Llegamos a la capital de Eslovaquia, Bratislava, sobre las 11:00 h después de haber dejado nuestro coche de alquiler en el aeropuerto y de haber cogido un bus hasta la estación de autobuses y desde allí, un taxi a nuestro hotel.
El hotel Ibis Centrum Bratislava fue una magnífica opción para alojarnos, primero por su ubicación. cerca del Castillo y del centro de la ciudad. Después porque nos dieron una estupenda habitación con vistas y más grande que la que habíamos contratado y por último la calidad precio ha estado a la altura, sobre todo por la comodidad de las camas y el espléndido desayuno. Dejamos nuestro equipaje y observamos a través de las ventanas las bonitas vistas que se nos ofrecía.
En esta ciudad pasamos dos días con sus dos noches y tuvimos mucho que ver en ese tiempo, así que hemos decidido relatar nuestra estancia en varios posts:
Bratislava y su centro histórico.
Bratislava de noche.
Las Iglesias de Bratislava.
El Castillo de Bratislava.
Excursión al Castillo de Devin.
Creemos que de esta manera, no cargamos de mucha información en un solo artículo y además facilitamos al lector la clasificación de sus propios gustos, seleccionando lo que prefiera conocer.
EL CENTRO HISTÓRICO DE BRATISLAVA
Relativamente pequeño, se conoce rápidamente solo andando y dejándose perder entre sus calles. No obstante el transporte público funciona bastante bien y es relativamente barato. Billete sencillo 15 min.... 0,70€, más de 30 min... 0,90€. Todas las paradas tienen cajeros expendedores de tickets (no se pude comprar dentro del vehículo). Todos los medios de transporte público se alimentan de energía eléctrica por lo que hay un entramado enorme de catenarias para trolebuses y tranvías que también le da a la ciudad cierta singularidad.
En nuestro caso, decidimos conocer el centro histórico de Bratislava andando, aunque de noche si hemos cogido tranvías. Cerca del hotel se encuentra un puente que cruza la calle Staromestka, aunque en realidad más que una calle es una autovía. Desde el puente divisamos la parte nueva de la ciudad con su OVNI (ya hablaremos de él) y más cercano a nosotros la Catedral de San Martín (de la que hablaremos en el post de Iglesias de Bratislava).
Una vez cruzado el puente, a nuestra derecha queda el centro histórico y bajando unas escaleras nos adentramos en la parte más antigua de la ciudad. En el plano siguiente, tenéis el recorrido con los monumentos más importantes por los que pasamos. Eso no significa que sea lo mejor y lo más completo, como hemos dicho anteriormente, lo mejor en Bratislava centro es "perderse" entre sus calles e ir descubriendo. Por si acaso, dejamos este enlace con el mapa turístico y con información de la ciudad:
Nada más bajar las escaleras, nos encontramos con la Iglesia y el Convento de las Clarisas, de las cuales hablaremos en el post "las Iglesias de Bratislava" y según giramos hacia la izquierda nos encontramos con la calle Venturska, una de las arterias principales del centro histórico y una de las más comerciales y bulliciosa. Con palacetes en su mayoría del siglo XVIII, a uno y otro lado de la calle, acabando en la Puerta de San Miguel.
Ya estábamos inmersos en el mismo corazón de la ciudad, pero antes de continuar, un poco de historia de la ciudad:
Bratislava es la capital de Eslovaquia que compuso la mitad de Checoslovaquia hasta su independencia oficial que comenzó en enero de 1993. El primer registro escrito de la ciudad proviene de una batalla entre el ejército bávaro y Hungría durante el siglo XIII. Se le concedieron privilegios reales por el rey Andrés III de Hungría. Así cuando el Imperio Otomano invadió Hungría, Bratislava se convirtió en la capital del reino de Hungría, bajo el nombre de "Pressburgo."
Durante el siglo XVI Pressburgo se convirtió en parte del territorio del imperio Austro-Húngaro. Su mayor esplendor fue bajo el reinado de María Teresa de Habsburgo durante el siglo XVIII, sin embargo su declive fue a partir de las guerras napoleónicas en el siglo XIX. En 1918 Bratislava se convirtió en parte de Checoslovaquia, a pesar de la desaprobación de la población húngara y alemana.
La ciudad sufrió graves daños en la Segunda Guerra Mundial por los bombardeos aliados y la ocupación alemana. Fue invadida por el Ejército Rojo de Rusia y posteriormente, se convirtió en parte de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, un período que duró cincuenta años. Bratislava, sin embargo fue uno de los centros más activos de actividad anticomunista en la década de 1980. Con la caída del telón de acero, se convirtió en la capital de la República independiente de Eslovaquia.
Continuamos caminando por la calle y observando la gran cantidad de bares, cafeterías, restaurantes, casas de té y la vida nocturna, seguramente para acoger a los miles de turistas que llegan a la ciudad, principalmente húngaros y austriacos a través del río Danubio. Incluso los eslovacos juegan con la palabra Bratislava convirtiéndola en Bar-tislava.
Llegamos a la Puerta de San Miguel, construida en el siglo XIV, como una de las cuatro puertas de acceso a las fortificaciones de la ciudad. Actualmente es la sede del Museo de armas con cuatro plantas de exposición y acceso para subir las escaleras que dan a la terraza superior de la torre, para tener desde arriba, una buena perspectiva del centro histórico de la ciudad. El elegante, techo de cobre en forma de cebolla es el símbolo más famoso de la ciudad coronado con la estatua de San Miguel luchando contra un dragón. La torre de la puerta mide 51 metros de altura.
Debajo de la Torre de San Miguel se encuentra el llamado "Círculo de Oro" que es en realidad el kilómetro cero de Eslovaquia y donde se marcan las distancias a 29 capitales del mundo desde Bratislava. Sitio que está siempre lleno de turistas. También debajo de la puerta y en otros sitios de la ciudad se puede ver en el pavimento incrustaciones de una corona dorada. Esto indica el camino histórico que llevaban los reyes el día de su coronación, desde la Catedral de San Martín, cuando Bratislava era el centro del Imperio húngaro (1563-1830). En esta Catedral fueron coronados 11 reyes y 8 reinas de la dinastía Habsburgo, quien después de su coronación tenían que ir a la Puerta de San Miguel para presentarse al pueblo. La puerta conduce al puente también llamado de San Miguel, construido en el siglo XVIII para salvar el antiguo foso de la fortificación de la ciudad. Está adornado por unas estatuas de San Juan y San Miguel, cada una a un lado del puente.
Si se sale del recinto del casco viejo, cruzando la calle Staromestka, se divisa el Palacio Grassalkovich, residencia del Jefe de Estado Eslovaco y del que hablaremos en el post "Bratislava de noche".
El gran edificio blanco tendría que esperar para ser visitado, asÍ que dimos la vuelta y nos volvimos a adentrar en el centro histórico y en esta ocasión lo haríamos cogiendo la dirección de su plaza principal.
Bajando por la calle de los Franciscanos y antes de llegar a hicimos parada en tres edificios que resaltaban sobre los demás, uno es la sede de la Galeria de arte de la ciudad de Bratislava, conocida como Galeria Mesta donde se expone arte barroco y contemporáneo.
Otro imponente edificio blanco se presentaba ante nuestros ojos, la antigua Cámara de Representantes Húngara (aún conserva en su tejado el escudo de armas húngaro) cuando Bratislava fue capital del Imperio y uno de los más bellos edificios neoclásicos de la ciudad, el Palacio del Primado. Entre sus paredes tuvo un acontecimiento histórico muy importante. En el llamado Salón de los Espejos, fue firmado por Napoleón y Francisco II de Austria, la paz después de la batalla de Austerlitz. Se conoció como la paz de Pressburgo.
Y llegamos por fin al centro neurálgico de la ciudad... La Plaza de Hlavne Namestie es lo que viene a ser la Plaza Mayor del centro histórico (el Staré Mesto) de Bratislava, uno de los lugares más concurridos y con las terrazas más elegantes. Es el sitio de la zona vieja en donde se concentra más actividad y el ambiente es más concurrido.
En uno de los laterales de la plaza se puede ver la famosa fuente de Rolando, que fue preparada para la visita del rey Maximiliano I, con el propósito principal de defenderse contra el fuego, pues un gran incendio devastó casi al completo la ciudad. Y como curiosidad, al igual que nosotros celebramos el Año Nuevo con las uvas de la suerte, en Bratislava dan vueltas a la fuente de Rolando.
De forma inconfundible destaca en la plaza la torre del viejo Ayuntamiento (Stara Radnica) que fue construido en el siglo XIV, el más antiguo del país, aunque a lo largo del tiempo fue experimentando diversas remodelaciones hasta adquirir la forma que podemos ver en la actualidad. Consiste en un complejo de edificios con varios estilos arquitectónicos.
Entre ellos forman un patio interior al que se accede a través de soportales, en donde se encuentra el Mestske Muzeum (Museo Municipal), dedicado a la historia de la ciudad y en donde se exponen documentos y objetos históricos de la capital. También se utiliza para eventos, congresos, exposiciones y conciertos.
Una vez pasado el patio interior, se sale a la plaza de Armas y el edificio gótico con tejados verdes es una delicia para contemplar..
Continuamos nuestro trayecto en dirección al río Danubio y a nuestro paso descubrimos nuevos bellos edificios como el del Teatro Nacional, de estilo neo-renacentista y cuya fachada está decorada con bustos de célebres artistas, como Goethe, Shakespeare, Liszt y Mozart. Frente a la armoniosa portada se eleva una fuente del siglo XIX con un tema clásico griego: Ganímedes volando sobre Zeus en forma de águila.
A continuación y casi en los márgenes del río se encuentra la sede de la Orquesta Filarmónica de Bratislava, edificio barroco recientemente reformado (también conocido como el Reduta) que conserva en gran medida la atmósfera romántica de finales del siglo XIX.
Podríamos enumerar muchos más edificios, porque Bratislava posee una riqueza arquitectónica de mucho nivel, pero creemos que son suficientes para hacerse una idea de lo que puede ofrecer esta ciudad para el viajero, el turista y el visitante. Y dejamos para el final quizá lo más conocido de Bratislava y que se han convertido en iconos de la ciudad... Las estatuas callejeras de Bratislava.
Una de las cosas que más sorprenden de las calles de Bratislava son las estatuas de bronce que están repartidas por todo el centro histórico. La más conocida es la del Cumil, en el cruce de las calles Panská y Sedlarská. Representa a un trabajador que sale de la alcantarilla y mira hacia la calzada. También le llaman "Miranda" porque parece que fisga por debajo de las faldas de las mujeres. Para evitar tropezones de la gente que no se da cuenta de su presencia hubo que poner una placa de "Obreros trabajando", un guiño y a la vez una prevención.
Otra de las estatuas más fotografiadas por los turistas, es el soldado napoleónico que está apoyado en uno de los bancos de la Plaza de Hlavne Namestie., ya que Napoleón visitó en varias ocasiones la ciudad de Bratislava, aunque no siempre con buenas intenciones, pero como dijimos anteriormente firmó la paz en uno de los edificios de esta plaza. Parece ser que este soldado se quedó para siempre al enamorarse de una eslovaca.
Otra escultura muy famosa es el Schöne Náci, ubicada en la calle Rybárska brána. Personifica a un personaje muy conocido en la ciudad a principios del siglo XX, Ignác Lamar, que saludaba a las damas levantando graciosamente su sombrero de copa y las piropeaba o les recitaba una poesía.
Pero hay muchas más, en Bratislava no se para de descubrir cosas y sorprenderse con ellas. Hay que mirar hacia todos lados, las esculturas pueden estar en cualquier sitio, encima de un comercio, en el suelo, en una pared. Si se visita la ciudad es otro aliciente a tener en cuenta.