Una ciudad increíblemente tranquila Montevideo, pero que lo tiene todo. Aquí convergen la modernidad y el progreso con la bohemia y la historia en cada una de sus calles. Es la capital del Uruguay, tiene cerca de dos millones de habitantes en su área urbana y ha sido calificada como la ciudad con mejor calidad de vida en el sur de América. Para ampliar información podéis visitar nuestra página "Datos prácticos para viajar a Uruguay" y si queréis conocer la ruta que hicimos en este viaje leed "Ruta día a día del viaje a Brasil, Argentina y Uruguay. Verano 2017".
No olvidemos también que Montevideo es una ciudad rodeada por las costas del Río de la Plata, pero nosotros desgraciadamente viajamos en los días que corresponden a su invierno y no pudimos disfrutar de ellas como se merecen, siendo los meses de enero y febrero los mejores para disfrutar de sus playas. Las finas arenas blancas y las aguas tranquilas son el principal atractivo turístico de Montevideo.
Las playas de Pocitos, Buceo, Malvín y de los Ingleses ostentan la Certificación ISO de gestión ambiental, haciendo de Montevideo una de las pocas capitales que obtiene un reconocimiento a su desempeño ambiental en la gestión de playas. Estas discurren a lo largo de más de 22 kilómetros de costa en la conocida Rambla de la ciudad en la que además se suceden parques, edificios modernos, paseos, centros comerciales, que son el eje vertebrador de la vida de la ciudad de Montevideo. La Rambla o Paseo Marítimo de Montevideo está incluido desde el año 2010 en la Lista Indicativa del Patrimonio de la Humanidad.
Bien, una vez habiendo dejado claro la importancia turística de las playas en los meses del verano austral y de su eje fundamental La Rambla, pasamos a relatar la visita que hicimos al centro histórico de la ciudad y que debido a la premura de tiempo solo pudimos hacer durante un breve período de tiempo y que resumimos en este artículo. Montevideo nos pareció una ciudad singular que aúna tradición y modernidad en su conjunto arquitectónico y que le ha valido su inclusión desde el año 2010 en la Lista Indicativa del Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura moderna del siglo XX.
A continuación os detallamos un mapa con un eje fundamental para visitar Montevideo. Alrededor de él, se pueden hacer las variaciones que se deseen pero todo lo más interesante lo encontraréis cerca de la ruta que hemos marcado.
Empezamos nuestro recorrido desde la Avenida 18 de Julio, calle principal de la ciudad, cuya denominación proviene de la fecha en que se realizó la Jura de la Constitución, el 18 de julio de 1830 a la altura de la Intendencia de Montevideo, organismo encargado de la rama ejecutiva del gobierno del departamento de Montevideo o para que nos entendamos el Ayuntamiento de la ciudad. Allí nos encontramos con la primera curiosidad, una de las cuatro copias que hay de la escultura del David de Miguel Angel a tamaño real que existen en el mundo (dos en Italia, una en Copenhague y la de la capital uruguaya).
Un poco más adelante, en dirección al centro neurálgico de la ciudad vemos el Monumento al Gaucho. El gaucho conserva un papel importante en el sentimiento nacionalista de Uruguay, ya que fue un factor importante y decisivo en las guerras de la independencia y civiles, y en torno a su figura se formó una literatura original denominada literatura gauchesca, donde se denunciaba la injusticia social y racista de la época.
Las diferentes corrientes migratorias y momentos históricos dejaron su huella en Montevideo. En las primeras décadas del siglo XX la ciudad vivió su época de oro y de ascenso económico y social. Heredó la arquitectura moderna proveniente de Europa y llegó a tener una de las mayores manifestaciones del Art Decó, siendo Junto con Nueva York las ciudades con mayor presencia de ese estilo. Hay infinidad de ejemplos en la avenida 18 de Julio.
Seguimos caminando y nos fijamos en el mural de la Cinemateca o Filmoteca Nacional Uruguaya, en esta ocasión, Federico Fellini, Alfred Hitchcock, Luis Buñel y Lucrecia Martel representados como Santos. Los murales, icónicos y transgresores, que se pintan en este lugar son una manera de generar atención para acercar más público a festivales o ciclos de cine.
Seguimos sin dejar la avenida y cruzando la calle un poco más adelante veremos la Fuente de los Candados. Se trata de una fuente de piedra volcánica, atractiva, pequeña y romántica que fue importada desde Puerto Vallarta, México. Y fueron los propietarios del establecimiento de al lado, el restaurante Facal quienes desarrollaron la idea de convertir a la fuente en un símbolo de amor, después de haber visto el éxito que tuvieron estos cerrojos en puentes y fuentes europeas.
Seguimos nuestro recorrido y nos fijamos en el Palacio Santos, que desde 1955 es sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay y en 1975 fue declarado Patrimonio Histórico Nacional. Construido dentro de un marco clasicista, refleja las líneas más sobresalientes de la arquitectura del Renacimiento italiano. Los mejores artesanos de la época fueron contratados para trabajar los mármoles, las maderas y la yesería. Quizás el elemento decorativo que más resalta sea la enorme puerta de doble hoja, de madera tallada. En su origen fue conocido como Palacio-Museo por las obras de arte y el rico mobiliario que albergaba.
Y llegamos a la Plaza Juan Pedro Fabini, una de las plazas más pintorescas y cuidadas del centro. Árboles, templetes y pequeñas fuentes hacen que sea lo suficientemente atractiva para realizar una parada y sacar unas cuantas fotos.
Conocida popularmente como Plaza del Entrevero, ya que el monumento en homenaje a los héroes anónimos que forjaron la patria tiene ese nombre que significa mezcla. Si tenéis tiempo visitad las exposiciones del Subte (Metro) con tres salas donde se realizan exposiciones de artistas nacionales y extranjeros.
Uno de los edificios que más no llamó la atención fue el Palacio Uriarte, edificio ecléctico con predominio francés, un ejemplo excepcional del patrimonio histórico-arquitectónico de la ciudad. Aunque parezca increíble, originalmente fue construido como vivienda unifamiliar. Actualmente aloja al Banco República y al Museo del Gaucho. Accedimos al museo casi por casualidad pues al querer observar el interior del edificio vimos los carteles del museo y el personal que había nos recomendó amablemente la entrada al mismo que además era gratuita. La verdad es que merece la pena verla, tienen una gran colección de armas, cuadros, utensilios, etc. Pero es que solo por ver el palacio por dentro merece la pena la visita.
Y justo al lado otro palacio, el Palacio Brasil. En su fachada se despliegan elementos de composición y decoración características del academicismo clásico del siglo XIX, pero también aparecen elementos relacionados al Art Nouveau. Realmente espectacular.
Llegando al final de la avenida del 18 de Julio llegamos al corazón de la ciudad, la Plaza de la Independencia. Es la plaza principal de la capital y fue fundada en 1837 por el arquitecto italiano Carlo Zucchi. Su función principal es la división entre la ciudad vieja y la ciudad nueva. Allí, podemos ver la "Puerta de la Ciudadela", el "Monumento a Artigas", "La Casa del Gobierno", "El Palacio de Justicia" y el edificio más magnífico de la zona, "El Palacio Salvo".
En el medio de la Plaza de la Independencia se encuentra el Mausoleo del General José Artigas. En el interior, se recuerdan los eventos más importantes del padre de la nación uruguaya. Una estatua que rinde homenaje a este hombre que luchó con determinación por un país libre, debajo descansan sus restos mortales. Las escaleras a ambos lados de la estatua ecuestre de bronce conducen al mausoleo.
Pero quizás el monumento más representativo de la plaza e incluso de la ciudad es el Palacio Salvo, la fotografía en un segundo plano tras un grupo de palmeras, es una de las imágenes más icónicas de Montevideo. Es bien sabido que el Palacio Salvo y el Barolo de Buenos Aires son gemelos e inspirados ambos en la Divina Comedia de Dante. El padre de estas grandes obras fue el famoso arquitecto Mario Palanti. El Palacio Salvo tiene 105 metros de altura, fue inaugurado el 12 de octubre de 1928, siendo la edificación más alta de Sudamérica hasta el año 1935.
Se levantó donde estuvo ubicada la confitería La Giralda, lugar donde se tocó por primera vez el tango La Cumparsita en 1917. En los bajos del edificio se encuentra el Museo del Tango del que hablamos en el post: "El tango (UNESCO), la esencia de Montevideo y Buenos Aires." Totalmente recomendable la visita guiada por el edificio y al museo. Abren los lunes, miércoles, viernes y domingos 10:30 a 16hs., jueves y sábados 10:30 a 13 horas. Las visitas nocturnas en invierno son los miércoles a las 20hs. En esta página podéis recoger más información: VISITAS GUIADAS PALACIO SALVO.
En 1830 Montevideo contaba sólo con tres edificios que podrían considerarse monumentales: el Cabildo (arquitectura civil), la Catedral (arquitectura religiosa) y la Ciudadela (arquitectura militar). Los tres pertenecían al período de conquista española y fueron concebidos por arquitectos no nativos y de acuerdo con las directivas coloniales.
Diez años después, ciudadanos ilustres de la élite montevideana y los más importantes comerciantes plantearon la construcción de un gran teatro. Quince años duraron las obras y su nombre Teatro Solís se impuso en votación de la junta directiva en recuerdo al primer explorador europeo (español) que llegó al Río de la Plata, D. Juan Díaz de Solís (que por cierto murió y fue devorado por los indígenas de las costas del Uruguay). El 25 de agosto de 1856 Montevideo inauguraba la mayor obra nacional hasta la fecha, desfilando por él las más grandes figuras del arte escénico mundial.
Desde aquí comenzamos nuestra ruta por el casco viejo o ciudad vieja de Montevideo, la que fue origen de la fortificación militar española. Las murallas de la ciudad y la fortaleza dieron el calificativo a la capital uruguaya de "ciudad fuerte". Pero todo aquel conjunto defensivo se fue demoliendo, convirtiéndose en una ciudad abierta y conservándose únicamente la Puerta de la Ciudadela que hasta 1829 funcionaba para proteger el lugar de posibles invasiones. Situada en el enclave original, su ubicación se encuentra entre la Plaza Independencia y la calle peatonal Sarandí, marcando la imaginaria limitación entre la ciudad antigua y moderna.
En el casco histórico se encuentran las construcciones coloniales más bellas y pintorescas, pero también edificios señoriales de principios del siglo XX y grandes construcciones que ocuparon el sitio de los edificios defensivos. La calle Sarandí es la que da la bienvenida a la vieja ciudad, fue diseñada a principios del siglo XVIII, inspirándose en la arquitectura francesa de entonces. Albergó las más lujosas tiendas y los centros financieros de la burguesía de la época. Desde 1992 es calle peatonal y es la verdadera arteria desde donde conocer el Montevideo antiguo.
Nada más entrar en la calle observamos la Librería "Más Puro Verso" instalada en un edificio de 1917, de estilo Art Decó. con dos preciosas y enormes vidrieras a los costados para exhibir los libros y un reloj en la fachada. En su interior, el antiguo ascensor aún funciona y es toda una delicia pasear por sus escaleras de mármol y contemplar sus magníficas vidrieras. Parada ineludible.
Ascendimos la calle que tiene una pequeña cuesta llegamos a la plaza más antigua de Montevideo, la Plaza Matriz a la que también se conoce como Plaza Constitución. Es una bonita plaza con muchos árboles, zonas de césped y una bonita fuente en el medio con diversas figuras míticas esculpidas y símbolos de masonería, la cual tuvo un papel destacado en la historia del país.. Está flanqueada en lados opuestos por la Catedral y el Cabildo, ambos construidos en la primera parte del siglo XIX.
El antiguo Cabildo español. Se construyó entre 1804 y 1812, durante el reinado de Carlos IV en estilo neoclásico, por el arquitecto español Tomás Toribio. El Cabildo fue un lugar emblemático en la historia de Uruguay, ya que aquí se juró en 1830 la Primera Constitución. Por su valor histórico, su importancia cultural y su belleza arquitectónica fue declarado Monumento Histórico. Actualmente alberga el Museo y Archivo Histórico Municipal.
La Catedral de Montevideo fue iniciada por el ingeniero militar portugués Custodio de Saá y Faría y continuada por el arquitecto Tomás Toribio, con sus construcciones de volumetría simple, expresadas con austeridad. Es representativa también del neoclasicismo español. Su fachada sufrió diversos cambios durante los siglos XIX y XX.
El templo es de tipo basilical y consta de tres naves y crucero. En el interior de la Catedral se encuentran las tumbas de algunas de las personalidades más relevantes de la historia uruguaya.
Desde la Catedral, nos dirigimos a la Plaza Zabala, situada en el corazón de la ciudad vieja. En cierta manera evoca un rincón de París, ya que rompe con el diseño tradicional en damero de las ciudades coloniales españolas. Tiene un gran valor histórico, pues ocupa el antiguo terreno donde se ubicaba el Fuerte de San Felipe, en el centro la estatua de Bruno Mauricio de Zabala, fundador de la ciudad. los edificios de inspiración francesa a su alrededor y su verja perimetral distinguen a este entorno como uno de los más bellos de la ciudad.
Y que mejor que hacer un pequeño descanso y tomarse un café o un pastel casero. En la Ciudad Vieja de Montevideo se encuentran varios establecimientos históricos, con su fachada verde y nacarada, el café Las Misiones fue uno de los que encontramos, es uno de los más antiguos y clásicos de la ciudad. Se encuentra en la confluencia de la calle Misiones y 25 de Mayo. Figura señalado en la Guía Benedetti, que invita a recorrer Montevideo siguiendo los pasos del escritor uruguayo.
Otro lugar casi nostálgico y seguramente por desgracia en vías de extinción es el Café Brasileiro. El sitio, que ha recibido a personajes como Mario Benedetti o Juan Carlos Onetti es el más antiguo de la ciudad, su fecha de apertura figura en su escaparte, nada menos que en 1877. Resiste como puede el esplendor del pasado con la diversidad del presente. Se encuentra en la calle Ituzaingó 1447.
Y es aquí en la Ciudad Vieja cuando uno debe perderse entre sus calles y admirar las viejas fachadas de sus casas y los nuevas corrientes artísticas que se han establecido en este barrio. Excepcionales murales pintados en las fachadas, el acentuado colorido en las fachadas, la bohemia a pie de calle. Una gran cantidad de artistas plásticos han elegido la ciudad vieja para exponer sus obras, convirtiendo sus calles en un gran estudio de arte. Un aire nuevo que refresca en la memoria del Montevideo colonial.
Y si llega la hora de comer o de cenar lo mejor es dirigirse hacia el litoral y llegar al Mercado del Puerto. Se inauguró en 1868 y supo ser el mercado más grande de Sudamérica. Su estructura de hierro fue construida en la ciudad de Liverpool y traído en barco hasta Uruguay. Actualmente se ha reconvertido en uno de los típicos centros gastronómicos de la ciudad, donde en grandes parrillas se cocinan las excelentes carnes uruguayas. Excelente el ambiente, los olores y la música de los artistas callejeros interpretando tangos. Visita obligada.
Creemos que con el resumen de la ciudad que hemos realizado es suficiente para dar una idea de lo que es esta bella ciudad de Sudamérica. Por supuesto que es mucho más de lo que relatamos nosotros, pero... " Si no están todos los que son, si son todos los que están".
A Montevideo nos gustó mucho más de lo que pensábamos, solo sentimos que nuestra visita fue breve y con un tiempo infernal de lluvia. Es de esperar que algún día la repitamos con más calma y con más días para seguir descubriendo su indudable belleza. Si hemos dejado cosas importantes de la ciudad no dudéis en hacerlo constar en los comentarios ¡Chau Montevideo!
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