Era la única excursión que íbamos a hacer desde la ciudad de Buenos Aires y por tres razones, una, conocer personalmente a nuestra amiga Mabel Edhit Lucero, una de nuestras seguidoras más fieles, además de ser una gran viajera y soñadora. Otra razón era obvia, conocer uno de los deltas de río más grandes del mundo que alberga una biodiversidad única y un estilo de vida muy particular, que lo convierten en un atractivo turístico de primer orden. Y la última razón no podía ser otra más que el Delta del Río Paraná está declarado como "Reserva de la Biosfera" desde Septiembre del año 2000.
Borges llamaba a Tigre "la Venecia Salvaje". Nada menos que 5.000 islas e islotes que emergen entre las aguas del río, habitadas por una comunidad de agua de mansos canales, donde los lugareños tienen a los barcos como único medio de transporte. Se trataba de descubrir una cara diferente de Argentina desde esta ciudad portuaria, un paseo diferente a solo 36 kilómetros de la gran ciudad, pero alejado de sus edificios, sus ruidos y su ritmo frenético.
Decidimos coger un tren a primera hora de la mañana, tuvimos que hacerlo desde la Estación Retiro, no muy lejos de nuestro hotel, pero aún así tomamos el bus 92 haciendo uso de nuestro bono transporte. Hay que tomar el tren Mitre que sale de las plataformas 1 o 2. En días hábiles, la frecuencia de los servicios es cada diez minutos hasta medianoche, mientras que los fines de semana los trenes circulan cada treinta minutos. El viaje de Retiro a Tigre dura alrededor de 50 minutos. Para saber precios y horarios actualizados (en Argentina los precios fluctúan constantemente) podéis consultar la siguiente página: Tarifas y precios de boletos Tren Mitre. Se puede hacer uso de la tarjeta SUBE y sale todavía un poco más barato.
Existe también el llamado "Tren de la Costa" para quienes dispongan de más tiempo, primero porque no sale desde la estación de Retiro (la más céntrica) y se puede parar en cada estación del recorrido para volver a subir cuando se desee. Es mejor cogerlo en los meses de verano argentino (invierno europeo) cuando hay más horas de luz. No obstante dejamos su página web: Tren de la Costa
El trayecto no es rápido pero si interesante y tiene muchas paradas, nosotros al subir en la primera estación pudimos tomar asientos a nuestro gusto y observar los lugares por donde pasábamos a través de la ventanilla. Casi una hora después de nuestra salida llegamos a Tigre donde en la salida de la estación de trenes se encontraba nuestra amiga Mabel.
Mabel ha sido profesora, es una auténtica enciclopedia viviente, pero sobre todo es una mujer preocupada por la injusticia en su país y sí como conocedora de su nación es una experta, como analista político lo es aún más. Todo un placer y un gusto haber compartido ese día con nosotros en el que aprendimos mucho de Argentina con ella.
Tras saludarnos entre sonrisas, nos indicó que estaba a punto de salir el barco que hace el paseo por el río Luján y parte del Delta (la parada fluvial se encuentra casi enfrente de la estación de tren) y hacia allá fuimos. El recorrido también se puede hacer en las lanchas colectivas y el precio lo podéis consultar en la siguiente página: Lanchas colectivas de Tigre
Apenas se toma el río Luján, que es uno de los ríos que pasan por la ciudad, se distinguen decenas de clubes de remo, deporte por autonomasia en esta región, ya que se instalaron aquí a finales del siglo XIX pertenecientes a los grupos originales de habitantes escandinavos, alemanes, italianos, judíos y españoles. Pasamos por el viejo y aristocrático Tigre Hotel (hoy convertido en centro cultural), cuya sede fue declarada monumento histórico nacional y es, desde 2006, donde se encuentra el Museo de Arte de Tigre.
El paseo en estas tradicionales lanchas de paseo dura unos 40-50 minutos y recorre no solo los ríos principales, sino también algunos de los canales que conforman la parte más atractiva de esta región. Esta zona natural, elegida en el pasado, por familias de la alta sociedad como destino turístico, en la actualidad es un lugar visitado por todas las clases sociales. En el río se pueden realizar deportes acuáticos como la natación, la navegación a vela y el remo o simplemente como hicimos nosotros, disfrutar del paisaje al surcarlo en barco.
Hortensias y otras plantas de flores adornan tanto las mansiones de lujo como los muchos palafitos que nos encontramos por el camino, creando un paisaje de una belleza tal que realmente vale la pena conocer. Durante los meses de inverno argentino, estación en la fuimos nosotros, las camelias o los narcisos son los que más colorido dan al entorno.
La influencia de la "belle epóque" se deja apreciar en cada uno de los rincones de la ribera del río. Sus antiguas casonas, muelles y espacios de recreo se muestran plenos de vestigios de una época en que el lujo y el glamour era importado desde la vieja Europa hacia la nueva América.
Poco a poco nos adentramos en el Delta, las aguas toman un color café con leche característico del río Paraná cada vez más marcado, la vegetación es casi selvática en esta zona con sauces, cañaverales y juncos.
Durante el recorrido, puede observarse un área de islas interconectadas por puentes y caminos y acercarse a una casita blanca protegida por una gigantesca urna de cristal que fue propiedad del Presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Una casa que el héroe argentino construyó en la segunda mitad del siglo XIX y que se conserva con sus muebles originales, declarado hoy en día como Monumento Histórico Nacional. Este presidente de la Nación, considerado por muchos como héroe, fue maestro y un incansable viajero como Mabel, y contribuyó al progreso científico y cultural de su país. Como os imaginaréis, las explicaciones de nuestra amiga sobre todo lo que veíamos eran un valor añadido.
El Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica después del Amazonas. Su delta es el quinto mayor del mundo y el único que desemboca en un curso de agua dulce, el río de la Plata, que es, con sus 50 kilómetros de orilla a orilla, el más ancho del mundo, y como habíamos mencionado antes declarado en el año 2000 "Reserva de la Biosfera".
El Delta del Paraná, en cuya orilla derecha y en el sector final está Tigre, es una red de arroyos y riachuelos donde se desarrolla una fauna y flora de las más ricas y exóticas, ofreciendo un espectáculo natural absolutamente inolvidable. Una página recomendable para informarse sobre todo lo relativo al Delta es la siguiente: Delta del Paraná ( patrimonionatural.com)
Acabamos nuestro paseo fluvial y regresamos a la ciudad, allí Mabel nos ofreció su vehículo para realizar un pequeño tour por la ciudad. Nos explicó que Tigre está ubicada a 36 km del centro de la ciudad de Buenos Aires, siendo un paraíso natural de ríos, canales e islas y que posee el único delta de agua dulce del mundo. Fue fundada en 1820 después de que algunas inundaciones destruyeran otros asentamientos en la región y su nombre popular debe su origen a la presencia de yaguaretés (tigre americano) a lo largo de sus islas y montes. Sin embargo, una vez que la zona comenzó a poblarse (a principios del siglo XX) estos animales debieron de emigrar hacia el corazón de la selva misionera (provincia de Misiones).
Llegamos a la vera del río Luján y allí Mabel aparcó el coche junto a unos jardines cerca de la ribera, nos dio una sorpresa preciosa. Un pic-nic con mesa, sillas y mantel incluido. Maravillosa Mabel ¡Vaya detallazo! Una comida preparada por ella para disfrutarla al sol en un espacio espléndido como hacen los porteños los fines de semana. ¡Como disfrutamos de su hospitalidad!
Una vez acabado el almuerzo y tras una deliciosa conversación viajera, nos llevó al Puerto de Frutos, un famoso mercado al aire libre ubicado entre calles vestidas con los colores de tejidos rústicos, donde venden sabrosas y coloridas frutas: naranjas, pomelos, manzanas, etc. También vimos conservas como higos en almíbar y miel.
Existen además infinidad de puestos y locales que ofrecen objetos realizados a partir de cañas, juncos y mimbres, se trata de muebles, artesanías y elementos decorativos. Muy visitado por los porteños y con precios muy inferiores a los de la capital. De allí una visita al famoso Casino de Trilenium que también posee un gran centro comercial, pero como no era de nuestro interés, solo lo vimos por fuera.
Nos fuimos desde Tigre en el coche de Mabel a una ciudad tranquila y residencial que merece una visita de vuelta a Buenos Aires, pudiéndose detener tanto en el tren que llega a Retiro como con el "Tren de la Costa", nos referimos a San Isidro, cuya historia se remonta al siglo XVI. Llegamos a su centro histórico, la Plaza Mitre, donde se encuentra una Catedral neogótica dedicada igualmente al santo labrador. Tiene una espectacular torre de 70 metros, tres naves, y un ábside circular. Las casas de los alrededores de la Catedral conservan la ornamentación antigua y característica del lugar
Enfrente de la plaza se encuentra un parque con un reloj a nivel de la tierra y con senderos ideales para caminar y bajar a la barranca para visitar el viejo puerto arenero o comer en los múltiples restaurantes que hay en el camino. Los fines de semana se congregan artesanos de la zona ofreciendo gran variedad de productos.
Nosotros únicamente tuvimos la oportunidad (por escasez de tiempo) de tomar un café con Mabel en un bar frente a la Plaza de Mitre y seguir conversando sobre política y viajes hasta que llego la hora de volver a Buenos Aires. Un día espectacular por lo que conocimos pero sobre todo por las horas que pasamos con Mabel Edhit Lucero, una mujer argentina que nos llegó al corazón. ¡ GRACIAS MABEL!.
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