Catania es la segunda ciudad más grande de Sicilia, y forma parte del lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2002 denominado "Ciudades del barroco tardío de Val di Noto". Es una ciudad con mucha historia pero también reconstruida varias veces, unas por el efecto de los terremotos y las erupciones del volcán Etna y otras por la devastaciones de las guerras en las que se vio involucrada en su historia. Su última reconstrucción data del siglo XVIII y por tanto, tiene un aire barroco inconfundible que ya descubrimos el día anterior mientras paseábamos por las arterias principales de la ciudad. Y nos gustó tanto que volvimos a ellas para verlas con el espléndido sol mediterráneo que luce en las mañanas de primavera.
Los edificios y monumentos más emblemáticos de la ciudad se concentran en torno a la Plaza del Duomo y hacia allí nos dirigimos, no sin antes visitar alguna galería comercial, perdernos entre las calles adyacentes a la Via Etnea y hacer alguna que otra compra que necesitábamos.
Solo teníamos esa mañana para visitar la ciudad, ya que para la tarde contratamos una excursión para visitar el Monte-Volcán Etna y al día siguiente saldríamos muy temprano hacia Siracusa y Noto.
Catania es cosmopolita, intercultural y desde luego bella, sus terrazas son un disfrute para la vista y para el paladar, ya que quizás los mejores aperitivos de Sicilia los hemos tomado allí. Pasear por la Piazza del Duomo es una delicia. así como contemplar su Catedral, el palacio municipal o la curiosa fuente del elefante de la que ya hablamos en el artículo anterior.
La Catedral de Catania es una autentica joya del barroco, está consagrada a la veneración de Santa Águeda, la joven virgen que según la tradición cristiana fue sometida a grandes martirios por el cónsul romano, y sacrificó su vida antes de renunciar a su fe.
En su interior podemos apreciar frescos y pinturas alegóricas, pero quizás lo más significativo es que allí descansan los restos mortales de la Santa y los de otras figuras relevantes, tal como el gran músico catanés Vincenzo Bellini y diferentes miembros de la Corona Real de Aragón. Catania contó con la primera universidad de Sicilia, fundada en 1434 por Alfonso V de Aragón y una de las primeras de Italia pero tal y como pasó a la mayoría de edificios de Catania fue destruida en el terremoto de 1693 y posteriormente habilitada en el siglo XVIII con unos imponentes edificios barrocos. La universidad en el mismo centro de la ciudad, la hace rejuvenecer constantemente, ya que los estudiantes y profesores hacen que la ciudad vibre con locales de ocio y culturales y de un ambiente juvenil pletórico de alegría.
Continuamos nuestra visita a la ciudad paseando por la Via Etnea admirando los palacetes y casas señoriales que se encuentra a uno y otro lado de la avenida hasta llegar al Anfiteatro Romano del cual hablamos en nuestro anterior artículo.
Desde allí nos dirigimos a Villa Bellini el principal parque de la ciudad que desde el siglo XVIII rinde homenaje al músico y compositor más importante nacido en Catania. De mención es el barrio típicamente siciliano que se encuentra enfrente de los jardines con preciosos balcones decorados con flores.
El parque se encuentra entre dos colinas desde donde se pueden tener hermosas vistas del mar, la ciudad y del Monte Etna.
La entrada de Via Etnea converge en una fuente desde la que se abren caminos laberínticos para perderse por el jardín. El cuidado del parque es excepcional y durante todo el año el verdor hace de la Villa Bellini uno de los espacios de diversidad floral más importantes de toda Italia. Visita imprescindible en Catania.
Solo nos hacía falta comer algo ligero antes de nuestra excursión vespertina al Etna y eso lo hicimos en una terraza de una hermosa trattoria siciliana. Y con buenos recuerdos y buen sabor de boca nos dirigimos a nuestro hotel a esperar la llegada del guía de la excursión que habíamos contratado.