Nuestros destinos del día eran la Villa Romana del Casale (Unesco) , Piazza Armerina y Enna. Este día lo podemos resumir como "toda una aventura en el interior de Sicilia" y si seguís leyendo veréis por qué. Nos levantamos pronto sin ningún esfuerzo, solo había que dejar las persianas y las cortinas de la habitación del hotel medio echadas y el sol de la isla haría el resto. Una vez pusimos en marcha nuestro flamante Opel Corsa, nos encontramos el primer inconveniente, la carretera que teníamos que tomar según nuestro mapa Michelín, estaba cortada desde Agrigento. Cogíamos la desviación que nos indicaban y una y otra vez volvíamos al mismo sitio.
Ya desesperados después de media hora para salir de la ciudad, preguntamos a un "carabinieri" como ir a Caltanissetta, seguimos sus instrucciones y por fin pudimos salir de aquel caos. Al llegar al pueblo teníamos que girar a la derecha hacia la villa romana, nos equivocamos y giramos antes pero en ese momento no lo sabíamos. Seguimos y según avanzábamos por el monte, la carretera iba teniendo peor aspecto, la carretera infernal de 4º orden se convirtió en camino de tierra, imposible dar la vuelta pues era estrechísima. Solos, entre montañas, socavones que nos hacían parar y hacer la maniobra necesaria para no dañar el coche. Milagrosamente, cuando estábamos un poco desesperados, apareció un agricultor en un Land Rover que al vernos debió pensar que éramos dos turistas medio locos, le preguntamos y nos indicó que Pietraperzia estaba a "tre chilometri" y que "migliore strada" a partir de allí. Conseguimos llegar y no sabemos cómo. Ahí está la foto con el signo de la victoria de Pilar y el resoplido del susto pasado de Paco.
Tardamos el doble de lo previsto, es decir 3 horas en llegar a la Villa Romana del Casale. Íbamos a contemplar unos mosaicos romanos de los que mejor se conservan in situ en el mundo y catalogados como los más bellos del orbe romano y declarados por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Antes de acceder a la entrada vemos el acueducto que conducía el agua dentro del edificio.
La Villa Romana del Casale atrae a numerosos visitantes al corazón de Sicilia. Equipado con fantásticos mosaicos, esta villa romana fue destruida probablemente en el siglo XII por un deslizamiento de tierra y redescubierta en 1929 por arqueólogos.
Hasta la fecha, cerca de 50 habitaciones de esta villa de lujo se han restaurado y abierto al público. Todas las habitaciones están situadas en la casa principal, lo que se supone que era una casa señorial y palaciega por su tamaño. Hasta la fecha, sin embargo, no está claro quién ordenó la construcción de esta magnífica sede del poder, con más de 3.500 m2 de mosaicos en el suelo. Los expertos creen que esta villa era dirigida y manejada por un miembro muy rico de clase muy alta del Imperio Romano quizás un miembro de la aristocracia romana senatorial, probablemente un gobernador de Roma. Parece ser que fue construida sobre el siglo IV D.C.
El recinto no es de lo mejor que hemos visto, nos referimos a las instalaciones del museo, no a su contenido. Es caro (10€ la entrada+ 4€ por el parking) el parking es un solar de tierra, las pasarelas en mal estado de conservación y no está cubierto en condiciones, los días de lluvia es mejor abstenerse de ir. Se ven tubos, cables, herramientas y arqueólogos, estudiantes, albañiles, restauradores o arquitectos por nuestro alrededor haciendo su trabajo. Lo peor es que todo está lleno de polvo, incluidos los mosaicos, ocultando la intensidad de color de los mismos. Esperemos que todo sean obras de acondicionamiento y lo hayan mejorado.
Los mosaicos muestran diferentes temas, extraídos de la vida cotidiana, la mitología y la caza. El complejo está dividido en cinco zonas: la entrada alrededor del atrio, los baños o termas, el peristilo o patio interior formado por 32 columnas griegas, por donde se accede a las habitaciones y a la gran basílica y el Xystus un gran atrio de forma elíptica y sin techo.
Todos los mosaicos son de una gran belleza, realizados o al menos atribuidos a un gran maestro en su época que incluso podría ser africano, traído a propósito para realizar este gran encargo.
El estilo está influenciado por el arte del norte de África, tanto en la composición y la elección de materiales polícromos de colores. El mármol de colores brillantes y otras piedras habrían sido importados especialmente para esta exhibición de lujo.
Es impresionante que en los pasillos se incluyan mosaicos con una escena de caza de 60 metros de largo. Se estima que tiene 12 millones de teselas.
Pero sin duda es el más conocido y que aparece en todos los libros de texto: las famosas "diez chicas en bikini". El mosaico representa a 10 chicas jóvenes en dos hileras de 5, vestidas con el equivalente a un bikini actual, jugando a la pelota, o haciendo ejercicios gimnásticos. 2 chicas de la hilera de abajo llevan la palma y la rosa de la victoria.
Este mosaico es un documento único de una competición de gimnasia o juegos femeninos. Mientras que los atletas masculinos compitieron desnudos en la antigüedad griega, aquí la época romana vemos a deportistas jóvenes vestidas ligeramente con un "dos piezas". Con este esplendido mosaico, acabamos nuestra visita a este espectacular recinto que no debe de perderse ningún visitante a Sicilia por el valor histórico y la belleza de sus mosaicos. A continuación, nos dirigimos a la ciudad de Piazza Armerina situada a menos de cinco kilómetros de la Villa del Casale.
Es una antigua ciudad medieval cuyo centro histórico cuenta con unos valiosos monumentos de estilo barroco y normando. Pasear por sus calles es una delicia ya que todo el centro es peatonal y si añadimos que nos tocó el domingo para visitarla, pues más tranquilidad para observarla con detenimiento.
El casco antiguo es la verdadera joya de la ciudad, una mezcla de historia viva con edificios singulares desde la ocupación árabe, la reconquista normanda y su pertenencia posterior a la Corona de Aragón. Para quien esté interesado, durante el mes de Agosto es reconocido incluso internacionalmente la representación del Palio Normando, donde se escenifica la liberación por los normandos de la opresión sarracena, con el mejor vestuario y armamento de época.
La población cuenta con una hermosa Catedral (Duomo) en la que destaca una bella cúpula de casi 77 m en el sitio más alto de la ciudad dominando el entorno. Es muy luminosa, hasta el punto de llamar la atención cuando entras. Merece la pena hacer una parada en la plaza donde se encuentra.
Salimos de la ciudad no sin antes hacer fotos de las magníficas vistas de la ciudad desde la carretera y continuamos nuestro viaje dirección a la capital de la provincia donde debíamos comer ya que se nos estaba haciendo tarde, sobre todo por el retraso en nuestro periplo ocurrido antes de llegar a la Villa del Casale y relatado anteriormente.
La ciudad de Enna, es la capital de la provincia del mismo nombre situada a unos 30 Km de Piazza Armerina, situada en la ruta interior hacia Catania.
Estábamos hambrientos antes de llegar pues eran más de las 15:00h y lo primero que hicimos fue buscar algún sitio donde comer. A esas horas no había más que la posibilidad de comer unas deliciosas empanadillas que junto a una cerveza nos supieron a gloria en una terraza de un bar situado junto al mirador de la ciudad.
Enna, es sorprendente, la ciudad fue llamada Urbis Inexpugnabilis, por los romanos por su dificultad para acceder a ella. Las vistas panorámicas que desde Enna tiene en diferentes direcciones, son espectaculares.
Desde el mirador de la ciudad, un corredor en piedra alrededor de la colina, nos permite observar la ciudad de enfrente, Calascibetta y ésta parece perder su intimidad ante la capital de la provincia.
Enna es otra ciudad del interior siciliano que enamora. La legendaria villa está ubicada sobre un alto monte en el centro de Sicilia. Su posición está a 1000 metros sobre el nivel del mar. Una ciudad antigua, con callejones estrechos y suelo de adoquines por la que es un gusto pasear, a pesar de sus cuestas. Nosotros nos acercábamos a "fisgonear" cada vez que veíamos una puerta de acceso a los diferentes miradores.
Lo más interesante de la ciudad es el Castillo Suevo-Aragonés llamado de Lombardía con la torre Pisana, que para entendernos en España sería la Torre del Homenaje o residencia del noble. Este Castillo fue uno de los principales puntos de defensa en la Sicilia medieval.
De origen árabe, fue restaurado por los normandos y en el siglo XII, se levantó por los españoles, un complejo amurallado con torreones, de los que queda especialmente bien conservada la Torre Pisana. El Castillo, que no es visitable por dentro ha quedado convertido en un mirador. Otro punto de interés de la ciudad es la Vía Roma, principal arteria de la ciudad. Empieza donde está situado el Duomo o Catedral dedicada a la Virgen María en el siglo XIII por la reina Leonor, mujer de Federico II de Aragón. La Iglesia fue devastada en el siglo XVI por un incendio y reconstruida posteriormente con formas renacentistas. En el interior, impresiona su amplitud y la variedad de estilos, con columnas de roca para sostener la gran nave.
Es de destacar, sobre todo de interés para el turista español que visita Sicilia en Semana Santa, que en Enna se hacen procesiones al igual que en España. Fueron los españoles quienes en el siglo XVI introdujeron este rito. Se pueden observar cofrades penitentes cubiertos por sus capirotes casi siniestros, portando a sus imágenes. La procesión de Viernes Santo de Enna despierta tanto a creyentes, como a ateos, un sentimiento de solemnidad, palpable en la multitud de personas que acompañan la procesión. Siguiendo por Vía Roma contemplamos bellos palacetes e iglesias, así como innumerables tiendas, bares y restaurantes. También llamada el "ombligo de Sicilia", por su ubicación en el mapa de isla, nos causó grata impresión y ya desde allí realizamos el último desplazamiento del día para llegar a Catania, segunda ciudad más importante y relevante de Sicilia.