Unos 40 minutos tardamos en llegar a Cachtice, pueblo eslovaco con un pasado terrorífico, en su castillo habitó una de las más crueles personajes que ha habido en la historia del lugar. A continuación relatamos su peculiar vida, que no leyenda, porque todo lo que contamos es auténticamente cierto. Viajamos a un lugar donde se torturó y asesinó a más de 600 jóvenes muchachas.
Al llegar al pueblo, descubrimos que tiene una enorme estatua de madera de Elizabeth Bathory, nuestra desalmada protagonista, imaginamos que para rentabilizar el turismo que atrae tan sanguinaria historia. También nos enteramos que en el pueblo hay una cooperativa que fabrica un vino llamado "Bathory Blood" y por supuesto de color rojo rubí... ¡Lo que hay que ver!
Enseguida vimos la indicación hacia el aparcamiento para los visitantes del Castillo y seguimos el camino que discurría entre los robles, hayas y castaños. A medida que el bosque se iba haciendo más denso, la sensación de congoja iba en aumento. ¡Que no! ¡Jajaja! Es por ir creando ambiente.
Una vez tuvimos aparcado el coche (éramos los únicos) nos pusimos en marcha para recorrer el camino. Según las indicaciones se tardaba 17 min ¡Já! ¡Tardamos 30 min! Y hay que decir que hacerlo en solitario, sin más ruido que el de algún pájaro y a través de veredas repletas de vegetación que apenas dejaban pasar la luz tiene "su aquel" ¡Eh!
Seguimos subiendo la colina entre un paisaje bello pero la vez inquietante y después de una cuesta pronunciada empezamos a vislumbrar las ruinas del Castillo de Cachtice.
La historia de este tenebroso lugar se resume así: El Castillo fue uno de los castillos reales que defendían la frontera occidental del Reino de Hungría. Fue construido en la primera mitad del siglo XIII y se amplió en el siglo XV. Nuestra protagonista vino al Castillo en el año 1600.
Elizabeth se casó en 1575 a la edad de 14 años con un miembro de la noble familia Bathory, recibiendo como dote el Castillo de Cachtice y el feudo de 17 pueblos. A la muerte de su marido se trasladó a vivir a este lugar. Su carácter debió cambiar o sufrir algún tipo de paranoia, porque infringía brutales castigos a los siervos, que incluían la tortura y la muerte por infracciones menores. El gusto por la violencia condujo a Elizabeth a buscar en los pueblos de los alrededores y en el campo a chicas jóvenes que hacía llevar al castillo como sirvientas, lugar del que nunca salían ni se sabía más de ellas.
Y por fin llegamos a las inmediaciones del Castillo después de una larga caminata. Casi totalmente en ruinas, abandonado desde el siglo XVIII, nadie lo ha ocupado y la energía que rodea al monumento no son lo que se dice muy positivas. No obstante, aún bajo el cielo se le ve majestuoso y distante.
Hicimos unas cuantas fotos y leímos (bueno, intentamos) la historia de esta perversa mujer en los paneles indicativos que hay en la entrada que desgraciadamente solo están en eslovaco.
Seguimos contando la historia mientras podéis observar la entrada al recinto fortificado, una es la foto real y la otra puede ser el fotograma de una película de terror.... ¿O no? .......
Influenciada por alguien nocivo o quizás por lecturas esotéricas, la condesa, cada vez más obsesionada por la idea de la eterna juventud y pensando que ésta se encontraba en la sangre de las muchachas vírgenes, supuestamente mató a más de 600 niñas para bañarse en su sangre con el fin de permanecer siempre joven y hermosa.
El dispositivo usado por la condesa para obtener sangre era una especie de dama de hierro con cuchillos soldados en su tapa. Una vez que la desafortunada víctima era colocada en la tapa cerrada, los cuchillos le atravesaban el pecho y se recogía la sangre en la bañera preparada para satisfacer sus deseos.
Seguramente se mezcla mito y especulación, pero es verdad que ocurrieron unos terribles hechos verificados, independientes de las habladurías. Por ello se conoce a la condesa Elizabeth Bathory como la condesa ensangrentada o la vampiresa eslovaca.
Los vecinos de los pueblos colindantes empezaron a darse cuenta de que ocurrían cosas extrañas dentro del castillo y se negaron a dejar que sus hijas y hermanas fueran a trabajar allí, Elizabeth entonces gestó una idea aún más macabra, abrió una escuela para señoritas.
Jóvenes mujeres de lejanas familias comenzaron a llegar para recibir instrucción en las artes femeninas por parte de la aristocrática condesa. Pero esto fue su perdición, ya que cuando las jóvenes desaparecían, los enojados padres y hermanos, comenzaron a indagar y a pedir auxilio al Rey.
Éste mandó investigar los hechos y en diciembre de 1610, Bathory fue detenida junto con tres de sus siervos, que le ayudaron en sus fechorías. Los sirvientes fueron torturados y quemados en la hoguera. Ella no fue llevada a juicio, por su condición de noble, pero fue puesta bajo arresto domiciliario en una torre amurallada del Castillo. Allí permaneció aislada durante cuatro años, alimentada a través de una ranura de la pared, hasta que fue encontrada muerta en 1614. Fue sepultada inicialmente en el cementerio local, pero debido a la aversión de la gente del lugar, se trasladó a su casa familiar en Ecsed, Hungría.
Y este fue el relato que nos llevó a conocer el Castillo de Cachtice, aunque todo hay que decirlo, mientras recorríamos el espectacular entorno, no pensábamos en historias tan lúgubres, sino en disfrutar de los parajes y monumentos que íbamos conociendo en nuestro recorrido.
El castillo se puede visitar de 10h a 18h y su precio e de 2,50 € adultos, 1,50€, 1€ niños de 6 años a 15 y gratis menores de 6 años.
Volvimos al aparcamiento y pusimos en el GPS las coordinadas de nuestro destino Piestany, donde pasaríamos la noche.