Bellinzona, la ciudad más italiana de Suiza en el Cantón de Tesino y sus tres castillos sería la siguiente visita de Turisteando el Mundo.
Las visitas del viaje Cinco fronteras, dos óperas y seis lugares Unesco: Ruta de un viaje de verano 2021, nos llevaba a cruzar la frontera de Austria hacia Suiza, donde a través de una carretera paralela al río Tecino en el Valle del mismo nombre, para nuestra siguiente parada en Bellinzona, la ciudad Suiza más italiana. Abajo algunas imágenes del camino y yo tan contenta con una rosa que dos compañeros del viaje nos habían regalado.
Bellinzona es hoy la capital del cantón de Tesino, antes lo fueron Lugano y Lorcano, encontrándose a lo largo de la historia en un lugar estratégico. Durante el medievo la ciudad cobró vital importancia para los Duques de Milán para controlar la zona entre esta ciudad y el Lado de Como Bellinzona entrando a ser controlada por Milán en el siglo XV; en el siglo XVI Bellinzona entró en la influencia de los confederados suizos. Más tarde sería invadida por Napoleón, que es el que crea los dos cantones de Bellinzona y Lugano, que después se fusionarían en 1803 para dar vida al cantón del Tesino. Todos estos avatares hicieron que durante siglos la ciudad se fortificara y levantara murallas defensivas y castillos.
Bajo el epígrafe Tres Castillos, Muralla y Murallas de la Ciudad-Mercado de Bellinzona en el año 2000, la Unesco incluye a Bellinzona en el Patrimonio de la la Humanidad, de la que dice: " El sitio de Bellinzona consiste en un conjunto de fortificaciones agrupadas alrededor del castillo de Castelgrande, que se alza sobre un pico rocoso que domina todo el valle del Tesino. Desde el castillo, una serie de murallas protegen la ciudad antigua y bloquean el paso por el valle. Un segundo castillo (Montebello) forma parte integral de las fortificaciones, mientras que un tercer pero separado castillo (Sasso Corbaro) fue construido sobre un promontorio rocoso aislado al sureste de las otras fortificaciones".
Desde esta plaza del Sol en plenísimo centro se encuentra el acceso al castillo de Castelgrande, encaramado en un promontorio rocoso y al que se accede a través de una pasarela modernísima y un ascensor que te eleva hasta los pies del castillo. el origen de este castillo data del siglo X-XI, con modificaciones, destrucciones y reconstrucciones a lo largo de su historia.
Lo más interesante, bajo mi opinión, es ir recorriendo sus murallas que nos ofrecen unas vistas de la ciudad preciosas y del resto de las murallas de la ciudad y sus otros dos castillos, el de Montebello que se encuentra integrado en el complejo de las murallas y el de Sasso Corbaro, más aislado y sobre otro promontorio rocoso. Estos dos no tuvimos tiempo de visitarlos pero las mejores vistas se obtienen desde el de Castelgrande, donde estábamos.
Durante cuatro siglos, el castillo de Castelgrande estuvo bajo la jurisdicción de Milán y parece ser que en este tiempo se dividió en tres patios con un gran número de edificios, aunque fueron demolidos en el siglo XV aunque se mejoró su muralla con refuerzos adicionales.
En los patios que hoy se conservan destacan dos torres de las murallas, La Torre Negra o Torre Nera y la Torre Blanca o Torre Bianca, la primera con una altura de 28 metros y la segunda construida en el siglo XIII con 27 metros. Ambas están unidas por un edificio que fue sede episcopal en el siglo XII.
Hoy dentro del castillo se encuentran el Museo Histórico Artístico y el Museo Arqueológico, una visita más que interesante ya que se exponen todos los elementos del pasado de este lugar ya que no debemos olvidar que este lugar estuvo habitado desde el neolítico, la primera fortaleza que se construyó aquí fue durante el reinado del emperador romano, ya en este momento el castillo de Castelgrande fue un punto de referencia para el control de la región y sobre todo del control las rutas comerciales desde centro de Europa hasta el Adriático.
De nuevo en la parte baja de la ciudad dimos un pequeño paseo por precioso centro histórico de la ciudad para conocer más de cerca su pasado lombardo con edificaciones llenas de colorido y el nombre de sus calles y plazas muy italianos, aunque estaba cerrada muy interesante es el edificio de la Colegiata de San Pedro y San Esteban o su Teatro Sociale inspirado en la Escala de Milán.
Muy interesante la ciudad de Bellinzona, su pasado y presente muy italiano y sus tres Castillos. Y muy muy cerca otra joya que conoceríamos después de la comida, hablo del Lago Maggiore y Ascona. ¡Pero esto ya es otra historia!.
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