Arenas de San Pedro es uno de los municipios más importantes y más poblados de la provincia de Ávila, es capital y centro neurálgico del Valle del Tiétar. Sus orígenes se remontan a la Edad Media y bajo el reinado de Enrique III de Castilla, en el siglo XIV, se le concedió el título de villa. A partir de la canonización de San Pedro de Alcántara en 1669 se tramitó la apropiación por parte de la villa de Arenas del nombre del santo, que murió en esta ciudad.
Llegamos después de haber visitado las Cuevas del Águila, que se encuentran muy cerca de esta localidad. Nada más llegar, vimos las típicas casas serranas de mampostería de piedra con tejados de pizarra y también comprobamos un cierto caos circulatorio y falta de indicaciones de aparcamientos. No nos gustó nada la gran cantidad de vehículos aparcados y letreros publicitarios junto a uno de sus monumentos más importantes como es el Castillo de Álvaro de Luna.
Tuvimos la suerte de encontrar sitio para aparcar una vez pasado el puente medieval que salva el río Arenal. Se trata del Puente Aquelcabos, comúnmente llamado puente romano, aunque en realidad es un puente de origen medieval, construido en piedra en el siglo XIV. Nos detuvimos allí unos minutos, porque además se encuentra en un entorno muy bello de Arenas de San Pedro. Desde el puente se inicia la llamada "senda de los pescadores", que discurre por las orillas del río Arenal en un trazado junto a las orillas del río realizado con listones de madera. Hicimos algunas fotos del lugar antes de sentarnos a tomar unas deliciosas tostadas con pan de pueblo en una terraza colindante.
Cerca teníamos el Castillo de Álvaro de Luna o de la "Triste Condesa", ya que su última dueña tras enviudar, después de que su marido fuera ajusticiado, firmaba con ese nombre todas las cartas y documentos. Levantado en el siglo XIV por el entonces condestable de Castilla y Maestre de la Orden de Santiago, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. Actualmente el castillo, propiedad del Ayuntamiento, se encuentra en magnífico estado y se ha reconvertido en museo, sala de exposiciones y auditorio, por lo que merecía una visita, aunque hay que estar pendiente de los horarios, ya que solo se puede acceder con visitas guiadas que se realizan a determinadas horas del día por el mismo personal que atiende en la oficina de turismo. Fuera de estos horarios, el castillo permanece cerrado, e incluso te puedes encontrar que anulen alguna de las visitas a saber por qué causa y encontrarte en la puerta con el cartel de rigor "Queda anulada la visita de las 13:00 horas". En fin, como ya viene siendo habitual cada vez que visitamos la Comunidad de Castilla y León encontramos dificultades para realizar ciertas visitas (Ya nos pasó en Palencia y provincia) y encontrar información fidedigna en sus páginas web. El caso es que como solo teníamos posibilidad de visitarlo a las 13:00h. y quedó anulada, no pudimos ver su interior. Una sugerencia para los responsables: Dejen de poner folios con cello pegados a las puertas.... ¡Pongan un tablón de anuncios en condiciones!
Dimos una vuelta alrededor del castillo, casi sin poder andar, debido a todos los vehículos estacionados junto a sus muros. Al pasar por la plaza del Condestable Dávalos, vimos la estatua de San Pedro de Acántara y después nos dirigimos a la oficina de turismo, donde los empleados nos trataron amablemente y nos facilitaron el mapa de la ciudad, aconsejándonos con lo que debíamos ver y hacer en Arenas de San Pedro.
Muy cerca se encontraba la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Se levantó a finales del siglo XIV en estilo gótico, por orden del primer señor de Arenas, aunque ha sufrido posteriores modificaciones, destacando la Torre de Campanario, de estilo renacentista.
Después de dar un paseo alrededor de la iglesia y por la Plaza del Ayuntamiento que se encuentra al lado, nos dejarnos perder entre estrechas calles colindantes, más tarde, nos dirigimos a la parte alta de la ciudad, conocida como el "Alto de la Mosquera". Allí se encuentra el Palacio del Infante Don Luis de Borbón, hermano del rey de España Carlos III, construido en estilo neoclásico a finales del siglo XVIII. En realidad, este Palacio fue fruto de una historia de amor, ya que el Infante al casarse con una plebeya obligó al rey a desterrarlo de Madrid, aunque le ayudó económicamente a construirlo.
La entrada que da acceso a un gran vestíbulo, consta de una singular techumbre sostenida por grandes pilares cuadrangulares. No tuvimos ocasión de ver más que sus jardines pues no pudimos pasar al interior. El terreno que ocupaba era lo suficientemente grande como para tener caballerizas donde se entrenaba a los caballos de tiro de carruajes. A este palacio acudió en varias ocasiones el pintor Francisco de Goya para retratar a miembros de la Familia Real.
El edificio quedó inacabado, ya que la obra final pensada era más de la mitad de la que se construyó. Pero el infante murió y tras su entierro se embargaron sus bienes. Actualmente se encuentra semiabandonado, aunque parece ser que el Ayuntamiento trata de restaurarlo y darle un nuevo contenido. Y nuevamente cogimos el coche para ir al Santuario de San Pedro de Alcántara declarado desde 1972 Monumento histórico-artístico nacional y situado a 4 km de Arenas. Es tan bonito el trayecto hasta allí que recomendamos si se está en buena forma física hacerlo andando para disfrutar del paisaje a través de bosques espectaculares siguiendo el cauce del río Avellaneda.
El Santuario está ubicado donde el Santo extremeño erigió un pequeño convento para que los frailes de su Orden pudieran dedicarse a la contemplación y a la vida de penitencia, tal y como reglaba la línea asceta que él propugnaba. El lugar desde luego es idílico y ayuda a la meditación.
El monasterio es del siglo XVIII, fue planificado por Ventura Rodriguez y Sabatini y construido con ayuda del rey Carlos III. Destaca su gran cúpula y en su interior la iglesia de San Pedro de Alcántara que incorpora la Real Capilla del mismo nombre, donde se encuentra una urna de mármol y bronce con las cenizas del Santo.
El Santuario ha sido centro de peregrinación de muy distinta clase social y de distintas zonas de España. El 19 de Octubre se celebra una romería que llega hasta el convento fundado por el Santo, acude gente tanto de Arenas como de los pueblos cercanos, además de los que se desplazan desde la comarca de La Vera (Extremadura) y sobre todo de la Campana de Oropesa, donde también residió el Santo.
Nos gustó mucho haber conocido este sitio y desde allí iríamos a Guisando donde habíamos contratado nuestro hotel, pero antes de llegar, una nueva y agradable sorpresa, el Embalse de Riocuevas.
Las vistas de la Sierra de Gredos desde prácticamente cualquier rincón son muy buenas, pero llegando a la presa por la carretera de Guisando es donde se convierten en espléndidas, ayuda mucho tener como telón de fondo las aguas del embalse del río Cuevas. La mejor manera de acceder al embalse es caminando a través de la senda fluvial que recorre los dos ríos ("senda de pescadores") que cruzan Arenas de San Pedro. Es un magnífico paseo.
Pero nosotros íbamos en coche por la carretera de Guisando y vimos un parking habilitado para vehículos, nos desviamos y aparcamos. Allí comienza una ruta circular que bordea este embalse que retiene las aguas del río Cuevas. Un paseo delimitado por vallas de madera que discurre en llano y fácil para recorrer los 2.300 m del perímetro del embalse.
Con esta bonita parada acabamos nuestra visita a Arenas de San Pedro y continuábamos el viaje por la Sierra de Gredos.
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