Cogimos el camino de la costa para llegar a Agrigento donde teníamos contratado el hotel para la siguiente noche en Sicilia, pero antes íbamos a parar en Sciacca, por dos razones, una por ser una ciudad costera con excelentes vistas al mar Mediterráneo y con un aspecto inconfundiblemente siciliano, si por siciliano entendemos la belleza del caos y lo decadente y la otra razón porque fue sitio de rodaje de la maravillosa pelicula "Cinema Paradiso".
Tuvimos la suerte de aparcar relativamente céntrico aunque no nos libró de subir una empinada cuesta para llegar al centro de la ciudad. Sciacca (pronunciado Shaka) es ahora eminentemente turística ya que, los mejores carnavales de Sicilia y sus balnearios, aunque puedan parecer una extraña mezcla de características, le han proporcionado un auge en su turismo, tanto interior como internacional. No obstante, la flota pesquera de Sciacca es uno de las más grandes de Italia.
Llegamos al Ayuntamiento, antiguo Colegio de los jesuitas que se convirtió en propiedad del Estado después de la proclamación del Reino de Italia. Propiedad de la ciudad es ahora el centro de las oficinas municipales. Estaban rodando un spot o una película en su espléndido patio de origen renacentista y nos acercamos a curiosear.
Después fuimos buscando alguna terraza al mar donde comer buen pescado, que allí tiene mucha fama y nos dirigimos calle abajo a los miradores de la ciudad.
Mientras que la ciudad había existido en diversas formas desde la época griega, los habitantes de la cercana Selinunte viajaron a la zona para tomar las aguas sulfurosas abundantes que hay allí y los romanos dieron a la ciudad un nombre, "Thermae Selinuntinas". Aunque fueron los árabes los que realmente decidieron tomar ventaja de la posición estratégica de la ciudad y para desarrollar sus recursos nada despreciables, convirtiendo el puerto en un próspero centro comercial entre Sicilia y el norte de África. Sólo un tramo relativamente estrecho de mar divide Sciacca del continente africano y en muchos aspectos, la ciudad debe en gran medida a los árabes que navegaban por el Mediterráneo en el siglo I su prosperidad comercial.
Más tarde, los normandos invaden y agrandan la ciudad con iglesias y palacios y la vida continuó relativamente pacífica hasta que el famoso "Caso Sciacca", una sangrienta disputa entre las dos familias más poderosas de la ciudad, los Perellós y los Luna de origen español. Una guerra entre familias que duró 100 años y que mató a la mitad de la población de la ciudad.
Desde el puerto de la ciudad, el paseo que sube por los acantilados hasta llegar a una especie de meseta desde donde las vistas al mar son impresionantes, es sin duda el mayor atractivo se Sciacca, y allí nos dirigimos para comer en algún restaurante.
Y allí acabó nuestra breve visita a esta ciudad costera de Sicilia, pero ya íbamos conociendo la idiosincrasia y la manera de vivir siciliana. Después de unos pescaditos y unos bitters sin alcohol (había que conducir) cogimos la carretera para llegar a Agrigento y su mundialmente conocido Valle de los Templos.
