No tuvimos la suerte de poder disfrutar del puente de Mayo de 2018, pero teníamos muchas ganas de viajar, así que elegimos un destino más o menos cerca de Madrid para pasar solo un fin de semana distinto a los habituales. Al ser primavera, qué mejor que ir a "turistear" en plena naturaleza y elegimos la Sierra de Gredos.
Salimos temprano para llegar a nuestra primera etapa y encontrar el menor tráfico posible. Hicimos el trayecto por la ruta más rápida, es decir, por la A-5. Pasada la ciudad de Talavera de la Reina nos desviamos por la N-502 y desde allí seguimos las indicaciones hasta llegar a nuestro primer destino, unas cuevas extraordinarias únicas en España. Podéis informaros de ellas leyendo nuestro post: Las espectaculares Cuevas del Águila (Ávila). España
A pocos kilómetros por la carretera AV-925 se encontraba la ciudad de Arenas de San Pedro, verdadera capital del Valle del Tietar y villa con mucha historia y monumentos. Desde un puente medieval, un imponente castillo, un palacio de un Infante de España y un precioso monasterio que fue la última morada de San Pedro de Alcántara, entre otras cosas. Todo ello lo podéis leer en el siguiente post: Qué ver y hacer en Arenas de San Pedro (Ávila). España
Salimos de Arenas de San Pedro por la carretera AV-924 en dirección a Guisando que es donde habíamos contratado un hotel rural para pasar la noche del sábado. Pero antes quedamos embelesados por el paisaje del Embalse de Riocuevas y paramos unos minutos para contemplarlo y sacar varias fotos. Seguimos camino y vimos el fabuloso enclave de Guisando entre montañas.
El enlace a la página web del hotel rural es la siguiente: HOTEL RURAL CIELO DE GREDOS. Allí comimos a base de raciones y dejamos nuestro equipaje. Desde el hotel nos dirigimos hasta el punto más alto de la carretera que atraviesa la Sierra de Gredos.
Pensábamos recorrer las llamadas "Cinco Villas de Gredos" y para ello, teníamos pensado hacerlo desde arriba hacia abajo.El trayecto lo haríamos por la carretera N-502 hasta el llamado Puerto del Pico, tomamos un café en el "La Parada del Arriero" local hostelero al que es muy recomendable ir a comer, pues desde el comedor tiene unas vistas fantásticas. Después de sacar unas cuantas fotos, recorrer varios tramos de una Calzada Romana y ver unos de los pocos mojones que quedan en España señalizado en leguas, comenzamos el descenso para visitar el primer pueblo de nuestro recorrido por el valle.
Pasamos por Cuevas del Valle pero ese destino lo dejaríamos para el día siguiente, después a Mombeltrán donde ya desde lejos vimos su imponente Castillo, paseamos sus calles y vimos su preciosa Plaza de las Correderas, desde allí nos dirigimos a Villarejo del Valle donde hay un monumento al macho de cabra montés y posteriormente visitaríamos el pueblo de San Esteban del Valle con una Iglesia Parroquial magnífica y unas vistas esplendidas.
Después de esta visita volvimos a Guisando, para pasear por sus estrechas calles y comprobar si eran ciertas las citas que hicieron de él dos grandes literatos como Camilo José Cela y Pío Baroja. No solo visitamos el pueblo, sino que bajamos al cauce del río Pelayo y subimos hasta la parada de montañeros por excelencia, la Plataforma del Nogal del Barranco. Todo eso y más en el post: Qué ver y hacer en Guisando (Ávila). España
Al día siguiente, visitaríamos el resto de las "Cinco Villas", de manera efímera pasamos por el pueblo de Santa Cruz del Valle, el situado más al sur, donde disfrutamos de las vistas, para después dirigirnos a Cuevas del Valle, quizás el pueblo más bonito por su particular arquitectura. Todas las visitas a estos pueblos, los relatamos en el post: Las cinco villas de Gredos (Ávila). España.
Para hacer el camino de vuelta a Madrid, decidimos ir por la carretera AV-913 porque habíamos quedado con familia y amigos en otro pueblo de la provincia de Ávila, Burgohondo y porque antes queríamos hacer una parada en Cuevas del Valle, una de las villas más bonitas de Gredos. Si al principio nos encantó el ascenso por esta carretera por las vistas del valle, el día se fue estropeando y al ascender hasta casi los 1600 metros de altitud en el Puerto del Serranillo nos asustamos bastante cuando empezó a nevar y la carretera empezaba a helarse, menos mal que el sobresalto duró poco y pudimos llegar felizmente a Burgohondo. Tras una exquisita comida con la familia emprendimos retorno a Madrid por la N-501, conocida como la carretera de los pantanos.
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