En el noroeste de Camboya, a 300 km de su capital Phom Penh, se encuentra la capital del antiguo Imperio Jemer, Angkor. Escondida durante siglos en medio de la selva, ha estado totalmente aislada del mundo occidental hasta que en el año 1.860 fue descubierta por misioneros franceses.
El origen de esta ciudad se sitúa bajo el reinado de Jayavarman II (810-850 d.C.), fundador del Imperio Jemer, quien comenzó el culto a las deidades hindúes, y su esplendor duró hasta el año 1.225, aproximadamente. El conjunto arquitectónico, que ocupa una extensión de más 400 km2, está compuesto por templos monumentales construidos durante este periodo y son una joya del arte hindú.
En 1.992 la UNESCO nombró a todo el conjunto monumental de Angkor Patrimonio de la Humanidad. Los Templos de Angkor, están situados a unos 5 kilómetros al norte de la ciudad de Siem Reap. Como se suele decir.... Nos embargaba la emoción viendo al descender el avión, la enorme jungla que se avistaba a nuestros pies y empezábamos a sentir que íbamos a realizar uno de nuestros sueños, visitar la antigua capital Jemer y sus grandiosos Templos.¡ Angkor nos estaba esperando!.
Era el 29 de Junio cuando sobre las 14:30 horas pisamos tierra Camboyana, procedentes de Kuala Lumpur en un vuelo de Air Asia. El aeropuerto de Siem Reap es pequeñito y bastante moderno comparado con el resto de instalaciones del pais. Los trámites de salida fueron muy rápidos ya que teníamos el visado hecho online; había un mostrador para la e-visa. Las maletas salieron muy rápidas también.
Para entrar en Camboya se necesita visado. Desde hace unos años este visado se puede sacar online, que es lo que hicimos nosotros y en tres días lo tienes en el correo. Actualmente el precio es de 37 dólares. Os dejamos este enlace en el que explica desde qué puestos fronterizos está en uso la e-visa.
El hotel Memoire d' Angkor Boutique Hotel incluía en el precio el traslado al hotel. En unos diez minutos nos encontrábamos en la recepción esperando que nos dieran la habitación. Contactamos, vía e-mail, con Nhoem Synat (nhoemsynat@gmail.com), que chapurreaba algo de español y nos facilitó mucho la visita. Un conductor serio y puntual, amable y que estuvo súper atento a nuestras necesidades durante estos días. Habíamos quedado con Synat, nuestro conductor de tuk-tuk, a las 16h para ir a comprar las entradas y visitar Angkor Wat al atardecer. Como ya eran casi las 15,30 h decidimos tomar unos bocadillos en el hotel. Puntualísimo llegó nuestro conductor y empezábamos nuestra ruta por Angkor.
Se pueden visitar los templos de Angkor desde las 5:30 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde.
Para poder entrar en el recinto de Angkor, necesitamos tener un ticket. El precio de la entrada son 20$ (USD) para un día, 40 $ para 3 y 60$ para una semana. El ticket es personal e intransferible, además llevará impresa una fotografía nuestra (tomada en el momento de recoger el ticket en la taquilla). A partir de las 5 de la tarde se puede acceder a los templos sin que cuente como día de visita.
Cómo moverse en Angkor
Múltiples maneras de recorrer esta maravilla, a pie, en bicicleta, en moto, en coche, en excursión organizada, en tuktuk. Esta última forma fue la que elegimos nosotros. A continuación podéis ver mapas e información que os pueden ser de utilidad.
Tras esta mínima información , os contamos nuestros días en Siem Reap y por supuesto nuestra impresión sobre Angkor. Contamos con Synat en los tres días siguientes para recorrer la zona, más adelante os describiremos nuestros recorridos. El precio fue de 80 dólares, incluyendo Beng Melea (A 60 km de Siem Reap), el complejo de los rulos y el lago Tonle Sap (A unos 20km). Podéis imaginar lo contentos que estábamos de poder visitar los templos de Angkor, una de nuestras ilusiones estaba a punto de hacerse realidad. Nos subimos al tuk-tuk y fuimos a comprar las entradas para los tres días siguientes.
La espera no fue muy grande y ya con nuestras entradas flamantes nos dirigimos hacia Angkor Wat. Todo nos pareció maravilloso: el camino, los primeros monos, la cantidad de tuk-tuk, el lago que rodea el templo, nuestros primeros monjes budistas y qué decir de Angkor Wat. Deciros que a partir de las 5 de la tarde se puede entrar en el recinto sin que cuente el día de las entradas, es decir, a partir de esta hora la entrada es libre.
La enormidad del templo nos impresionó. Empezamos el paseo para ver el atardecer, que no fue posible porque se nubló y amenazaba lluvia. A las seis decidimos volver al hotel, cuando nos acercamos al aparcamiento pensamos que no encontraríamos el tuk-tuk porque había cientos. Pero nuestro conductor nos hizo una señal y vino a recogernos.
Cansados y muy felices nos dimos un buen bañito en la piscina y decidimos cenar en el propio hotel y pronto a dormir, el día siguiente empezaba nuestra ruta por Angkor.
