Las iglesias pintadas del norte de Moldavia son iglesias ortodoxas rumanas en la región de Bucovina (Región histórica de Europa situada entre Ucrania y Rumania), en el distrito de Suceava en las estribaciones de los Cárpatos. Bucovina significa o se traduce como el "país de las hayas" y fue el origen del Principado de Moldavia (Ucrania-Rumanía). El precioso paisaje salpicado de colinas verdes, pequeños pueblos y bosque de hayas contiene uno de los grandes tesoros artísticos de Rumania: las iglesias pintadas.
Fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad siete de estas iglesias iglesias en 1993 y se extendió en 2010 a otra más. De ellas dice así la Unesco: “Ornamentadas en sus muros exteriores con frescos de los siglos XV y XVI, las siete iglesias de Moldavia que forman parte del sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993 son obras maestras del arte bizantino, únicas en su género en Europa. Sus pinturas murales, ejecutadas en todas las fachadas, no son meros elementos decorativos, sino auténticas obras artísticas. La composición extraordinaria, la elegancia de los personajes y la armonía de los colores de los frescos se armonizan perfectamente con el paisaje circundante”.
La relación de iglesias pintadas declaradas Patrimonio de la Humanidad son las siguientes, en negrita os marcamos las cuatro que visitamos:
Iglesia de la Santa Cruz de Patrauți, la más antigua del conjunto, localizada en Patruți y construida en 1487
Iglesia de San Jorge en el Monasterio de Voroneț, en la localidad de Voroneț, construida en 1488
Iglesia de la decapitación de San Juan Bautista en el Monasterio de Arbore, en la localidad del mismo nombre y construida en 1503
Iglesia de la Asunción de la Virgen en el Monasterio de Humor, en Humor y construida en 1530
Iglesia de la Anunciación en el Monasterio de Moldovita, en Moldovița y construida en 1532
Iglesia de San Nicolás y el Catolicón del Monasterio de Probota, en Probota y construida en 1531
Iglesia de San Jorge en Suceava, construida en 1522
Iglesia de la Resurrección del Monasterio de Sucevita, en Sucevița construida en 1583 y la última en incorporarse a la lista del Patrimonio de la Humanidad en 2010 y la Unesco dice de ella: “Con la extensión del sitio, la iglesia de Suceviţa completa ese conjunto de templos. Las paredes de su interior y sus fachadas están totalmente cubiertas de pinturas que datan de finales del siglo XVI. Situada en el recinto de un monasterio fortificado, esta iglesia es la única del sitio en la que hay una representación de la Escala Espiritual de San Juan Clímaco”.
Aquí os dejamos un mapa que hemos fotografiado de un folletito que compramos en uno de los monasterios sobre las Iglesias de Bucovina y que titulan "Bucovina, un archipiélago monástico".
Estas iglesias, casi todas dentro de monasterios amurallados fueron construidas entre los siglos XV y XVI y cabe preguntarse porqué se construyeron y por qué fueron ornamentadas totalmente sin dejar ni un hueco sin pintar haciendo honor al término “horror vacui” que un crítico de arte italiano utilizó en el siglo XX para definir precisamente el miedo al espacio vacío. Pues bien, en el siglo XV, Moldavia vivía rodeada y atemorizada por dos grandes potencias, por un lado el Reino Cristiano de Polonia y por otro el Imperio Turco, musulmanes, que no paraban de expandirse y que ya se encontraban muy cerca del Danubio. Ante esta situación, los Príncipes moldavos y los monjes de la iglesia ortodoxa idearon la creación de una red de monasterios a lo largo del territorio que diera cohesión a la lengua y a la religión de los habitantes del lugar.
En cuanto a por qué se pintaron las iglesias, tanto en su interior como en su exterior parece ser, al igual que ocurrió en las iglesias románicas, que se pintaron para facilitar a los campesinos la comprensión de la fe ortodoxa a través de las imágenes, como a los militares vigilantes o que estuvieran en el campo de batalla y no pudieran asistir a ritos dentro de los templos. Las pinturas se disponen en multitud de franjas horizontales y verticales, en grandes murales que narran historias de santos, del juicio final, de la Asunción de la Virgen, etc. Así parece ser que nació la primera iglesia pintada de Bucovina en 1487 fundada por Esteban III de Moldavia.
Estos monasterios generan un modelo constructivo que se ha llamado estilo arquitectónico moldavo y su pinturas nacieron con una fuerte influencia del arte bizantino pero lo que realmente las hace únicas es el color que utilizaban y se han llamado "colores bucovinos" e incluso estos colores se han llegado a llamar con el nombre del monasterio donde fueron utilizados: como el azul de Voronet, el verde de Sucevita, el rojo de Humor o el dorado de Moldavita. Llegamos a nuestro primer Monasterio procedentes de la localidad de Priatra Neant que está a unos 110 km pero que nos costó mas de dos horas llegar a Bucovina. Visitamos en primer llegar el Monasterio de Voronet, conocido como la capilla sixtina de Bucovina; continuamos con la visita de Sucevita y Moldavita. La noche la pasamos en Guru Humulai para visitar a primera hora de la mañana nuestro último monasterio, el de Humor.
IGLESIA DE SAN JORGE Y MONASTERIO DE VORONET. LA CAPILLA SIXTINA DE ORIENTE.
Este monasterio lo fundó Esteban el Grande en 1488 y la construcción se realizó en tres meses. Se consagró a San Jorge patrón de Moldavia. Cuentan que ante la amenaza de la invasión turca éste consultó al eremita conocido como Daniel, que auguró una aplastante victoria sobre los turcos; en agradecimiento el voivoda Esteban el Grande construyó este monasterio en el lugar que Daniel había elegido.
La vida monástica se mantuvo hasta el año 1785 en que Bucovina pasa al Imperio Austriaco y se reanuda en 1991, pero en esta ocasión con una congregación de monjas. La iglesia se levanta sobre un zócalo de piedra y tiene una torre que acentúa su esbeltez. A mediados del siglo XVI se le añade un pórtico. La Iglesia de San Jorge del Monasterio de Voronet se considera uno de los primeros monumentos moldavos creados en estilo propio, con una conjunción única de elementos bizantinos como la planta en forma de trébol, elementos góticos como la esbeltez del edificio y los autóctonos como la torre sobre cuatro arcos o los frisos esmaltados.
Las pinturas interiores son de la época de Esteban el Grande con unos rasgos marcadamente bizantinos generando un gran contraste con las del exterior, de época posterior más coloridas y populares. La ejecución de estos frescos se le adjudican a monjes anónimos dirigidos por el teólogo Gregorio Rosca. En las pinturas destaca un azul intenso conocido como azul de Voronet. Este color se considera único en el mundo ya que nunca se ha podido reproducir. El resultado del conjunto es sobresaliente e impresionante.
La perfección de los frescos interiores y exteriores de la iglesia le han valido la denominación de la “Capilla Sixtina de Oriente” sobre todo por el fresco del Juicio Final en la fachada occidental. Una monumental y gigantesca pintura única en el oriente cristiano. Una imagen vale más que mil palabras, aquí el Juicio Final con sus casi mil personajes y una herida roja por la que se precipitan los condenados al infierno.
IGLESIA DE LA RESURRECIÓN Y MONASTERIO DE SUCEVITA.
Después de haber visitado el Monasterio de Voronet, la joya del conjunto de monasterios, pensamos que ninguno de los que visitaríamos después sería capaz de impresionarnos tanto. Pero no fue así, tras unos 30 kilómetros hacia Sucevita, por un paisaje agrícola extremadamente verde con algún que otro bosque de hayas y un cielo negro amenazando tormenta nos encontramos frente a una enorme muralla con torres en los ángulos que nos indicaba que estábamos frente al Monasterio de Sucevita. Otra joya en esta preciosa región de Bucovina.
Este monasterio y su iglesia de la Resurrección fue el último en construirse en 1583 y la última en incorporarse al Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Fue levantado por la familia Movila, de los cuales Jeremías fue príncipe o Vaivoda de Moldavia a partir de 1595. Éste remodeló y agrandó la iglesia. Las pinturas de esta iglesia se realizaron bajo el Mandato de Jeremías por los hermanos Ion y Sofronie de Pangarati. Al traspasar la puerta entiendes porque la Iglesia de la Resurrección es conocida como la “joya verde” de Bucovina, siendo el color verde el predominante en las pinturas. Nuevamente un color tan peculiar que es conocido como “el verde sucevita”. Los frescos, tanto interiores como exteriores, son los mejor conservados de la región creyendo que se debe a su ubicación geográfica y a los muros que rodean el monasterio.
En los frescos exteriores destaca la bellísima Escala de Juan Climaco o Escalera de las Virtudes, donde un grupo de ángeles dispuestos en filas que protegen a las almas que suben por la escalera de los condenados y demonios que caen al infierno. El interior de la iglesia también se encuentra abarrotado de pinturas extremadamente bien conservadas, aunque algo ennegrecidas por el humo de las velas.
Este monasterio también tiene un pequeño museo que conserva una de las colecciones de arte medieval más importantes de la región de Moldavia, así como los bordados de las tumbas de Jeremías y Simeón Movila, objetos de culto, manuscritos y mobiliario.
IGLESIA DE LA ANUNCIACIÓN Y MONASTERIO DE MOLDOVITA.
De camino al Monasterio de Moldavita el cielo se rompió y por fin descargó agua pareciendo el diluvio universal. Pensabamos que nos fastidiaría la visita pero no, tras unos 30 minutos que coincidió con nuestro recorrido desde Sucevita a Moldavita la lluvia cesó y pudimos visitar esta nueva joya, que se encuentra en medio de las montañas creando una magia especial al lugar.
Cercano a este lugar ya existió una iglesia de madera que allá por el año 1400, Alejandro el Bueno sustituyó por una de piedra fortificada, unos años después sufrió graves destrozos por deslizamientos de tierra y en 1532 el Príncipe Pedro Rares decide crear un monasterio en un terreno más seguro y no es otro que el Monasterio de Moldavita y la Iglesia de la Anunciación. El jardín interior es absolutamente precioso, armonioso y estaba plagado de flores, sorprenden los edificios que rodean, entre ellos un pequeño museo con el sillón de Pedro Rares, una de las piezas más valiosas de la región de Moldavia.
A la Iglesia de la Anunciación se la considera la hermana de la de Humor, tanto por su arquitectura con un pórtico abierto como por sus frescos exteriores que también se asemejan en temática: Juicio final, el himno de la mesa votiva o la zarza ardiendo de Moises. Una diferencia entre ambos lugares es evidente que Moldavita está completamente decorada con pinturas de unos colores brillantes dorados que resaltan en medio del verde intenso del paisaje. El color de este monasterio es el “dorado de moldavita”.
IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN Y MONASTERIO DE HUMOR.
Desde la ciudad de Gura Humorului en el bello valle de Humor llegamos al Monasterio de Humor. El monasterio está consagrado a la Asunción de la Virgen y fue fundado en 1530 por el príncipe Pedro Rares sobre los restos de una antigua iglesia fundada en 1400 por Alejandro el Bueno. La vida monacal se mantuvo hasta 1785 en que la zona fue anexionada al Imperio austrohúngaro. La iglesia siguió funcionando como parroquia y nuevamente en 1991 recobró el estatus de monasterio. Este monasterio es especialmente bello por el marco en el que se ubica. Tiene como elemento particular un pórtico abierto con arcadas claramente marcado por el gusto renacentista de la época. La torre de defensa es posterior y la levantó el príncipe Vasile Lupu en 1641.
Los magníficos frescos realizados por Tomás de Suceava en 1535 son los más antiguos al aire libre de Bucovina. Destaca por sus colores cálidos y sobre ellos el rojo de Humor o rojo ladrillo. Gran parte de los frescos del muro norte han desaparecido por las inclemencias del tiempo pero los del muro sur son bellísimos. Del interior no pudimos hacer fotografías porque estaban en horario de culto pero tiene un gran número de iconos bizantinos del siglo XVI.
El conjunto del monasterio, con su iglesia, torre, jardines, las monjas y los fieles dan al conjunto un cierto sentido mágico y una sensación de paz increíble.
Datos prácticos para todos los Monasterios
Horario: Todos los días de 8h a 17h en invierno y hasta las 20h en verano.
Entrada. 5 lei
Cámara de fotos y cámara de video: 10 lei cada uno
Parking: todos los monasterios tienen parking.