Bakú es la capital de Azerbaiyán desde el siglo XIV siendo el centro cultural y técnico del país, una ciudad donde pasado y presente están entrelazados, manifestándose claramente en la arquitectura y estructura de la ciudad. Un pasado en su conocida y amurallada cuidad vieja donde su monumento más significativo es la Torre de la Doncella y un presente claramente identificado por sus Flame Towers, unas modernísimas torres que se ven desde casi toda la ciudad y que la animan de noche y de día; por ello en este relato os hablaremos de la Ciudad Vieja y de la Ciudad Nueva ya que ambas conforman el presente de la capital de Azerbaiyán: Bakú.
Os dejamos este mapa para que podáis ver cómo está estructurada la ciudad y contar que prácticamente se puede recorrer a pie toda ella.
ICHERI SHEHER O CIUDAD VIEJA
La ciudad vieja amurallada conocida como Icheri Sheher, con su palacio Palacio Shirvanshah y con la legendaria Torre de la Doncella del siglo XII fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, siendo el primer Patrimonio de la Humanidad de Azerbaiyán. La Unesco dice:
“Construida en un sitio habitado desde el período paleolítico, la ciudad amurallada de Bakú revela evidencia de presencia cultural zoroastriana, sasánida, árabe, persa, shirvani, otomana y rusa. El centro de la ciudad (Icheri Sheher) ha conservado gran parte de sus murallas defensivas del siglo XII. La Torre de la Doncella del siglo XII (Giz Galasy) está construida sobre estructuras anteriores que datan de los siglos VII a VI a C, y el Palacio Shirvanshahs del siglo XV es una de las perlas de la arquitectura de Azerbaiyán”.
Como ya os contamos en Viaje al Cáucaso: Azerbaiyán, Georgia y Armenia con escalas en Estambul y Viena, nuestro hotel se encontraba en una casa tradicional de la ciudad fortificada a escasos cien metros de la Torre la Doncella. Nuestra primera mañana la dedicaríamos a recorrer los entramados de esta ciudad vieja. En este mapa de la ciudad vieja podéis localizar los lugares de los que hablaremos a continuación.
Las excavaciones arqueológicas demuestran que la ciudad estuvo habitada desde la Edad del Bronce pero cobró protagonismo en la edad media cuando los gobernantes del Estado de Shirvan deciden trasladar la capital desde Shamakhi a Bakú para defenderse de las invasiones del momento. Se sabe que la ciudad ya había sido amurallada antes de ser capital del estado pero es en este momento cuando se crea una doble muralla para defenderla tanto de los ataques por tierra como desde el mar Caspio. La segunda muralla desapareció cuando comenzó el desarrollo de la ciudad nueva.
Nuestra primera vista fue la Torre de la Doncella (MaidenTower), ya que fuimos a sacar dinero a un banco muy cercano a ella. La Torre de la Doncella es uno de los monumentos más antiguos y significativos de la ciudad de Bakú. Sus orígenes son inciertos y la función que cumplía también. Se siguen haciendo estudios arqueológicos para llegar a un acuerdo entre los historiadores. Parece ser que hoy se defiende que la construcción se hizo en un único momento, a pesar de que se pensó que por sus diferencias en el muro exterior se debían a distintas fases constructivas. Hasta los 13 metros de altura se habría construido entre los siglos VI-VIII y el resto, hasta los 29,5 metros, en el siglo XII; su diámetro es de 16,5 metros.
La torre de la Doncella es una estructura cilíndrica de unos ocho-nueve pisos y se le adjudican las últimas plantas a observatorio astronómico de los adoradores del fuego. Pero como todo gran lugar, esta torre no ha podido llegar a nuestros días sin su leyenda. Amores entre el Rey y su propia hija, que ante el horror de lo que quería hacer su padre le pidió la construcción de la torre y una vez terminada se suicidó; otra cuenta que el rey quiso matar a su hija para castigar a su mujer por no haberle dado un hijo y su niñera huyó con ella pero años después regresó a la ciudad y el rey se enamoró de ella y al no aceptarle la encerró en la torre. Esta historia ha sido motivo de poemas azerbaiyanos y de uno de los primeros ballets y ópera que se creó en un país musulmán, llamado Maiden Tower.
Al lado de la torre hay una pequeña plaza con unas excavaciones arqueológicas del antiguo Hamman, llamado el complejo Khanegah y en su centro tiene las figuras de tres carneros en piedra. Muy cerca se conserva el Caravanserai que habíamos leído que era en la actualidad un restaurante pero que lo encontramos cerrado en toda nuestra estancia en la ciudad. Estos edificios atestiguan la posición estratégica de la ciudad en las rutas comerciales entre Irán y Rusia, y la Ruta de la Seda que generó mucha riqueza a la región y obligó a crear edificios para albergar a los viajeros,
Ahora la calle ya se estaba animando y se empezaban a montar los distintos puestos con artesanías locales. Antes de continuar hasta el Palacio entramos en la Mezquita Juma o Cuma que estaba justo enfrente de nuestro hotel. Ésta es la mezquita principal de Icheri-Sheher y fue construida en el siglo XII sobre un antiguo templo de los adoradores del fuego al que creen que pertenecen tres arcos que no tienen decoración. El minarete se añadió en el siglo XV y fue salvada de la destrucción a finales del XIX.
Continuamos camino hacia el Palacio de los Shirvanshah que se levantó en el punto más alto de la ciudad cuando la capital fue trasladada a Icheri-Sheher, hoy Bakú. Y como fue construido en la parte más alta de la ciudad ya podéis imaginar que cuestas subimos unas cuantas. El complejo del palacio consta de nueve edificios, siendo los principales el palacio en sí, la sala del tribunal, la tumba de los derviches, la puerta oriental, la mezquita de Shah, la mezquita de Keygubad, la tumba del palacio, la casa de baños y el jardín con sus fuentes. Todos estos edificios se ubican alrededor de tres patios en distintos niveles (más escaleras algunas peligrosas). Todo el complejo está construido en piedra caliza pulida traída de una cantera de Absheron.
Compramos nuestras entradas, 15 manat por persona, después de atravesar la famosa Puerta de Murad, levantada en el siglo XVI tras la conquista de la zona por el Imperio Otomano y la dinastía de los Shivan habían vuelto a Shamakhi y la habían convertido de nuevo en su capital. Bakú fue capital entre 1382 hasta 1500. Hoy gran parte del Palacio se usa como museo.
Recorrer el Palacio es interesante y más las preciosas vistas de la ciudad que te concede su posición privilegiada en la parte alta de la ciudad. En las distintas salas hay un batiburrillo de temáticas expositivas, desde literatos hasta los restos del que fuera el castillo de Bayil que se hundió bajo el agua y durante siglos permaneció desaparecido.
En la parte más baja de la colina se encuentran la mezquita y mausoleo, entre los dos edificios hay un árbol de pistacho, que a pesar de tener siglos de antigüedad, todavía produce frutos cada mes de agosto. La mezquita parece ser que fue diseñada para ser acústicamente perfecta, de modo que la voz del imán se escuchara claramente tanto en la sección de hombres como en la sección para mujeres.
El Palacio de Shirvanshah es sin duda la joya de Bakú, un lugar que ha permanecido en pié tras el paso de los siglos, aunque con distinta suerte, pues fue saqueado en muchas ocasiones por persas y otomanos entre otros. Lo que hoy es Azerbaiyán fue ocupado por Rusia en 1828 y convirtieron el Palacio de Shirvanshah en sede militar y muchos edificios de palacio fueron destruidos. En 1954 se convirtió en un Museo y Reserva Histórico-Arquitectónica del Estado y en 1960 fue declarado como monumento arquitectónico de Icheri Sheher, la ciudad vieja de Bakú.
Tras casi dos horas de visita por todo el recinto, continuamos camino por la ciudad vieja ya que queríamos visitar el Museo de los libros más pequeños del mundo. Llegamos pero tan solo pudimos mirar por la puerta abierta ya que lunes y martes permanece cerrado al público.
Seguimos deambulando por las estrechas calles con edificios de piedra caliza y en algunos nos llamó la atención su balcón que se hacían tradicionalmente de madera para mostrar la riqueza del propietario ya que la madera era muy difícil de conseguir. Hemos de decir que la filigrana de la madera es primorosa y muy hermosa. Entramos en una de estas casas convertida en tienda de antigüedades.
Decidimos sentarnos en un placita que tenía un quiosco de forja muy historiado convertido en restaurante, el Muse Café. Aquí ya comprobamos que Bakú no era muy barato para comer porque una sopa de tomate que estaba deliciosa, un sandwich, zumo, agua con gas y un café pagamos 48 manats que eran unos 25 euros.
Desde aquí fuimos buscando la muralla para salir de la ciudad vieja y comenzar a visitar la Ciudad Nueva, que se encuentra tanto al este como al oeste de Icheri Sheher.
LA CIUDAD NUEVA
El crecimiento de la ciudad de Bakú comienza a finales del siglo XIX con el auge del comercio del petróleo, recordad que el primer pozo comercial se creó en este país, y su centro histórico amurallado se quedó muy pequeño. Se demolieron los muros exteriores de la fortaleza y se rellenó el foso entre los dos muros y luego se empezaron a construir los edificios fuera de ellos, Bakú creció muy rápidamente para alcanzar en el siglo XXI casi dos millones y medio de habitantes, lo que se supone que habitan en ella, la cuarta parte de la población de Azerbaiyán.
Nuestro primer contacto con esta parte de la ciudad fueron los jardines Vahid que discurren siguiendo la muralla de la ciudad vieja, en ellos se encuentra el hermoso edificio de la Filarmónica y una fuente muy historiada que llama mucho la atención.
Seguimos descendiendo y descendiendo en busca del teleférico que nos subiera a la famosas torres en llama o Flame Towers. Para llegar hasta el lugar tuvimos que cruzar un par de pasos subterráneos decorados bellamente con mármoles tanto en paredes como en el suelo y es que Bakú no tiene pasos de peatones en superficie sino subterráneos y en algunas ocasiones cuesta encontrarlos para cruzar al otro lado. En nuestro primer intento no pudimos subir porque era lunes y estaba cerrado pero sí lo conseguimos al día siguiente.
Subir cuesta un manat (unos 50 céntimos de euro) y te deja a los pies de estas tres torres frente a una pequeña mezquita, que estaba cerrada. Las tres torres fueron inauguradas en 2012 y rápidamente se convirtieron en el icono de esta tierra de fuego. La más alta tiene 38 pisos con unos 190 metros de altitud y en una de ellas hay un hotel de cinco estrellas. Son visibles desde casi toda la ciudad y por la noche se iluminan con más de 10.000 bombillas led de alta intensidad generando distintas composiciones. Las más llamativas las que simulan llamas o las que forman la bandera de Azerbaiyán.
Desde aquí parte el llamado Paseo de los Mártires, que está lleno de tumbas de aquellos que murieron en distintos conflictos en los que Azerbaiyán luchó, las más actuales las del conflicto de Nagorno Karabah. Este paseo termina en una plaza con un monolito y en su interior la llama eterna.
Las vistas de desde aquí de la ciudad son impresionantes y se alcanza a verla prácticamente en su totalidad: el bulevar junto al Mar Caspio cargado de edificios modernos, como por ejemplo, el magnífico edificio en forma de flor que es el mercado de la ciudad, el parque con una noria gigante, el Cristal Hall que es el grandísimo edificio donde se celebró el festival de Eurovisión y no encontramos la famosa bandera que según nuestras informaciones era la más grande del mundo sobre un mástil. Preguntamos y nos dijeron que un país de Asia Central, Tayikistán, había hecho una más grande; esto no gustó mucho a los azerbaiyanos y la han desmontado para hacerla más grande y volver a estar los primeros en el libro guinness de los records.
Volvimos a tomar el teleférico para bajar de nuevo a la ciudad y visitamos el magnífico Museo de Alfombras que se encuentra en un edificio que representa una alfombra enrollada y que llama mucho la atención por su tamaño. Tras pagar la entrada de 7 manats nos sumergimos en el mundo de la técnica de hilado y trama en este país que genera unas alfombras y elementos de uso diario en los hogares que le han valido ser incluidas por la Unesco en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2010, os lo contaremos con más detalle en "El arte tradicional del tejido de la alfombra (Unesco). Azerbaiyán". Nos pareció un museo muy interesante y su contenido también, un lugar que visitar en el país. También es conocido como Museo Estatal de la Alfombra y el Arte Aplicado de Azerbaiyán.
Iniciar un paseo por el Boulevard a orillas del Mar Caspio con sus más de 3 kilómetros es otra de las visita que no hay que dejar de hacer en Bakú. Discurre a través de jardines, centros comerciales con lagos y góndolas como si estuviéramos en Venecia, el Museo de la música, un ajedrez gigante, el Teatro de marionetas y a un lado el Mar Caspio que aquí no es apto para el baño y del otro edificios del siglo XX, hoteles, restaurantes, tiendas... Nosotros cruzamos para adentrarnos de nuevo en la ciudad a la altura de la Torre de la Doncella, que es una frontera entre la ciudad vieja y el este de la ciudad nueva.
Esta parte de la ciudad nueva es el verdadero centro de Bakú hoy, es también un lugar muy agradable y bonito, es un lugar lleno de plazas, pequeños jardines, esculturas, avenidas peatonales llenas de tiendas, restaurantes. Aquí nos encontramos prácticamente pegado a la ciudad vieja un hermoso parque y el edificio del Museo de Literatura perfectamente identificable por las esculturas que tiene en su fachada.
Muy interesante y lugar de encuentro de los locales es la Plaza de las Fuentes, con 5 o 6 fuentes entre jardines, restaurantes y algún que otro hotel.
Quizás la calle más famosa y principal es la peatonal Nizami con su suelo de adoquín con arcos blancos, pasearse por ella te da una idea de cómo viven los azerbaiyanos hoy en la ciudad. Su nombre se debe al gran poeta épico medieval (siglo XIII) de las literatura persa.
Halib Aliyeb Centre se encuentra en el norte de esta parte de la ciudad y es un impresionante edificio blanco que es alarde de modernez y diseño con curvas extremas de gran belleza. Hoy es un centro cultural y salas de exposiciones que no tuvimos tiempo de visitar en su interior pero al que dedicamos casi una hora para poder recorrer y disfrutar de su arquitectura que es pura vanguardia. Cuentan que el arquitecto quiso representar las faldas al viento de Marilyn Monroe en la película "La tentación vive arriba". Aquí podéis encontrar el cartel de Bakú, que tanto nos gustan, y hacer una preciosa fotografía con el futurista centro de fondo.
Y más alejada del centro de la ciudad, en el lado oeste se encuentra la Mezquita de Bibi Hayab considerada un importante centro religioso para el Islam pues contiene la tumba de Ukeyma Khanum y de su familia, que fuera descendiente del profeta Mahoma. Se construyó en el siglo XIII pero la que vemos en la actualidad es de finales del siglo XX. Muy colorista en su interior con una cúpula preciosa. Lo más curioso es que a los pies de esta mezquita se encuentra un gran puerto con plataformas petrolíferas y el conductor nos dijo que aquí se habían grabado algunas imágenes para una película de James Bond, pero no sabemos si eso es así.
Para cenar en la ciudad hay dos zonas muy recomendables, ambas muy seguras para moverse caminando, Una se encuentra en la Ciudad Vieja en los alrededores de la Torre de la Doncella con varios restaurantes de cocina tradicional y ambientados con música; aquí cenamos varias noches.
La otra se encuentra en la ciudad nueva y es la Plaza de la Fuentes, con varios restaurantes con sus terrazas. Aquí cenamos una noche.
Y para finalizar este relato de la ciudad de Bakú que a nosotros nos gustó mucho, de noche también es preciosa y tiene mucho encanto,, podéis leer Qué ver y visitar en Azerbaiyán, país de contrastes, en cinco días, donde especificamos más detalladamente cómo distribuimos nuestras visitas en los dos días que visitamos la ciudad.
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