No podíamos irnos de Metz sin conocer el Centro Pompidou, el icono moderno de la ciudad desde el año 2010 inaugurado por el entonces presidente Sarkozy, aunque tuviéramos escasas horas antes de nuestra partida. Hicimos el check in en el hotel sobre las 09:00h y dejamos las maletas para dirigirnos a visitarlo. Para llegar andando es necesario cruzar por el interior de la magnífica estación de tren, declarada monumento histórico-artístico.
Sin apenas prisas, ya que el Centro Pompidou abría a las 10:00h, hicimos pequeñas paradas para observar los diversos detalles del interior de la estación mientras la atravesábamos siguiendo las indicaciones de salida hacia el Museo.
Una vez en el exterior y sin ninguna duda se observa el espléndido edificio moderno que da cobijo a esta sucursal del Centro de Arte Moderno más conocido en París, construido por el arquitecto japonés Shigeru Ban.
El edificio se asemeja a un sombrero de mujer que precisamente el arquitecto japonés se encontró en París y que fue su fuente de inspiración.
Nada más verlo, observamos la enorme complejidad de su cubierta ondulada y del que salen diversos miradores con grandes ventanales. Esto tiene su explicación y es la siguiente:
La ciudad de Metz apostó hace tiempo por una reconversión contemporánea de su patrimonio y el arquitecto del Centro Pompidou lo tuvo en cuenta. Uno de sus miradores está enfocado hacia la Catedral y su estación de tren, otro mira hacía el estadio cubierto Arenes de Metz, otra faraónica obra de modernidad y el último hacia el Arsenal de Metz, una enorme sala de conciertos diseñada por el español Ricardo Bofill.
Al acercarnos vimos que la estructura de la cubierta está sostenida por miles de vigas de madera laminada que se cruzan entre si como si fuera la rejilla del forro del sombrero. Un imponente edificio que alberga el museo con el mayor espacio de exposiciones temporales en Francia fuera de París.
Desde el exterior y antes de su apertura vimos a través de los cristales diversas salas de exposición de la planta baja, ya que no teníamostiempo para visitat el Museo pues solo disponíamos de una mdia hora y la entrada era lo suficientemente cara (10 €) para dar un paseo rápido por el interior.
Si nos dejaron acceder al gran vestíbulo del Centro, después de haber pasado por un minucioso control de seguridad, imaginamos que impuestos tras los atentados terroristas en París.
Dispone de dos restaurantes, uno en la planta baja con salida a un jardín que rodea el edificio, abierto al público en general y otro solo para visitantes al que se accede, al igual que al museo, por un ascensor interior panorámico. En el mismo vestíbulo existen pantallas de plasma con reportajes sobre las exposiciones de ese momento y con las que están programadas.
Desde su inauguración, el Centro Pompidou Metz, se ha convertido en unas de las instituciones culturales más visitadas de Francia fuera de París. El Ayuntamiento de Metz ha querido amortizar el gran coste económico de este centro de arte planificando alrededor de él todo un barrio. Este distrito trata de unir mediante construcciones creadas por grandes diseñadores, el museo y el estadio cubierto. Con más de 50 Ha, está actualmente en construcción e incluye un centro de convenciones y un centro comercial. Una interesante visita para despedirnos de Metz, volvimos andando a nuestro hotel a recoger las maletas y nuevamente ir a la estación para coger el tren que nos llevaría a la siguiente ciudad a visitar en nuestro viaje de las tres fronteras... Estrasburgo.
