Cogimos nuevamente la carretera de la costa dirección norte hacia el Delta del Po nombrado recientemente Reserva de la Biosfera en Junio de 2015 y además declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999 junto a la ciudad de Ferrara.
Comacchio, ciudad de canales, "la pequeña Venecia", o la "Venecia de los pobres" como la llaman algunos es la capital perfecta para el Delta, cruce de culturas e historia entre Venecia y Rávena. Data sus raíces de la era etrusca y durante la Edad Media fue un importante centro de producción de sal. En la actualidad la ciudad vive mayoritariamente del turismo y de la pesca y elaboración de la anguila, producto típico del Delta. Hacia allí nos dirigimos.
Empezamos nuestra visita aparcando en un recinto al norte de la ciudad junto al pasillo porticado Loggiato dei Cappuccini, una secuencia de 143 arcos apoyados en otras tantas columnas de mármol y una longitud de 400 metros. Construcción realizada en el siglo XVII por los padres capuchinos para unir el pueblo con la Iglesia de Santa María in Aula Regia, actualmente cerrada pero que fue un santuario muy venerado y de paso dar cobijo a los peregrinos en su camino.
El recinto anexo, ahora está ocupado por un museo dedicado a la Manufattura dei Marinati en donde se puede tener idea del procesamiento de la anguila y su conservación. Está enclavado en lo que sería antes la fábrica del Escabechado. Al ser lunes y estar cerrado, no pudimos visitarlo.
El recorrido por el pueblo sería el que a continuación mostramos en el plano:
Lo primero que nos encontramos después de recorrer la larga calle porticada es el Duomo di San Cassiano. El origen de esta catedral es muy incierto, parece ser que fue la primera iglesia románica dedicada al Santo. El caso es que se demolió para construir la actual y se consagró en el siglo XVIII.
Es extremadamente grande en comparación con el contexto urbano, La fachada es de ladrillo, con la excepción de capiteles, bases de pilastras y cornisas que están elaboradas con piedra de Istria. La estructura interna de una sola nave con capillas laterales con un imponente altar de mármol. En la plaza en el lado de la catedral se encuentra el actual campanario, sujetado también por una base en piedra de Istria. Del siglo XIX ya que el original del siglo XVIII se cayó por la excesiva altura que se le había dado.
A partir de este punto, Comacchio se transforma, casas pintadas de colores, canales y puentes, construida como Venecia sobre varias islas, tiene mucho encanto. Ni siquiera llegó a tener ninguna carretera hasta 1821 y ha conservado casi intactos los vestigios del pasado. Ahora es el punto de partida para visitar el Delta del Po, bien con excursiones organizadas o a tu propio aire en bicicleta, barca o automóvil (este último con restricciones). Después de pasar la torre del campanario, observamos un bonito y singular edificio llamado la Loggia del Grano, una de las primeras obras de renovación cuando la ciudad pasó a ser territorio papal en el siglo XVII.
Con columnas y pilares de piedra de Istria, se sostenía la planta superior del suelo para granero de la comisión pública. La fachada de ladrillo, con aberturas del recorte cuadrado, quedando perfectamente enmarcadas, sus ventanas y respiraderos.
Y pasamos a la maravilla de la ciudad, sus canales. La arquitectura que se observa junto a ellos, no tiene la grandeza de los palacios venecianos, ni riadas de gente pasando por sus puentes, ni precios prohibitivos en sus hoteles, restaurantes o escaparates, pero tiene un encanto especial y desde luego una paz que no se encuentra en Venecia.
No carece de edificios de interés, pues no solo sus casas de colores se asientan en las orillas de los canales, un ejemplo de ello es el antiguo hospital de San Camilo, construido en el siglo XVIII su fachada recuerda una iglesia.
Majestuoso con los dos campanarios a los lados y las cuatro columnas se refleja en el canal principal de la ciudad junto al puente llamado Puente de Policías, llamado así porque estaba frente a la prisión y siempre había algún vigilante.
El monumento que es símbolo de la ciudad es el puente Trepponti, con robustas escaleras fue construido en el siglo XVII y pretendía ser una monumental puerta marítima de la ciudad, a partir de allí se encuentra el muelle y el puerto. También supuso una obra hidráulica que llevó la canalización del agua, dando finalmente salud a la laguna y cierta prosperidad a sus habitantes.
No llega a la categoría del Puente Rialto de Venecia, pero tiene su encanto y las vistas desde arriba del puente son espectaculares.
Hicimos una pequeña parada en los escaparates con productos típicos, eran una pasada pero no nos atrevimos a comprar anguilas aunque fueran escabechadas, no sabemos todavía a que sabe y si nos convencerán alguna vez para probarla. El caso es que aquí en Comacchio la hacen de 48 formas diferentes.
Hasta la mismísima Sofía Loren cuando era joven anunciaba anguila de Comacchio. Como se verá, no se le daba entonces tanta importancia a la depilación. Comacchio además es muy cinematográfica, se han rodado muchas películas y una de ellas la española "Bambola" de Bigas Luna.
Seguimos nuestro paseo, esta vez por el Canaletto o canal secundario, donde seguimos admirando las casas junto a los canales y las torres e iglesias asentadas junto ellos.
Nos dimos cuenta de la hora, tomamos un aperitivo en la plaza del pueblo enfrente del Duomo y volvimos al coche. Quizás nos perdimos un manjar, por no probar la anguila (cuestión de gustos), pero preferimos ir a comer a la ciudad donde pasaríamos la noche... Ferrara. Para quien esté muy interesado, en este enlace hay multitud de información (72 páginas) del parque del Delta del Po para pasar unos días o unas vacaciones en ese sitio maravilloso y llenos de sorpresas.