Tardamos aproximadamente una hora en llegar a Ferrara desde Comacchio, a pesar de haber cogido la autopista de pago, pero el día se había vuelto gris y lluvioso. Atravesamos una puerta de la esplendorosa muralla de la ciudad y entramos en ella. Lo primero era buscar el hotel que habíamos reservado, el hotel Carlton.
La ubicación no podía ser mejor, entre el Duomo y el Castillo de los Este. Maravilloso, si hubiéramos llegado en transporte público, pero al hacerlo en coche a los 70€ de la habitación con desayuno hubo que sumar otros 15€ para dejarlo en el garaje, ya que es imposible aparcar en el centro de Ferrara. Eso sí, el hotel totalmente recomendable. Muy bien en todo.
Dimos nuestro primer paseo por Ferrara bajo una lluvia intensa y bastante molesta, nuestro objetivo era encontrar un sitio para comer y lo hicimos en un café, el León D´Oro, excelente sitio justo enfrente de la Catedral para tomar un aperitivo, degustar especialidades de la región y fantásticos pasteles.
Tras la comida emprendimos la ruta para recorrer la ciudad que la UNESCO cataloga como Patrimonio de la Humanidad y que fuera un importante centro medieval con una de las cortes más suntuosas en el período del Renacimiento. La estructura urbanística de la ciudad se remonta al siglo XIV cuando estaba gobernada por la familia de los Este. A finales del siglo XV, Ercole I encargó al arquitecto Biagio Rossetti la gran ampliación de la ciudad conocida como el "Ensanche ferrarense" o "Ampliación Hercúlea" en la que se unió la trama de la parte medieval con el nuevo trazado renacentista. El diseño de Rossetti convirtió a Ferrara en la primera ciudad moderna de Europa, La armónica conjunción de ambos entornos le valió a Ferrara en 1995 el reconocimiento como Patrimonio Mundial por la Unesco, ampliado en 1999 con el Delta del Po.
Empezamos por la Catedral o Duomo, que con muchas capas de estilos, es lo que caracteriza al impresionante monumento dedicado a San Jorge. Bajo el resplandor de las líneas góticas en la parte superior de la fachada, se observa la planta original románica y los añadidos renacentistas en su contorno. Todo con impresionante mármol blanco.
En la fachada resalta el porche, maravilloso por la variedad de relieves y esculturas, en especial la de San Jorge y el Dragón y dos leones esculpidos bajo influencia veneciana recostados y apoyados sobre las columnas.
En el interior, las decoraciones y la estructura se remontan a los siglos XVII-XIX, casi todo de estilo barroco, debido a un incendio que destruyó todo lo anterior. Alberga importantes obras de pintores ferrarenses de los siglos XVI-XVII. Cabe destacar el fresco que cubre la bóveda del ábside, obra maestra de Bastianino, que representa el Juicio Universal, inspirado en el más famoso Juicio de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina.
A la derecha de la catedral hay una galería porticada conocida como la Logia de los Mercaderes, en la que hoy en día continúa habiendo algunas tiendas. El campanario permanece aún sin terminar en estilo renacentista.
El lugar donde se sitúan estos pórticos es la Plaza de Trento y Trieste, de composición rectangular, la plaza se remonta a la edad media, cuando se construyó la Catedral. Alrededor de la plaza se pueden encontrar varios edificios antiguos, como el Palacio de San Crispino o la Torre de la Victoria.
Justo enfrente de la Plaza y por el lateral del Palacio Ducal, se encuentra la Vía Cottevechia que enlaza con el barrio judío y que iríamos a ver a continuación.
La gran comunidad judía ferrarense se asentó en la ciudad alrededor del siglo XV proveniente de países donde habían sido previamente expulsados como España, Portugal o Alemania. En este emplazamiento, todo un símbolo de la ciudad de Ferrara, todavía hoy existen pasadizos sobrealzados en forma de bóveda, que conectaban las casas de los mercaderes, con sus almacenes.
Aquí se hicieron fuertes, comercializaron gracias al río Po que entonces discurría por el centro de la ciudad (más tarde fue desviado) y montaron su propio barrio en plena expansión medieval. Las actuales vías Mazzini, Vignatagliata y Vittoria guardan su aspecto antiguo con un trazado sinuoso de calles y casas estrechas.
Y nuevamente empezó a llover, el paseo se hacía difícil aunque nos resguardábamos en los pasillos porticados de las casas. Salimos por la parte de atrás del Castillo de los Este y como el tiempo no acompañaba, dejaríamos para el día siguiente su visita.
Nos dirigimos al hotel para descansar y cambiarnos de ropa porque estábamos empapados. Como habíamos visto un restaurante cerca de nuestro alojamiento que nos gustó, decidimos ir allí porque seguía diluviando.
Menos mal que fuimos pronto, pues tenía reservado casi la totalidad de las mesas. La clientela toda italiana, parecían asiduos por la manera de saludar al dueño. Cenamos bastante bien un plato de pasta y un postre (todo casero) por un precio medio, alrededor de 20€ por persona.
Había dejado de llover cuando salimos del restaurante, lo que nos permitió dar un pequeño y agradable paseo antes volver al hotel.
Al día siguiente, nuestro último día de viaje, teníamos dos metas, una, conocer el Palacio de los Este y alguna cosa más que nos faltaba de ver en Ferrara y otra, tener el suficiente tiempo como para acercarnos a Módena y conocer su centro histórico. Todo ello antes de las 15:00h pues nuestro avión salía a las 17,00h del aeropuerto de Bolonia. Nos levantamos pronto y emprendimos la marcha. Nos alegramos porque no llovía y primero fuimos al Palacio Ducal, ahora llamado Palacio Comunale, ya que allí se encuentran los servicios administrativos de la ciudad y la región.
Antigua residencia de los Estense hasta el siglo XVI, fecha en la que se trasladaron al Castillo, este edificio fue construido en siglo XIII, aunque a lo largo de la historia ha sufrido varias remodelaciones, principalmente por los numerosos terremotos que asolaron Ferrara. El noble edificio fue erigido frente a la Catedral. En 1598 pasó a ser dominio directo de los estados pontificios arrebatándoselo a la familia Este.
El Palacio se ve afectado por los diversos cambios a lo largo de los siglos. La fachada delante de la catedral es el resultado de un cambio de imagen radical, ejecutado entre 1924 y 1928, cuando se copia una especie de estilo gótico a semejanza del siglo XV. También se construye la Torre de la Victoria, para complementar la nueva fachada en "gótico" dedicada a la memoria de los caídos en la Gran Guerra. Destaca la majestuosa escalera, construida en la segunda mitad del siglo XV, que daría paso a la antigua capilla. Todo el patio se ha reconvertido en una plaza abierta al público donde se celebran mercadillos, exposiciones y eventos.
Antes de trasladarse, la familia Estense construyó un pasadizo subterráneo que unía el Castillo con el Palacio de más de 400 metros y que aún hoy se conserva en parte. Esa distancia la recorrimos, aunque por la calle, para llegar al famoso Castillo. Antes de llegar a él, un inciso, Ferrara tiene dos personajes históricos que han influido notablemente en la época del Renacimiento. Uno nació aquí y el otro murió en esta ciudad. Repasemos con ellos la historia mientras relatamos lo que vimos.
Al primero que nos referimos es Girolamo Savonarola, que nació en Ferrara. Religioso y predicador dominico, confesor de Lorenzo de Médici y organizador de las célebres hogueras de vanidad donde se quemaron, multitud de objetos valiosos que para Savonarola eran pecaminosos y conducían a la perdición de las almas: libros (entre ellos obras de Bocaccio y Petrarca), objetos de lujo, joyas, vestidos, adornos, sedas, cuadros, etc. El pueblo, atemorizado y cansado de vivir en la pobreza, asistía a sus discursos y él les daba lo que querían oír ya que criticaba dura y violentamente a los poderosos y sus lujos.
Exhortaba a las masas a que vivieran lejos de la opulencia y los vicios (se cuenta que algunos incluso se castraron tras oír a Savonarola predicar que abandonaran la sodomía para salvarse del Juicio Final).
Su estatua en Ferrara, justo delante del Castillo de los Este, se erige en 1875 con la inscripción:
"Azote de los viciosos y tiranos en tiempos corruptos y serviles" ... ¡Ahí es nada!
Este personaje ha sido base (posiblemente) para otros de ficción, como en el videojuego Assassins creed o el mismísimo emperador del Imperio Galáctico, Palpatine también llamado Darth Sidious. El caso es que su historia y su estatua dan mucho "miedito".
Contemplamos a continuación el excepcional Castello Estense, esta vez sin lluvia. Construido por Nicolás II d'Este en el siglo XIV, el Castillo era una fortaleza defensiva de ladrillo de planta cuadrada, con cuatro torres y rodeado por un foso lleno de agua.
Durante el gobierno de Ercole I d'Este, el Castillo se convirtió en la residencia de la corte y fue adornado con elegantes balcones y se añadió una planta cubierta por un techo inclinado. El patio está decorado con retratos de todos los antepasados de los Este y en el interior se pueden visitar varios ambientes medievales: Los apartamentos ducales, cocinas y cárceles. En la web se puede consultar toda la información relativa al Castillo.
Una vez descrito el Castillo y parte de su historia, pasamos a la relación con el segundo personaje histórico de Ferrara y que murió en esta ciudad... Lucrecia Borgia.
Lucrecia celebró su tercer matrimonio con el heredero del ducado de Ferrara cuando apenas contaba veintidós años. Con la muerte de su progenitor y la huida de su hermano, Lucrecia, por fin, es libre para disfrutar de su papel: el de esposa amante y fiel, el de mujer erudita y cultísima, ya que hablaba italiano, español, latín y griego, el de mujer comprometida con los humildes y menos favorecidos y desde luego con el de mecenas. Entre sus amigos se contaban poetas y pintores como Tiziano. Todo ellos cantaron y describieron su belleza y sus visibles encantos.
En Ferrara de forma paulatina, logró disipar la fama oscura que la rodeaba y se convirtió en mujer de Estado, presidió la comisión encargada de examinar las súplicas del pueblo y la mayoría de las veces gobernaba en ausencia de su marido. Falleció en el Castillo con tan solo treinta y nueve años y fue enterrada en el Monasterio del Corpus Domini de Ferrara, dicen que debido a las secuelas del parto de su último embarazo que fue niña y que también murió al poco tiempo de nacer. Aunque hay versiones que dicen que fue debido a un aborto provocado de una relación extramatrimonial.
Continuamos con lo que teníamos previsto visitar y cruzando la calle reconocemos el Teatro Comunale, construido en el siglo XVIII. La importancia arquitectónica está representada principalmente por la ubicación urbana del edificio, en la intersección de dos calles principales sin distorsionar áreas de los edificios vecinos. Otro valor arquitectónico es el patio oval interior que servía para dar entrada a los carruajes y caballos.
Seguimos nuestra ruta por la calle Ercole I d´Este, una de las más bonitas de la ciudad con un gran número de palacios y edificaciones renacentistas. En la calle se encuentran tres museos: El de Michelangelo Antonioni, el gran director de cine, nacido en Ferrara, el Museo della Resistenza y la Pinacoteca Nazionale.
Este último se enclava dentro de un Palacio muy peculiar denominado Palazzo dei Diamanti. El Palacio está entre los más famosos de la arquitectura del Renacimiento italiano. Obra maestra de Biagio Rossetti, se llama así debido a las 8.500 almohadillas de mármol talladas en puntas de diamante que adornan su fachada. Fue comenzado en el siglo XV y acabado durante la segunda mitad del siglo XVI. Acoge la Pinacoteca Nacional donde se conservan algunos cuadros de la pintura de Ferrara de los siglos XIII al XVIII. Su puerta es un goteo incesante de estudiantes de arte que acuden a visitarla.
Enfrente de este Palacio se encuentra el Parco Massari que es el parque público más grande de la ciudad. Diseñado en el siglo XVIII, tiene un par de cedros en la entrada de más de un siglo de antigüedad. Esta fue la última imagen que tenemos de Ferrara, ya que cogimos el coche para dirigirnos hacia nuestra última ciudad a visitar en este viaje... Módena.