Desde Levoca teníamos unos 100 km hasta llegar a Ruzomberok, donde habíamos reservado hotel para esa noche. A pesar de ser una buenísima carretera con dos carriles por dirección y con un trayecto que no duraría más que una hora, no tuvimos más remedio que parar en una estación de servicio para contemplar el bello paraje que estábamos recorriendo.
Eran los Altos Tatras, cordillera montañosa situada en el norte del país. Colosales montañas ya que 25 de ellas sobrepasan los 2500 metros e impresionantes las vistas al contemplarlas. Picos nevados, ríos y lagos se unen a las graníticas cumbres de la cordillera, formando un espectáculo digno de ser observado con pausa.
Una vez finalizada la pausa, continuamos nuestro camino. Llegamos a Ruzomberok sobre las 17:30 y nos dirigimos directamente a dejar las maletas y a refrescarnos en la habitación contratada... "Penzion Andrej". Una habitación cómoda y limpia con una atención por parte de los dueños muy correcta. Ellos nos facilitaron un mapa de la ciudad y nos indicaron tanto los monumentos como los restaurantes más recomendables.
Una vez que nos tomamos un pequeño descanso, salimos a pasear por la ciudad. La ubicación de Ruzomberok se encuentra rodeada por las montañas y solo el lado oriental está abierto a la cuenca del río Liptovská kotlina. Con una población de 30.200 habitantes, es el centro más importante de la industria del papel en Eslovaquia, aunque está aflorando rápidamente el turismo, tanto de nieve como cultural.
El hecho de que la ciudad también se encuentre en el cruce de caminos de una antigua ruta comercial que unía los pueblos mineros de la parte central de Eslovaquia hacia Polonia, ha influido fuertemente en sus aspectos económicos y su desarrollo cultural. El sitio más importante para hacer turismo por la ciudad es la parte superior llamada Námestie A. Hlinku (la plaza de A. Hlinka), originalmente un lugar donde los primeros colonos alemanes llegaron y fundaron el asentamiento Rosenberg, más tarde convertido en el pueblo de Ruzomberok.
El centro de la ciudad es peatonal, por lo que no hay ningún problema para detenerse en tiendas o restaurantes de uno y otro lado de las aceras. Nosotros decidimos rodear el pueblo por su calle principal para llegar a la parte alta o más monumental.
Todo eso para evitar subir las escaleras que llevaban a la plaza del Ayuntamiento, pero no valió de nada, la calle acababa en otras inmensas escaleras que llevaban a los puntos de interés de la ciudad. Así que no quedó más remedio que afrontarlas y empezar a subir por ellas.
Primero nos encontramos con un mausoleo dedicado a Andrej Hlinka (1864-1938) sacerdote y político que aunque nació en Cernová, se le considera parte de la ciudad de Ruzomberok. Fue uno de los principales representantes del movimiento por la autonomía de Eslovaquia.
Los habitantes de Ruzomberok construyeron un mausoleo con un sarcófago para este hijo adoptivo de su ciudad. Después del ataque de un avión insurgente dirigido a destruir la bóveda de Hlinka en septiembre de 1944, el gobierno decidió esconder el cadáver de Hlinka manteniéndolo aún hoy en un lugar desconocido. Seguimos subiendo escalera hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, pero antes echamos un vistazo a las excepcionales vistas que se divisan desde allí. Divisamos varios telesillas que deben de funcionar durante el invierno en las pistas de esquí que se deben de formar en las verdes colinas que ahora observábamos.
El punto de referencia secular que domina la plaza es el ayuntamiento el que se encuentra junto a la iglesia. En su parte sur que solía ser una casa parroquial católica romana, donde A. Hlinka pasó parte de su vida.
La iglesia de San Andrés es el monumento más importante de la plaza. De estilo gótico tardío, fue reconstruida a finales del siglo XVI en pleno Renacimiento y en los siglos XVII y XVIII también se hicieron modificaciones en estilo barroco.
En la nave sur de la iglesia se encuentra el mausoleo de Andrej Hlinka que habíamos visitado anteriormente. A su lado se encuentra el histórico edificio del Ayuntamiento, que se comenzó a construir en 1895 en estilo neoclásico. En la plaza también se puede distinguir una estatua de bronce de Andrej Hlinka.
Una vez recorrida la gran plaza del Ayuntamiento, esta vez si utilizamos las escaleras que salen de la calle principal donde tuvimos la ocasión de ver alguna que otra casa de estilo modernista construídas a la par que se hizo el Ayuntamiento durante los últimos años del siglo XIX.
No hay que olvidar que Ruzomberok es es un punto de especial importancia para ir a Vlkolínec, un complejo al aire libre de arquitectura popular, en las estribaciones de la montaña Sidorovo. Este oasis extraordinario y particular con obras de la arquitectura popular se incluyó en 1993 en la Lista del Patrimonio Cultural y Natural Mundial de la UNESCO. Al día siguiente nuestra intención era por tanto visitar el complejo desde esta ciudad y esa fue la principal razón para alojarnos aquí.
Acababa el día y nos fuimos a cenar a un restaurante eslovaco, donde nos trataron muy bien y donde comimos abundantemente y con muy buen precio. Un paseo nocturno para hacer la digestión y directamente al hotel a descansar. La verdad es que nos sorprendió esta ciudad, que habíamos elegido para estar cerca de Vlkolinec, pero que sin duda merece un paseo.