que era un lugar para socios. Muy interesante el edificio del Banco de Valencia frente al Casino Antiguo.
Seguimos por la calle de Enmedio, una de las más comerciales de la ciudad que conserva algunas casas interesantes y la Iglesia de San Miguel del siglo XVII, que también estaba cerrada.
Llegamos a la Plaza Mayor, donde se encuentran algunos de los edificios más interesantes de la ciudad: el Ayuntamiento, la Concatedral de Santa María (el obispado está compartido entre Castellón de la Plana y Segorbe), Mercado Central , la Lonja del Cáñamo y la Torre de Fadrí.
El Ayuntamiento es un edificio del siglo XVIII, en el que destaca su porche con cinco arcos que dan a la Plaza Mayor. Aquí se encuentra la oficina de Turismo, que por el horario colgado en la puerta debería estar abierta pero no lo estaba. Frente al Ayuntamiento, la Concatedral de Santa María de estilo gótico, pero que fue destruida en la guerra civil; tras su reconstrucción en estilo neogótico, se volvió a abrir en 1999. Se conservan las tres puertas góticas, construidas entre 1382 y 1435. Llama la atención el tamaño del edificio, que había sido declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931. El interior tiene poco interés ya que se perdió casi todo en el incendio de 1936.
Pero sin lugar a dudas uno de los símbolos de la ciudad es el campanario de la villa o la torre exenta El Fadrí (soltero). Es una magnífica torre octogonal de 58 metros de altura, construida entre finales de siglo XVI y principios del siglo XVII. Sus campanas dan las horas y la más popular es la conocida como Cristóbal, nombre del patrono de la ciudad.
Su gran altura contrasta con su gran simplicidad decorativa, impostas que la anillan y definen sus sucesivos cuerpos y los ventanales de arco de medio punto en el piso superior. La antigua Lonja del Cáñamo, edificio renacentista del siglo XVII, tiene de un pórtico esquinado en el que se emplean columnas toscanas y en la parte superior destacan las hermosas pinturas alegóricas. Hoy es sede de la Universidad.
El Mercado Central es un edificio de principios del XX, remodelado a finales de este siglo. En pleno centro de la ciudad facilita a los ciudadanos la adquisición de productos de la huerta y el mar de Castellón. Lástima que estuviera cerrado porque nos encanta darnos una vuelta por los mercados locales.
Tomamos la calle Colón para llegar a la encantadora Plaza de Tutuán y ver al Edificio de Correos y Telégrafos, uno de los iconos modernistas o neo mudéjares de la ciudad. Se construyó en 1932, siendo uno de los principales arquitectos, Demétrio Ribes Marco considerado como el arquitecto del modernismo valenciano. El ladrillo, la cerámica y el vidrio son los elementos que predominan en el edificio en sus tres plantas con sus esquinas redondeadas que producen un efecto de gran contundencia. Nos costó buscar el ángulo para sacar una fotografía de del edificio entero al encontrarse en una calle muy estrecha.
Desde aquí y tras un café en la plaza de Tetuán, volvimos hacia la Catedral para tomar un tren turístico que por tres euros persona nos dio un paseo muy interesante por la ciudad. Eran ya las doce y el tren se llenó. Fue una ruta de una hora bastante interesante que te permite ver todos los iconos de la ciudad. Aquí os dejamos la ruta del trenecillo.
Paramos unos quince minutos en la Basílica Mare de Déu del Lledó, patrona de Castellón de la Plana desde 1922. Se encuentra un poco alejada del centro histórico al final de un largo paseo en zona de pleno crecimiento urbano de la ciudad. El origen de la actual basílica se remonta a una capilla del siglo XIV que se erigió para dar honor al hallazgo de la imagen de la virgen por un labrador. El santuario ha sufrido continuas ampliaciones y mejoras, perteneciendo la fachada actual al siglo XVI. En su interior se conservan mantos de la virgen y tallas de los siglos XVII y XVIII y piezas de orfebrería.
El Auditorio de congresos, que vimos a la ida y vuelta de la Basílica de LLedó, es un edificio de grandes volúmenes asimétricos de hormigón blanco, gris, madera y vidrio que se construyó en el 2004. Está situado frente al Jardín de los naranjos, un espacio verde inmenso que constituye el pulmón de la ciudad.
El Teatro Principal en la Plaza de la Paz, es un edificio neoclásico construido a finales del XIX y constituye uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Tras el paseo de una hora cogimos el tram para ir a comer y visitar las playas de Castellón de la Plana en el Grao, barrio marítimo a cuatro kilómetros del centro de la ciudad. El Puerto Pesquero del Grao reúne las embarcaciones dedicadas a la pesca en la capital de la provincia, una actividad que ha sido muy importante a lo largo de los años en el barrio marinero. Éste ha sufrido varias remodelaciones y, actualmente tiene junto a él la Lonja, donde se pueden encontrar las capturas del día y donde los restaurantes de la zona van a proveerse de materia prima para sus platos.
A partir de los años 70 del siglo XX el turismo comenzó a llegar al Grao de Castellón y se edificaron los primeros hoteles y apartamentos. En la década de los años 90 se dio un nuevo impulso a la oferta turística y de ocio con la construcción de la Plaza del Mar, con todos los restaurantes, cines y otros establecimientos que han convertido al Grao de Castellón en un punto de encuentro de los castellonenses y visitantes. En este emplazamiento se ubicó el antiguo Faro de Castellón (que fue sustituido por uno más moderno y eficiente en 1967) inaugurado en 1917 con una altura de 15 metros. El Faro queda como un homenaje al pasado y al presente marítimo del Grao.
Desde La Plaza del Mar parten los barcos que realizan las excursiones a las Islas Columbretes, pero que nosotros no pudimos realizar porque las excursiones comenzaban a mediados de mayo. El Edificio Moruno, construido a principios de siglo XX, toma su nombre del estilo árabe de su arquitectura y remates. Su función ha variado mucho a lo largo de los años y en la actualidad es sede de la Fundación Port Castelló y como sala de exposiciones.
Eran ya casi las tres de la tarde y pensamos comer aquí, en alguno de los múltiples restaurantes de la zona. Pero aunque no lo creáis fue misión imposible, la pregunta que hicimos en varios restaurantes de si había mesa para dos y en cada uno de ellos nos respondían que sí teníamos mesa reservada; al decir que no teníamos reserva , nos daban un no por respuesta. Visto lo visto, pusimos rumbo al pinar de Castellón para ver las playas más cercanas al Grao. Una zona muy bonita, no reñida con la excesiva urbanización y con mucho respeto a las zonas de dunas. Un lugar que tendremos que investigar más a fondo.
Las dunas mediterráneas y el bosque, permiten ofrecer a los castellonenses un espacio natural de ocio y recreo. El ambicioso proyecto presenta un paseo a lo largo de los 1.800 m de playa con el que se logra acercar el mar al paseante y al bañista. La topografía se convierte en el elemento clave para lograr los objetivos paisajísticos del Parque Litoral. A través de diferentes elevaciones y desniveles se pretende recrear las dunas. Junto a El Pinar está el Planetario, al que hicimos varias fotografías y que no pudimos ver por ser lunes y festivo.
Frente al Planetario cogimos un bus que nos dejaría en la Plaza del Jardín del Puerto para tomar el tram de regreso a Castellón. Deciros que es un billete único el que se realiza con el tram y las playas del Grao. Se puede pagar al conductor y creemos recordar que el billete era de 1,05 euros. Pensábamos bajarnos de nuevo en la Plaza de Tutuán pero se nos pasó y seguimos adelante a dar la vuelta por el recorrido del Tram. Nos bajamos en el Parque Ribalta para visitarlo, conocer el famoso Monumento a la Farola y las casas modernistas de la Plaza de la Independencia que junto a la Plaza de Tetuán, están declarados Conjunto Histórico-Artístico por el Ministerio de Cultura desde el año 1981. Hecho que ni los propios castellonenses conocen.
El Parque Ribalta, creado en 1868 con diseño romántico, debe su nombre al homenaje que la ciudad quiso hacer al pintor Ribalta. Es una buena muestra de jardín urbano, con su Templete, un estanque, unos bancos de cerámica muy barrocos y absolutamente preciosos, y en buen número de estatuas de músicos como Albéniz y Falla. Un lugar más que interesante para dar un paseo con el estómago lleno, pero el nuestro seguía vacío.
Salimos del Parque hacia la Plaza de la Independencia y nos topamos con el emblemático Monumento a la Farola construido en 1.929 por el arquitecto Maristany, creador del edificio de Correos, que entre edificios modernistas e historicistas hacen del conjunto un lugar muy bonito.
Las casas modernistas a resaltar son La Casa Alcón, con decoraciones neogóticas y la fachada de color rosa y Casa de las Cigüeñas, que llama la atención por su fachada en tonos azules y el gran colorido de sus azulejos.
Ya eran las cinco de la tarde y por fin nos sentamos a comer alguna cosilla, que falta nos hacía desde las nueve de la mañana danzando por la ciudad de Castellón de la Plana. El tiempo amenazaba tormenta y decidimos volver al hotel a descansar un poco y esperar la hora de la cena ya que teníamos media pensión.
Pero no queremos terminar este relato sin hablaros de la cantidad enorme de esculturas que hay repartidas por toda la ciudad, algunas interesantes, algunas más que de dudosa belleza, pero en cualquier caso hacen agradable y entretenido el paseo por plazas y calles de la ciudad de Castellón de la Plana. Tenéis dos o tres rutas por la ciudad para visitar este espacio museístico al aire libre, os la podéis descargar aquí. Alguna muestra de las que vimos nosotros:
La oferta museística de la capital castellonense incluye centros como el Museo Bellas Artes de Castellón, El espacio de Arte contemporáneo, el Museo de Historia Militar y el Museo Etnográfico. En el Grao, a cuatro kilómetros, se encuentra el Planetario y el Museo de la Mar. Nosotros no pudimos visitar ninguno al ser lunes y festivo pero no viene mal tenerlos en cuenta y de hecho lo apuntamos en nuestros diarios de viajes.
Y aquí terminamos nuestra historia de lo que vimos y visitamos en un día en la ciudad de Castellón de la Plana y así lo reflejamos en nuestro blog de viajes por el mundo. Al día siguiente tocaba retorno y nos adentrarimos de nuevo en la provincia de Teruel en nuestro viaje por tierras de las provincias de Teruel (Aragón) y Castellón (Comunidad Valenciana), para visitar Albarracín.
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