Almazán más que un pueblo,es una Villa con mayúsculas, de unos 6000 habitantes, lo que la convierte en la segunda población más importante de la provincia de Soria. Está situada en el centro de la Comunidad de Castilla y León en un magnífico emplazamiento a orillas del río Duero y repleta de restos históricos que recuerdan el importante papel que jugó en la época medieval. Nosotros llegamos procedentes de Morón de Almazán a tan solo 19 Kilómetros, justo para comer y después empezar nuestra visita a la capital de la comarca que lleva su nombre.
Lo hicimos en un antiguo convento reconvertido en un restaurante de nombre El Convento, para saborear pinchos y tapas de indudable exquisitez en el sabor y en la presentación.
Tras la comida, nos dispusimos a recorrer la Villa a través de sus calles con soportales de madera oscura y observando a nuestro alrededor la gran cantidad de casonas blasonadas. Según íbamos recorriendo nuestro camino hacia la famosa Plaza Mayor de la Villa, respirábamos un ambiente de rancio abolengo, pues en sus travesías queda aún el regusto de lo antiguo, admirando sus puertas medievales, sus Iglesias, sus conventos y sus palacios. En fin, un sitio donde hay que caminar despacio, perderse entre sus calles y disfrutar de la cultura y el arte que nos ofrece.
El nombre de Almazán, parece ser que deriva del árabe al-mahsan que significa "el fortificado" pues está rodeada por inmensas murallas, aunque según otros autores tendría origen ibero o euskérico y significaría "en el bosque", aunque sin embargo, el gentilicio es adnamantino que quiere decir habitante de Adnumantia, antiguo nombre de la Villa en la época romana que significa "hacia Numancia" ya que la localidad está situada en la calzada romana que conducía a Numancia.
Llegamos por fin a su Plaza Mayor, a la "joya de la corona" y nunca mejor dicho ya que Almazán fue convertida en Corte en varias ocasiones, siendo residencia de monarcas e infantes que van desde Isabel y Fernando hasta Felipe II y III, pasando por el príncipe Juan y su esposa Margarita de Austria.
La Plaza Mayor de Almazán se considera como “plaza castellana” por excelencia. Está ubicada en lo alto de una atalaya y al borde del río Duero, lo que la convierte en un espacio público con un valor paisajístico excelente y privilegiado, compartiendo protagonismo con la Muralla y la Iglesia de San Miguel del siglo XII y el Palacio de los Hurtado de Mendoza del siglo XV.
QUÉ VISITAR EN ALMAZÁN
Palacio de los Hurtado de Mendoza
Un palacio señorial erigido por la familia Hurtado de Mendoza durante los siglos XV y XVI cuya principal característica es que posee una bella galería de estilo gótico isabelino. En 1565 Francisco Hurtado de Mendoza emprendió la ampliación del edificio que encargó a Bartolomé Carlone, arquitecto italiano que también actuó como contratista en las obras del Escorial, y que explicaría el aire italiano de la fachada.
La fachada principal se imprimió de estilo renacentista con ordenada distribución de vanos y muros con portada resaltada y torres enchapiteladas que no llegaron a finalizarse. El elemento que más destaca de la fachada principal corresponde al escudo de armas de la familia Mendoza. La parte más antigua del palacio es la zona norte, con una interesante galería de finales del gótico y excelentes vistas al Duero.
Junto a sus muros dos estatuas que tienen especial relevancia para los adnamantinos, una dedicada a Diego Lainez, que nació en esta Villa y fue cofundador de la Compañía de Jesús, embajador pontificio ante el Concilio de Trento y sucedió a San Ignacio como general de la Compañía. La otra estatua es el personaje del Zarrón que se fue haciendo cada vez más popular hasta convertirse en el protagonista de las fiestas en honor a San Pascual Bailón que cada 17 de mayo revive un ritual antiguo bailando danzas del siglo XVIII y cuya función original era la de controlar a los jóvenes que molestaban a los cofrades en la procesión.
Centro de Recepción de Visitantes de Almazán
Situado en los bajos del Palacio de los Hurtado de Mendoza, en la Plaza Mayor de Almazán, se encuentra el Centro de Recepción de Visitantes de Almazán, un espacio concebido para información turística, donde el visitante podrá obtener una información detallada sobre los lugares de interés turístico de la ciudad, pero también cuenta con un complemento museístico, ya que posee dos salas donde se albergan la muestra permanente de cuatro tablas de pintura del siglo XV atribuidas al pintor flamenco Hans Memling, más conocidas como el “Tríptico de Almazán”.
Aunque se le denomine tríptico, en realidad lo que se expone son cuatro tablas que parece ser correspondían a las dos puertas que lo cerraban. Aún así, es de una importancia extrema la exposición de estas bellas pinturas atribuidas a uno de los más grandes pintores de la historia. El porqué de como se han encontrado estas pinturas en la Villa parece que está relacionado con la presencia de los Reyes Católicos en el Palacio de Don Antonio Hurtado de Mendoza, donde residieron en diversas ocasiones entre 1475 y 1515 siendo además este pintor uno de los artistas favoritos de la reina y puede que el tríptico lo acompañara en alguna de sus visitas a Almazán.
La iconografía de los personajes de las tablas está muy relacionada con la temática franciscana y representan a San Francisco de Asís, San Bernardino de Siena, San Pedro y Santa Isabel de Hungría. Es un verdadero privilegio acercarse hasta allí y contemplar la belleza de estos cuadros. En la sala contigua a la exposición de las tablas, se proyecta un audiovisual en el que se revela al público toda la riqueza histórica, patrimonial, cultural, natural y gastronómica de la ciudad para su disfrute, por lo que es punto ideal para el forastero para comenzar la visita a Almazán.
Iglesia de San Miguel
Ubicada también en la Plaza Mayor se encuentra la Iglesia románica de San Miguel, del siglo XII, declarada, por su originalidad artística, Monumento Nacional en 1931. Es una iglesia pequeña y austera, pero impactante por las peculiaridades de sus formas arquitectónicas, tiene tres naves, en una superficie inclinada, siendo muy estrechas las laterales, se sitúa entre el románico y el gótico. Un edificio realmente interesante, tanto por motivos arquitectónicos como por sus singularidades.
En su interior se puede observar el abovedamiento del crucero, con una particular cúpula nervada de influencia musulmana, formada por nervios que parten pareados, dejando en el centro un octógono como base de la linterna y dibujando una estrella de ocho puntas, ademas de dejar el techo trenzado, una maravilla.. Una estética magnífica y un impresionante juego de claroscuros.
Otras originalidades de esta iglesia son las influencias tanto orientales y mudéjares, como lombardas y cistercienses, una mezcolanza increíble que logra que el visitante quede prendado de todos los detalles. Extraordinaria la talla del Cristo del siglo XVI suspendido del ábside y extraordinaria la representación en piedra del asesinato de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury en 1170 y su imagen tallada en madera policromada, algo que se toma como inusual en España, pero que tiene su explicación.
Este hecho histórico tuvo lugar en el tiempo en que en Castilla reinaba Alfonso VIII, el cual se casó con la princesa Leonor de Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania, cuyo arzobispo y lord canciller era Tomás Becket.
Alfonso VIII, dio en dote varias ciudades, entre las que se encontraban algunas de Soria a su esposa Leonor de Plantagenet. Por este motivo, tal vez en Almazán se esculpiera este altar en honor a Santo Tomás de Canterbury. Se tiene conocimiento que la reina Leonor también ordenó edificar en la Catedral de Toledo una capilla dedicada a Tomás Becket pero hoy en día se encuentra desaparecida. Finalizada la visita a la Iglesia salimos de la Plaza Mayor, aunque no iríamos muy lejos.
Parque de la arboleda
La Plaza Mayor conecta con la la Ronda del Duero, que discurre junto al río mediante una nueva escalera y también dispone de unos bonitos miradores con estructura volada en madera y acero para ofrecer unas vistas imponentes de los bosques y del Parque de la arboleda que se encuentran junto al río.
Una autentica gozada para la vista y para los fotógrafos que quieren plasmar los paisajes de color verde y ocre que ofrece la primavera. También desde el llamado mirador del Postigo de San Miguel, se obtienen vistas de forma parcial de la estructura de la galería porticada con 11 elegantes arcos del Palacio de los Hurtado de Mendoza.
Junto al bosque que flanquea el río Duero se encuentra el Parque de la arboleda, al que se accede por una original pasarela peatonal. Es un espacio natural destinado al uso deportivo y de ocio. Nada más cruzar el puente como si de un ofrecimiento se tratara se cruza en nuestro camino la Fuente de los Cuatro Caños que data del año 1783 y que está decorada decorada con el escudo de Almazán.
A partir de ahí, cada uno es libre de utilizar su tiempo como le venga en gana, caminar, correr, observar, pasear con niños, etc, porque Almazán ofrece todo esto en su Parque de la arboleda, con pinos, abetos, chopos, álamos, fresnos o saucos, repletos de mirlos, ruiseñores y aves en general, zona de ocio infantil con columpios y toboganes, instalaciones deportivas con piscina cubierta, carriles bici y como no, atractivas terrazas en el merendero para reponer fuerzas y seguir "pateando" la ciudad.
MURALLAS Y PUERTAS DE ALMAZÁN
Iba siendo hora de volver a nuestro punto de origen, así que nos dispusimos a abandonar la Villa y lo hicimos por una de las tres puertas que se abren en la ciudad amurallada de Almazán, esta puerta es conocida como Puerta del Reloj, entre dos grandes torres redondas unidas por arcos ojivales con un matacán oculto.a través de sus murallas. Las murallas enormes, llaman la atención por lo macizo y la altitud.
Y un consejo, si pasáis por esa puerta, no olvidéis comprar las exquisitas yemas de Almazán, el establecimiento confitero más antiguo y con más fama se encuentra anexo a ella.
Ermita de Jesús Nazareno o Capilla del Cristo
En la misma calle, después de pasar por la Puerta del Reloj, si os da tiempo, podéis hacer una parada en esta ermita barroca de principios de siglo XVII en la que se venera al patrón de Almazán, Jesús Nazareno, que es la figura más venerada de la Villa a la que se honra en fiestas el primer domingo de septiembre, siendo declarada la "Bajada de Jesús" de Interés Turístico Regional. Desgraciadamente no tuvimos tiempo para ver más lugares de Almazán, que los hay, pero podréis informaros debidamente en las distintas webs que os relacionamos a continuación si con nuestro breve relato os ha parecido interesante para visitar. Os aseguramos que vale la pena.
Agradecemos al Departamento de Cultura de la Diputación de Soria habernos facilitado la oportunidad de conocer esta singular Villa, así como las explicaciones, comentarios y visitas que pusieron a nuestra disposición. Aprovechamos también para mandar un saludo a los que fueron compañeros de viaje,entre otros, en ese día: Nacho de Dos a la deriva, Javier de Vamos a Viajar, Alicia de Rutas por España y por supuesto a Luis Ulargui y Laura de Andrés (Borrón y cuenta nueva comunicaciones) que confiaron en nosotros para formar parte de esta visita.
Para más información sobre Almazán se pueden visitar las siguientes webs:
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