Shakhrisabz era nuestro destino del 5 de octubre, ya casi finalizando nuestro viaje a Uzbekistan. Shakhrisabz, esta ciudad de nombre casi impronunciable, es la cuarta ciudad Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 de Uzbekistan. Su centro histórico, situado en la "Ruta de la Seda" en el sur de Uzbekistán, con más de 2000 años de antigüedad fue el centro cultural y político de la región de Kesh entre los siglos XIV - XV.
La Unesco dice sobre la ciudad de Shakhrisabz: “Una colección de monumentos excepcionales y barrios antiguos se puede encontrar dentro de los muros medievales, parte de la cual todavía permanecen. El centro histórico de Shakhrisabz testimonia el desarrollo secular de la ciudad y de siglos de su historia, y en particular al de su apogeo, bajo el imperio de Timur, en el siglo XV. La construcción de edificios continuó en Shajrisyabz lo largo de diferentes períodos de tiempo, que dan un carácter único al lugar por la sucesión de diferentes estilos arquitectónicos. A pesar del paso del tiempo, los vestigios restantes siguen siendo impresionantes en la armonía y la fuerza de estilos, una adición enriquecedora para el patrimonio arquitectónico de Asia Central y el mundo islámico”.
A las 8 de la mañana estaba nuestro coche esperándonos en la puerta del hotel para salir hacia esta ciudad. Enseguida cambió el paisaje y atravesamos las colinas de la provincia de Kasha-Darya. Hicimos una parada en un mercado en el punto más alto de zona donde estaban vendiendo todo tipo de frutas y verduras, e incluso miel desde el propio panal. Gente amabilísima, como en todo el país, que nos pidió una vez más hacerse fotografías con nosotros e incluso el señor con su burro paró para que le hiciéramos la fotografía.
En una hora estábamos entrando a la ciudad asentada en un fértil valle rodeado de montañas. Es una ciudad poco conocida que llegó a su máximo esplendor durante el reinado de Amir Timur, el gran Tamerlan. Este nació en un pueblecito cerca de la ciudad, cuando llegó al poder le dio el nombre actual y la transformó en un lugar suntuoso para su familia e incluso se construyó su mausoleo, que nunca utilizó y del que hablaremos más adelante.
La ciudad fue arrasada en el siglo XVI por el emir de Bujara, pero aún así cuenta con monumentos bellísimos que visitar. La primera parada la realizamos en el conjunto funerario DOR UT TILOVAT, que significa “lugar o casa de la meditación” de finales siglo XIV y principios del siglo XV y está situado en un antiguo cementerio de Shakhrisabz. Aquí están los restos de el padre de Amir Timur.
Este conjunto empezó a construirse poco después de la muerte del Sufi Shamseddin Kulyal, maestro espiritual de Timur y de su padre, considerado uno de los fundadores del sufismo. Timur en agradecimiento de sus sabios consejos de Shamseddin puso sobre su tumba una magnífica lápida de mármol. Dentro del conjunto hay una madrasa y fue aquí, donde en el año 1373, Amir Timur trajo los restos mortales de su padre Taragay; la construcción del conjunto terminó durante el reinado del nieto de Timur, el famoso astrónomo Mirzo Ulugbek.
En 1435 se construyó la mezquita KUK GUMBAZ, con una imponente cúpula azul que asombra y que fue nuestra primera imagen al llegar al complejo, y que iríamos contemplando desde distintos puntos de la ciudad. "Kuk Gumbaz" significa precisamente "cúpula azul”y hoy se sigue utilizando como lugar de culto. El complejo es equilibrado y preciso. Silencio, árboles, el sonido del agua se sumaban a todo este conjunto de madrasas, mezquitas, tumbas de los Timúridas con más de 600 años de historia y allí estábamos nosotros contemplando el lugar.
Para llegar al siguiente monumento del día atravesamos unos impecables jardines que unían ambos lugares. En toda esta zona, hace unos años, había más de 3000 viviendas antiguas y un mercado tradicional que junto a los restos de los monumentos de la ciudad, fueron el motivo de la concesión a la ciudad del distintivo de Patrimonio de la Humanidad; tras la demolición de todo el barrio y la construcción en su lugar de este inmenso parque que une todos los monumentos, se está pensando en quitarle el distintivo de bien cultural de la Unesco.
Desde aquí las vistas de la mezquita KUK GUMBAZ y de los mausoleos es imponente.
Nos dirigimos después al conjunto conmemorativo de DOR AS-SIYODAT, que significa “la morada del poder”, también datado a finales del siglo XIV y principios de XV, se empezó a construir cuando el hijo predilecto de Amir Timur murió muy jóven en Samarkanda. El rey quiso erigir un mausoleo, lleno de lujo y esplendor para su hijo y llamó a los mejores arquitectos del momento. Más tarde este lugar se convirtió en el sepulcro familiar de la dinastía Timúrida. La gran puerta de entrada, piensan que podía medir unos 25 metros, estaba decorada con azulejos que se combinaban armoniosamente de color oro y azul. El edificio ricamente decorado impresionaba a todos los que llegaban hasta allí. Muchas de las descripciones del lugar son conocidas gracias a los textos del español Ruy González de Clavijo.
De todo este complejo se ha conservado solo el mausoleo de gran cúpula que formaba parte del conjunto.
Detrás de DOR AS-SIYODAT se encuentra la cripta subterránea de Amir Timur. Según dicen la cripta la encontró un niño que estaba jugando al balón y cayó a un hoyo. Esto puede ser real, pero lo cierto es que los arqueólogos estaban buscando esta tumba por las descripciones que Clavijo describía en sus diarios, en las que aseguraba que Timur se había construido un mausoleo funerario para estar cerca del de sus hijos.
Una escalera empinada llevaba a la cripta rectangular con cuatro nichos en las paredes que formaban una cruz. La decoración es muy modesta, con medallones de inscripciones caligráficas del Corán. En el centro se encuentra un sarcófago de mármol con inscripciones que cuentan la vida de Timur. Se piensa que quedó inacabada porque tanta sencillez no era propia de sus gustos. También todo un personaje el señor que cuidaba de la cripta y que salió al exterior con nosotros y no paró hasta que nos hicimos una fotografía con él.
Anexa a este conjunto conmemorativo se construyó la Mezquita HAZRETI IMAN en el siglo XIX.
Nuestra siguiente parada fue en el palacio AQ-SARAY, es uno de los monumentos más grandiosos de la época de los Timúridas, construido en Shakhrisabz a finales del siglo XIV y principios del siglo XV. La construcción, cuentan las crónicas, se realizaba bajo la dirección del propio Amir Timur. AQ-SARAY significa “Palacio Blanco”, que así es como se le conoce.
Como indican las fuentes históricas “el palacio blanco” se construyó entre 1380 y 1404, parece ser que participaron más de 40.000 esclavos en su construcción y se terminó un par de meses antes de la muerte de Timur. El palacio AQ-SARAY es el conjunto más grande de Asia Central. Así lo demuestran los restos que pudimos ver, que si bien llega a los 45 metros, originariamente tenía una altura de casi 80 metros y una anchura de murallas estimada por lo que fue el arco que se conserva de 22 metros. Realmente impresionante e inexpugnable. Y si impresionante era su castillo, aún más su atrocidad y ferocidad, obligando a sus soldados a traer la cabeza de un enemigo y construir una pirámide de más de 20 metros con ellas frente a las puertas de su palacio.
Como en otros monumentos de la ciudad, la arqueología habla, pero con una guía de búsqueda importante, las narraciones de Clavijo en su obra "Embajada en la corte de Tamerlán".
El embajador español quedó impresionado de la grandeza y el lujo de este palacio, que visitó en el año 1404.
Narra lo siguiente: “... Estos palacios tenían una entrada larga y una puerta muy alta; a derecha y a izquierda de la puerta estaban hechos arcos de ladrillo, cubiertos de azulejos. Bajo los arcos estaban unas como cámaras pequeñas, sin puertas. Y el suelo, cubierto de azulejos. Esto se hizo para que se sentasen las gentes cuando allí estuviese el señor. Y luego, delante de esta puerta, se hallaba otra, ante la cual había un gran patio, cubierto de losas blancas y cercado alrededor de los portales de obra muy rica…. "
Ya nos quedaba contemplar la imponente estatua del gran Tamerlán con los restos de su obra más grande al fondo. Los uzbekos, siguiendo la leyenda, dan tres vueltas alrededor de la estatua buscando la buena suerte. Y aquí terminó nuestra visita a esta ciudad.