Nuestro último día en Dubai, dejamos maletas en recepción, hicimos el check out y nos disponíamos a pasar un par de horas de compras en el Centro comercial Al Karama cercano al hotel (unos 3 km) del que nos habían hablado como un lugar de compras a buen precio. Hicimos lo habitual, bajar al garaje donde estaba aparcado un soberbio Ferrari para solicitar un taxi y nos preparamos para seguir "turisteando" la ciudad.
No contamos con que era viernes y allí es festivo (gran error). Llegamos en Taxi y estaba cerrado, nos acercamos al metro del mismo nombre y no abría hasta las 14. Eran las 12:00 y hacia un calor abrasador. A pleno sol y en una avenida de 4 ó 5 carriles con coches a toda velocidad buscamos taxi y hubo suerte… y nos fuimos al centro Souk Madinat Jumeirah. Acercándonos al centro vimos al fondo el otro hotel de siete estrellas de los Emiratos, el Hotel Burj al Arab.
Parecía que a medida que pasaba el tiempo, todos los turistas de la ciudad acabáramos allí. Reconstrucción de un zoco árabe con restaurantes, cafés, tiendas, teatro, rodeado de canales por los que se puede pasear en dhow, el barco de madera típico de la zona.
Al hotel Burj al Arab, al contrario que nos ocurrió en Abu Dabi con el Emirates Palace, no nos dejaron ni acercarnos. El personal de seguridad invitaba a retirarse más allá del puente que lo une al complejo.
Tiene un anfiteatro en el que se celebra el día 5 de Enero la tradicional Cabalgata de Reyes. Realmente bonito por dentro y por fuera, pero era casi imposible disfrutar de los lugares exteriores por el calor. Hacíamos unas cuantas fotos y volvíamos dentro con el aire acondicionado. Las vistas del super hotel Burj Al Arab eran preciosas. En este centro se encuentra de todo, incluso venta de abrigos de pieles en pleno desierto, aunque los precios no son nada baratos. Comimos en un restaurante (Al Makan), dentro del centro, todo muy rico y fueron unos 30 € los dos. Aquí os dejamos un enlace, para los que seáis amantes de los centros comerciales, que podéis encontrar en Dubai.
En taxi, de nuevo, nos fuímos hacia Dubai Marina que es una de las zonas más modernas de la ciudad. Allí se encuentra el puerto deportivo más grande del mundo hecho por el hombre (como no) y es donde están el mayor número de rascacielos de la ciudad.
Queríamos mojarnos los pies en el golfo pérsico, pero estaba todo en obras, eran las 5 de la tarde, el aire quemaba, así que le pedimos al taxista que nos diera una vuelta por la zona y nos dejara en la estación de metro Jumeirah Towers. No queríamos perdernos las vistas de la ciudad desde este tren elevado.
Increible este metro sin conductor que atraviesa a gran velocidad, las enormes distancias que hay entre los barrios de Dubai. Al igual que los trenes, las estaciones están sumamente limpias. Paco decía que hasta se podría comer sopa en el suelo. Gran número de inmigrantes (indios y pakistaníes) están allí constantemente aseándolo. Hasta los aseos parecen de hoteles de cinco estrellas. Eso era el metro de la ciudad y además el precio 2 AED unos 0,40 €.
Nos bajamos en la estación Al gubahiba, la más cercana al hotel. Tras tomar un helado, otro taxi nos llevó al Hotel. Piscina, ducha y cena con vistas. A las 23,30 nos marchamos al aeropuerto pues nuestro vuelo salía a las 02:30 h con destino a Kuala Lumpur. Hay que hacer constar que nos trataron fenomenal en el hotel, ya que nos dejaron utilizar la piscina, vestuarios y ducha aunque habíamos hecho el check out por la mañana.