No podíamos dejar de incluir en nuestro blog de viajes, Turisteando el mundo, un artículo sobre el fileteado, un arte que conocimos en nuestro viaje de Verano 2017 por Brasil, Argentina y Uruguay, no somos entendidos en ello pero nos ha encantado descubrirlo. Contábamos con fotos y varios apuntes en nuestros diarios de viajes, fueron las sensaciones y el contacto con la gente porteña lo que nos ha animado a redactar las siguientes palabras, no sin antes pedir disculpas a los argentinos si hemos cometido errores en nuestro humilde relato.
Si en algo se distinguen los porteños es en hacer suyo, de un modo peculiar y único, el arte que pasa entre ellos. Eso ocurrió, por ejemplo, con el Tango, que a pesar de haber nacido en Uruguay, Buenos Aires lo hizo tan propio que es imposible desligar la composición musical de la ciudad. Otro tanto pasó con el "Fileteado", un estilo artístico venido de Italia que consiste en pintar mediante colores vivos, líneas estilizadas, flores, letras y hojas, elementos de la vida cotidiana. Se utilizaba fundamentalmente en Sicilia para decorar carros y podéis ver estos enlaces lo que escribimos en nuestro viaje a Sicilia:
El caso es que Buenos Aires lo acoge, le agrega un sello de identidad y lo hace suyo, creando un estilo propio. Así pues, el Tango y el Fileteado se convierten en los iconos más representativos de la capital argentina y además íntimamente ligados entre sí.
Gracias a su originalidad y maestría el Fileteado Porteño ha sido reconocido por la UNESCO en 2015 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Un acicate importantísimo para esta expresión artística popular, que después de un siglo de existencia, se identifica como una herencia cultural de Buenos Aires y Argentina para el mundo.
La UNESCO dice de él: "El filete porteño de Buenos Aires es una técnica pictórica tradicional que combina los colores vivos con estilos tipográficos específicos. Sus realizaciones se pueden contemplar en autobuses urbanos, camiones y señalizaciones de tiendas y almacenes, y son cada vez más frecuentes en la decoración del hogar. Sus imágenes guardan relación con el patrimonio cultural de la ciudad, incorporan elementos de carácter social o religioso y constituyen una forma de memoria colectiva".
Los orígenes del fileteado no están debidamente documentados, sin embargo, los conocedores y estudiosos del tema acuerdan en señalar que el fileteado nació en las fábricas de carros tirados por caballos, donde los primeros pintores, seguramente de origen italiano crearon un estilo particular, caracterizado por los adornos pintados en colores vivos.
Desde sus orígenes a principios del siglo XX, el fileteado estuvo ligado al barrio, a lo popular, a la cercanía de la gente humilde. De los carros se pasó a decorar autobuses y camiones. Más tarde, durante las décadas de los años 20 y 30 los almacenes, fábricas e incluso tiendas y bares tuvieron sus realizaciones con temáticas referidas a la representación de santos, vírgenes, personalidades políticas, así como de estrellas musicales e ídolos deportivos. Precisamente, por ser un arte popular, el fileteado tuvo poca documentación al respecto y lo que conocemos hoy en día es solo a través de testimonios gráficos. No hay una fecha exacta que marque su comienzo y tampoco se conoce a un primer iniciador del género del fileteado.
Inicialmente se trataba de dibujar líneas muy finas de un solo trazado para cubrir los paneles de los carros o separar colores diferentes en los costados de los carromatos. Más tarde, sumaron nuevos elementos decorativos y se perfeccionaron las técnicas. Surgieron diferentes motivos que conformarón un variado repertorio que caracterizará a este género. De esta manera se fueron incorporando flores, hojas de acanto, banderas, etc en diferentes tamaños y grosores hasta que se incluyeron escenas de la vida cotidiana y personajes populares, como la Virgen María o Carlos Gardel. Los colores utilizados siempre muy vivos y con pintura resistente a la intemperie, es decir, esmalte sintético.
Durante los años 40, el fileteado se convirtió en oficio y los fileteadores pintaban a pedido del cliente usando por lo general frases cortas y muchas veces picarescas o burlonas. Era una especie de publicidad mediante frases surgidas del saber popular, refranes o dichos que no tenían carácter revolucionario, ni contestatario, se aceptaban las cosas tal cual son y se representaba al hombre como victima de su destino. Exactamente igual a como evolucionó el Tango.
A partir de entonces, el fileteado aborda una temática particular en relación directa con la cultura porteña. Sus frases con referencia a los valores patrióticos, el culto a los ídolos o la representación de imágenes religiosas sitas en la capital argentina eran los elegidos por los clientes de entonces para decorar sus propiedades. Desde las más irónicas y banales como los refranes populares, hasta las más cultas de escritores como Borges, acapararon los espacios de los frentes o traseras de camiones, autobuses, fachadas de comercios, carteles de publicidad y objetos comerciales.
Pero durante mucho tiempo el fileteado porteño fue un olvidado por muchos sectores de la cultura, lejos de los salones prestigiosos y de la élite cultural, tal y como le ocurrió al Tango, hasta que en 1970 se realizó la primera exposición de fileteado porteño en Buenos Aires en la Galería Wildenstein y... ¿Sabéis quien impulsó este tipo de pintura organizando la exposición? ¡Pues un español! Desde entonces se le conoce como el catalán que descubrió el fileteado y lo convirtió en un arte. Se llama Nicolás Rubio (por favor, leed la entrevista del enlace, es interesantísima) y estaba casado con una escultora argentina, Esther Barugel. Fue la primera vez que el fileteado se exponía en las galerías de arte, a partir de ahí, nada pudo evitar su ocaso. De hecho, el 14 de Septiembre se celebra en Buenos Aires el día del fileteado porteño en conmemoración de la inauguración de aquella exposición.
En 1975 una ley nacional “descabellada”, prohibió el fileteado en los colectivos (buses) de la capital alegando que tanto colorido despistaba a los conductores. Fue entonces cuando muchos maestros de esta técnica buscaron que su arte sobreviviera, ya fuera haciendo carteles, decorando paredes y escaparates o "fileteando" objetos.
A finales de los años 90 junto con un renovado entusiasmo internacional por el Tango, hubo un resurgimiento de artistas que valoraron la estética y los valores sociales del fileteado e incluso agencias publicitarias usaron el fileteado para sus campañas. En la actualidad, esta técnica pictórica ligada a lo popular continúa expandiéndose en las calles de Buenos Aires y convirtiéndose junto con el Tango en la expresión más pura, auténtica e icónica de la ciudad porteña.
Enrique Santos Discépolo, escritor argentino lo definió así: "el Tango es un pensamiento triste que se baila; el Filete es un pensamiento alegre que se pinta". Precioso, ¿verdad?
En 2012 fue fundada una Asociación de Fileteadores para preservar el legado y promover este arte. Junto con el Gobierno Municipal, la Asociación tuvo éxito en su solicitud para que el Fileteado Porteño fuera reconocido por la UNESCO y por fin en 2015 se inscribió en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un gran logro para este arte popular.
NUESTRA EXPERIENCIA EN BUENOS AIRES
No se puede separar el fileteado de Buenos Aires, ni Buenos Aires del fileteado, la sensación de su contemplación actúa como acto reflejo a la hora de visitar la ciudad. En cada trazo, luz y cariño que se usan para elaborar una pieza de fileteado porteño palpita la historia de la capital argentina.
Sabemos que existen multitud de sitios donde observar y contemplar este arte pictórico y que incluso hay visitas guiadas por las calles del barrio del Abasto, pero solo podemos relacionar los lugares que hemos visitado en persona y que son los siguientes:
MUSEO DEL FILETEADO
Como buenos seguidores del Patrimonio Mundial de la Humanidad, no podíamos dejar de hacer una visita al pequeño, hermoso y nostálgico Museo del Fileteado enclavado a su vez dentro del Museo de la Ciudad. En realidad no es una sala de exposiciones al efecto, si no que las obras se encuentran expuestas en las paredes del bar del Museo de la Ciudad.
Como decíamos anteriormente, los porteños son capaces de crear la identidad intrínseca del arte que llega al lugar en donde viven, dejando inconfundibles huellas con las que se pueden rastrear la propia historia de la ciudad y sus costumbres. La colección que exhibe está compuesta por aquellas piezas originales que se empezaron a elaborar en los inicios del siglo XX a las que se han agregado otras realizadas en años posteriores. Significan un valioso testimonio no sólo por su calidad sino también por ser representativas de la cultura porteña. Convertido en necesidad expresiva, libre de ataduras y sin prejuicios estéticos, los artistas han podido representar a Gardel con ornamentos pompeyanos o a la Virgen de Luján (por cierto, patrona de los viajeros) con hojas de acanto, flores, volutas y cintas argentinas.
Lamentablemente la muestra de obras es muy pequeña y no está del todo bien habilitado, pero merece la pena darse una vuelta por allí y admirar las obras expuestas, recomendamos fervientemente al Ayuntamiento de Buenos Aires ponga interés en mimar y ampliar la colección ya que se trata de un arte eminentemente local y autóctono y desde luego cada vez con más seguidores.
BARRIO DE LA BOCA
La presencia de este estilo es muy notable por todas las calles del Barrio de la Boca, los frentes de los comercios, las fachadas decoradas y los carteles exhibidos hacen que este barrio afiance aún más su llamativo colorido. Podemos incluso suponer que el arte del fileteado traído por los primeros inmigrantes italianos nació aquí, en este barrio decorando los carros de verduras, frutas y leche que se vendían por la calle del Caminito.
Nada más entrar en esta famosa calle, el edificio más característico, nos da buena muestra de un fileteado profuso y colorido. Otro de los detalles es la cantidad de objetos exhibidos, originales y manufacturados referentes al fileteado, allí se pueden encontrar desde imanes de nevera a puestos de body-painting o incluso tatuajes con el estilo de este arte local. En las calles de este barrio se fusiona con el arte callejero que expone los sentimientos de los marginados con el arte pictórico del fileteado logrando una conjunción particular y única.
BARRIO DE SAN TELMO
El barrio de San Telmo es el más antiguo de la ciudad y su estilo colonial con las casas bajas fue en sus inicios el Buenos Aires tanguero, los arrabales. La perfecta armonía que ha tenido la historia paralela del Tango y el fileteado no podía ser menos en este barrio que explosiona de alegría y gentío cada domingo con su mercado de artesanía y antigüedades.
No hay otro lugar en Buenos Aires que los domingos tenga tanta algarabía y jovialidad, el placer de pasear por sus calles y plazoletas o tomarse un café en alguno de sus antiguos cafés solo es comparable con el hecho de ser visitante y espectador de la esencia de la ciudad, el tango y el fileteado.
Alrededor de los bailarines callejeros que amenizan los grupos de gente que se agolpan junto a ellos, se encuentran multitud de carteles, paredones y cristales de escaparates fileteados con innumerables motivos. De forma intrínseca, es imposible desligar la sensación de pasear por las calles de este barrio sin la decoración casi espiritual que nos ofrecen las obras de fileteado y desde luego es el mejor lugar para adquirir una obra original. Fue precisamente en ese barrio donde tuvimos la ocasión de conocer en primera persona una auténtico taller, sede de la Asociación de Fileteadores, de esta técnica pictórica.
TALLER DE FILETEADO
Muchas personas han comenzado a interesarse en aprender la técnica del fileteado y en la ciudad existen múltiples cursos y talleres que invitan a acercarse a ellos para conseguir dar las primeras pinceladas.
Gente de todas las edades y condición desean que perdure un arte nacido en la ciudad porteña. Los instructores y monitores de la actividad ponen todo su empeño y dedicación en conseguir la adicción de los alumnos hacia esta técnica pictórica y bien podemos afirmarlo porque hablamos con todos ellos y nos hicieron saber de toda su ilusión. Los resultados están siendo soberbios, ya que este tipo de talleres se han exportado a Europa y a otros países de América del Sur por el interés que causan los bellos resultados de esta forma de arte.
TÉRMINOS TÉCNICOS
Según la wikipedia el fileteado "es una palabra derivada del latín filum, que significa hilo o borde de una moldura, refiriéndose en arte a una línea fina que sirve de ornamento" Esta técnica pictórica peculiar conlleva un conocimiento de los pasos y motivos a plasmar. A continuación y para a quien le interese, relacionamos las nomenclaturas empleadas en las obras fileteadas y que son las siguientes:
Talón: es el espacio necesario que existe entre el borde y la banda. Borde o marco: generalmente encierra toda la composición. Pájaro: motivo zoomórfico altamente estilizado. Banda: es la línea más gruesa y con volumen que acompaña al borde y que estructura junto a la hoja de acanto toda la composición. Hoja de acanto: uno de los principales motivos ornamentales que estructuran las composiciones fileteadas. En este caso la hoja de acanto está integrada a la banda. Sombra proyectada: es la sombra que proyectan los diferentes motivos sobre el fondo. Bolita: se utiliza para llenar espacios, esquinas o entre figuras. Flores: aquí son planas de cinco y cuatro pétalos. Firulete: es la línea más delgada que acompaña a la banda por dentro o fuera de la misma
Respecto a la bibliografía existente, hay afortunadamente cada vez más, pero hay que destacar una entre todas las publicaciones. El Tratado de filieteado porteño que ofrece información valiosa y de calidad y que se puede descargar gratuitamente.
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