Si hay algo que cualquier visitante de China quiere ver, es sin duda la Gran Muralla China (Wanli Changcheng en chino), colosal construcción defensiva consistente en numerosas paredes, muchas de ellas paralelas entre sí, levantadas durante dos milenios en el norte de China y el sur de Mongolia. La longitud total de la muralla es de 21.000 kilómetros, de los que 8.800 kilómetros fueron construidas durante la dinastía Ming y que son las mejor conservadas. La titánica obra se inició durante la dinastía Qin como fortificación para proteger la frontera norte, se continuó y mejoró su construcción durante la dinastía Ming, hasta llegar a ser la estructura militar más grande del mundo.
La UNESCO en 1987 la proclamó Patrimonio Mundial de la Humanidad, con el siguiente criterio "La Gran Muralla de Ming es, no solo por el carácter ambicioso de la empresa, sino también por la perfección de su construcción, una obra maestra absoluta. El único trabajo construido por manos humanas en este planeta que se puede ver desde la luna, el Muro constituye, en la vasta escala de un continente, un ejemplo perfecto de arquitectura integrada en el paisaje." aunque era un criterio equivocado: ¡Porque no es cierto que pueda verse desde la luna!
Como sabréis, el viaje a China lo hicimos en régimen de viaje organizado y por lo tanto, no pudimos elegir la sección o secciones de la Gran Muralla a visitar. Nos asignaron la sección de Juyongguan, que es la más cercana a Pekín, aún así, se le considera uno de los tres grandes Pasos de la Gran Muralla. Puede parecer la salida más fácil y con el recorrido más corto desde la capital (56 kilómetros), pero está llena de intriga histórica y además recientemente restaurada y mejorado su accesibilidad, sobre todo para la gente discapacitada.
Era una de las visitas más esperadas del viaje y estábamos emocionados cada vez que distinguíamos secciones de la muralla desde la carretera. La pronta hora de la excursión ayudó a mitigar el calor y encontrarnos con menos turistas. Ese es el contrapunto de esta sección, que debido a su cercanía con Pekín o Beijing, muchas veces se abarrota de visitantes. Para llegar de forma libre hasta aquí, se debe coger el autobús turístico línea 1 desde el lado suroeste de la Puerta Zhengyangmen, en el punto sur de la Plaza Tiananmen de Pekín. El primer autobús parte a las 7:30 y el último autobús de regreso a la ciudad desde Juyongguan sale a las 16:30. Los billetes cuestan unos 2€ por trayecto. Otra de las ventajas es el corto camino desde el aparcamiento hasta la muralla, a diferencia de otras secciones de la Gran Muralla que generalmente requieren una larga caminata para acceder a ella. El acceso al paso de Juyongguan de la Gran Muralla varía entre 5€ y 7€ y su horario es de 08:00h a 17:00h.
Mientras que las fortificaciones de todo tipo se habían estacionado en Juyongguan durante siglos antes, después de derrocar a la dinastía mongol Yuan en el siglo XIV, el primer emperador de la dinastía Ming, Zhu Yuanzhang quería asegurarse de que no pudieran regresar y ordenó la construcción de un muro más fuerte aquí, que serviría de punto de control final antes del camino directo a la capital.
La vista desde abajo es indudablemente impresionante, con una pared ondulada que serpentea a través del valle del río Guangou en la que se asienta con un desnivel de aproximadamente 350 metros entre la torre más baja y la más alta. Destaca la majestuosidad arquitectónica y sobre todo el que denominaremos esplendor escénico de Juyongguan, debido al paraje natural que tiene a su alrededor.
Al llegar a la torre de la Puerta del Sur, se puede elegir entre subir la parte oeste, que es muy empinada, o la parte este, que es menos dura. La mayoría de los visitantes prefieren la parte oeste, por lo que acude siempre más gente que a la parte este. Sin embargo, las multitudes disminuyen a medida que se camina más lejos. Aún así la subida debe dosificarse y hacer paradas contemplando el bonito paisaje.
Las escaleras en la parte occidental son bastante empinadas e irregulares, lo que hace de esta parte de la muralla un verdadero desafío físico. Sin embargo, no es necesario subir demasiado alto (como hicimos nosotros) para tener una hermosa vista panorámica de la Fortaleza de Juyongguan y de la Gran Muralla.
La llamada Plataforma de las Nubes es una obra arquitectónica única, así llamada por que en la distancia parece levantarse de las nubes y es el monumento al que toda la gente intenta acceder. Construido en el siglo XIV durante la dinastía Yuan, la plataforma está hecha de mármol y con balaustradas de piedra alrededor, un puesto de vigilancia y un portal arqueado en el medio de la plataforma, a través del cual las personas pueden pasar y que está decorado con tallas de personas y animales.
Originalmente, también había tres pagodas en la parte superior de la plataforma, pero fueron destruidos durante la dinastía Ming. Más tarde, se erigió un templo budista que también fue destruido, durante la dinastía Qing. Hoy, todavía podemos ver grabados de figuras y textos budistas en las paredes de la plataforma.
La Gran Muralla en el paso de Juyongguan es un circuito cerrado, que comienza en la Puerta Sur, teniendo excelentes puntos de observación al este y al oeste. Las altas torres de vigilancia a lo largo de la ruta que una vez fueron utilizadas como vigías militares, ahora son la mejor manera de disfrutar de las impresionantes vistas del paisaje. Si en algo destaca este paso es por su belleza natural.
Grandes batallas se lucharon aquí contra los bárbaros y mongoles, y luego más tarde contra los japoneses. Genghis Khan llevó a su ejército a través de este paso. Se cree que la fortaleza y el muro se llamaron Juyongguan porque en la dinastía Qin, cuando estaban construyendo la primera Gran Muralla unida a través de la frontera norte, se asignó a la gente común construir esta parte del muro. Ju significa habitar, y yong mediocre o común. La palabra guan puede significar paso o puerta. Es decir, "El paso donde vive la gente común".
El ancho de la muralla de aproximadamente 6 metros estaba prevista para que por ella pudieran circular carromatos para la entrega de mercancías, víveres y armamento.
También presenta algunos elementos arquitectónicos interesantes, más allá del propio muro. Torres de vigilancia, aposentos de soldados, patio de armas y templos. Estructuras diversificadas construidas en diferentes épocas, que se pudieron concluir a partir de los materiales de construcción con base de granito.
La verdad es que pasamos una mañana genial fotografiando todo cuanto se disponía frente a nuestros ojos, el enclave era alucinante y la arquitectura china hacía una perfecta simbiosis con el paisaje que nos rodeaba. El tiempo fue muy agradable y soleado y a nosotros la cultura de este país cada vez nos sorprendía más.
Debido al terreno empinado del área, Juyongguan era una barrera estratégica creando un cuello de botella que protegía a Pekín o Beijing del noroeste. En este lugar estuvo enclavado el castillo-fortaleza, encajado entre picos imponentes a cada lado, que controlaron el acceso a la capital durante siglos.
La excursión acabó tomando un café en una terraza desde donde podíamos ver los esfuerzos de los visitantes para subir a lo más alto de la muralla. A nosotros nos bastó con haber estado allí y haber contemplado esta auténtica maravilla.
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