La ciudad de Río de Janeiro fue fundada en 1565 como Sao Sebastiao do Rio de Janeiro por los portugueses en un intento de dominar el lugar frente a los franceses, aunque la zona que ocupa actualmente la ciudad de Río de Janeiro fue descubierta el 1 de enero de 1502 por una expedición portuguesa al mando de Gaspar de Lemos, quien creyendo haber llegado a la desembocadura de un gran río, bautizó la bahía con el nombre de Río de Janeiro, en portugués, "Río de Enero". Fue la capital del Reino de Portugal entre 1807 y 1822 y la capital de Brasil desde 1822, cuando la nación declaró su independencia de Portugal y conservó la capitalidad hasta la inauguración de Brasilia, en 1960. Es la segunda ciudad más poblada del país después de Sao Paulo.
El centro de la ciudad de Río de Janeiro comprende desde el Monasterio de Sao Bento hasta la colina de Castelo, donde se encuentra actualmente la estación de metro de Cinelandia, aquí se desarrolló la vida de la ciudad durante un buen período de tiempo de la historia brasileña. Apuntemos que las famosas playas de Copacabana e Ipanema no fueron urbanizadas hasta la segunda década del siglo XX.
Habíamos visto y leído mucho sobre el patrimonio cultural y monumental del centro histórico de Río de Janeiro; teníamos claro qué ver, qué hacer o qué visitar en el centro de Río de Janeiro y cómo lo haríamos, que era empezar por el Monasterio de Sao Bento y llegar hasta la Plaza Floriano, conocida como Cinelandia por su estación de metro. Bien temprano tomamos el autobús 442 desde Copacabana con dirección hacia el centro de la ciudad y emprendimos nuestra ruta por el casco histórico a partir de la Plaza de Pío X (Praça Pio X), donde nuestros ojos se fijaron en una imponente Iglesia y solicitamos la parada del bus.
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
Esta Iglesia durante muchos años fue la más alta construcción de la ciudad y ahora sigue siendo la más grande Iglesia parroquial de Río. El edificio tiene una leyenda que cuenta que a principios del siglo XVII, una tormenta casi causó un naufragio de un barco español llamado Candelaria.
Los mandos y el capitán prometieron levantar una ermita si conseguían salir de aquello y como llegaron al fin vivos, construyeron una pequeña capilla en el lugar donde actualmente se encuentra la iglesia. Esto no se puede probar ya que los registros oficiales empiezan sólo en 1710, cuando se acometió la primera reforma de la iglesia parroquial, pero en los interiores del templo se representan mediante frescos el barco, el naufragio, todo. A través de las pinturas se ha querido representar toda la (supuesta) historia de la iglesia.
Dicen que quién va a Río y no llega a conocer a la Candelaria deja la ciudad con la sensación de no haber hecho un paseo completo. Es una de las iglesias más famosas y hermosas de Brasil. La fachada, considerada una de las más bellas de América, está dirigida a la Bahía de Guanabara, entrada principal de la ciudad en la época de la construcción.
Las obras de una nueva Iglesia de la Candelaria se iniciaron en 1775 pero no se terminó del todo hasta 1898, más de un siglo después, lo que originó que el resultado final sea una iglesia que combina armoniosamente los estilos barroco portugués y neoclásico. Destaca la cúpula construida con piedra caliza portuguesa (de menos peso), el vitral alemán y los grandes púlpitos en estilo art nouveau. Seguimos nuestro paseo hacia la Iglesia y Monasterio de Sao Bento que habíamos avistado anteriormente y nos dirigimos hacia ella a través de calles de edificios coloniales.
IGLESIA Y MONASTERIO DE SAO BENTO
La forma de llegar a este complejo es muy curiosa, ya que es a través de un edificio de vecinos convencional de la calle de abajo, (Rua Dom Gerardo, 68) donde se toma un ascensor. Por supuesto, tuvimos que preguntar antes a lugareños como se llegaba hasta allí. Teníamos interés en la Iglesia ya que se encuentra en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial de la Humanidad desde el año 2015. El Monasterio no tiene acceso al público, excepto el día del Corpus y el día de Todos los Santos.
Al llegar a ella, distinguimos el estilo manierista portugués de finales del siglo XVI, destacando una austera fachada de líneas rectas y las torres con tejado piramidal. Pero lo que íbamos a ver dentro era otra cosa muy distinta.
Casi sin aliento nos dejó su espléndido interior, decoración barroca e incluso rococó en la que destaca la maestría de sus instalaciones con madera en suelos, bancos y paredes, siendo un trabajo artesanal realizado por los propios monjes benedictinos que llegaron en 1590 desde Salvador de Bahía.
Las capillas interiores tienen además recubrimiento con pan de oro que a su contemplación hace realmente espectacular la visita. Otro de sus atractivos, aunque nosotros no tuvimos la oportunidad de asistir, son las misas con cantos gregorianos que a diario son muy pronto (7:30h) pero que si consigue ir en domingo son a las 10:00 h.
El horario de visitas, de misas, la visita virtual y cualquier información en su página web: Iglesia y Monasterio de Sao Bento. Terminada la visita, nos dirigimos por la Rua Primeiro de Março, paralela al litoral hasta llegar a la Praça Quinze de Novembro, donde teníamos bastantes cosas que ver, hacer y visitar.
PLAZA XV DE NOVIEMBRE
Está situada en el epicentro de Río, se le puede considerar como el kilómetro 0 de la urbe, pues desde allí se implantó la nueva numeración de los edificios y calles de la ciudad. Es uno de los puntos más importantes en la historia de Río de Janeiro, ya que el espacio alberga varios edificios y monumentos que forman parte de la memoria de Brasil, allí se encuentra el antiguo Palacio Imperial, el Convento de las Carmelitas, el Arco do Teles, el antiguo Mercado, la Estación de las Barcas y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen que fue la antigua Catedral de Río de Janeiro.
Lo primero que nos llamó la atención es la semejanza en cuanto a disposición con la Plaza del Comercio en Lisboa y además los mosaicos del suelo también nos recordaba a la capital portuguesa. Empezamos nuestro recorrido por la estatua ecuestre del rey Juan VI, primer rey de Portugal que llegó a Brasil. Desde allí podían observarse los edificios monumentales de Río con el fondo de rascacielos modernos. Cuenta además con una hermosa vista de la Bahía de Guanabara.
CCR BARCAS
La estación de las Barcas es un punto de encuentro para quien necesita cruzar la Bahía de Guanabara bien para trabajar o también para aventurarse en un paseo por una de las postales de Río de Janeiro. La estación martima en la Plaza XV fue construida entre los años 1904 y 1912 y consta de tres edificios adosados entre sí. Es posible viajar en ferry por poco dinero a varios destinos desde esta estación frecuentada por trabajadores, turistas y habitantes de la región. Para consultar trayectos y precios, la web es la siguiente: BARCAS CCR
ANTIGUO PALACIO IMPERIAL
Este edificio ha tenido varios nombres a lo largo de sus más de dos siglos y medio de existencia y ha sido sede de importantes hechos que marcaron el destino de Brasil. Primero fue Almacén Real y Casa de la Moneda, más adelante residencia de los gobernadores, pasándose a llamar Casa dos Governadores. Cuando la capital del Virreinato de Brasil pasó de Salvador de Bahía a Río de Janeiro se convirtió en el Palacio de los Virreyes. Con la llegada de la corte portuguesa a Brasil, adquirió la condición de Palacio Real.
Desde el balcón del Palacio Real de Río de Janeiro, el día 9 de enero de 1822 el rey Pedro I anunció que no regresaría a Portugal sino que permanecería en el país, contraviniendo las órdenes de su padre el Rey Juan VI. Ese día pasó a ser conocido como el "Dia do Fico" y fue el primer paso hacia la independencia de Brasil. Cuando el país se independizó y se proclamó el Imperio de Brasil, pasa a denominarse Palacio Imperial. Desde este palacio, la princesa Isabel firmo la llamada ley Aurea en la que se abolía la esclavitud en 1888. Después vino la República y en la actualidad se utiliza como Centro Cultural, donde se realizan exposiciones artísticas y de otras artes plásticas, así como obras teatrales, proyecciones de cine y conciertos.
PALACIO TIRADENTES
Nos detuvimos para observar el fabuloso edificio con grandes escalinatas que se erguía frente a nosotros, era el Palacio llamado de "Tiradentes" ya que en este inmueble estuvo preso Joaquim José da Silva Xavier, más conocido como Tiradentes, héroe nacional brasileño que luchó por la independencia del país. Este lugar fue sede del Parlamento Imperial además de cárcel. Más adelante se ubicó el Congreso Nacional Brasileño entre 1926 y 1960 y actualmente es la sede de la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro. El monumental edificio, construido en estilo ecléctico, presenta esculturas alegóricas que representan a la Independencia y a la República. Teníamos intención de visitarlo pero estaba cerrado ese día, no recordamos si por obras o algún evento. La visita es gratuita.
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Al otro lado de la calle del Primero de Marzo (Rua Primeiro Do Março), la que fue antigua Catedral de Río, llama la atención entre tantos edificios modernos. D. Juan VI fue proclamado aquí rey de Portugal, mientras las tropas napoleónicas invadían su país. Fue escenario de la coronación de Pedro I como emperador en 1822 y de Pedro II en 1841 y también allí se celebraron las bodas reales de la época, como la de la princesa Isabel con el Conde de D´Eu en 1864. Es la única iglesia de América donde se han celebrado coronaciones, bodas y funerales reales.
La Iglesia tiene una fachada sobria en estilo neoclásico, pero su interior sorprende por su estilo rococó, con fondos blancos repletos de adornos y relieves dorados que dan elegancia a la decoración. Está considerada una de las más majestuosas e imponentes de todo Brasil.
ARCO DE TELES
Cuando se traspasa el arco, frente a la Plaza XV, es como adentrarse en la época del Brasil Imperial. Calles sinuosas y empedradas, edificios coloniales que nos transportan al siglo XVIII. Ahora la zona se ha convertido en lugar gastronómico con profusión de nuevos restaurantes y espectáculos. El lugar es exclusivo para peatones, lo que se agradece porque Río es una ciudad muy ruidosa.
Caminamos por la calle de Mercaderes (Rua do Mercadores), que después de la primera esquina, cambia su nombre a Travesía del Comercio. Estas pintorescas callecitas, forman una de las pocas partes de la ciudad donde todavía se preservan trazos arquitectónicos originales de los tiempos del Río colonial. En esa época, estas calles con caserones, callejuelas y adoquines de piedra conformaban una zona de mala reputación, cercana al puerto, donde convivían mendigos, bandidos y otros personajes del bajo mundo carioca. En la actualidad, la mayoría de las construcciones fueron restauradas con intención de preservar el espíritu del Río antiguo y en este rincón de la ciudad se han abierto galerías de arte, librerías, bares y restaurantes, convirtiéndose en una zona para pasear y disfrutar tanto de día como de noche. En el numero 13 de la Travesía del Comercio nació y vivió la mundialmente conocida actriz Carmen Miranda, famosa por sus gorros y sombreros de frutas tropicales.
Seguimos "turisteando" por la Rua Primeiro de Março, encontrándonos a nuestro paso edificios singulares y desde luego muy bien conservados que nos hacía sacar la cámara de fotos de forma continuada. Muy interesante observar la calle con estos edificios que nos hacía la caminata mucho más llevadera.
Era el momento de cruzar la calle y poner rumbo a nuestro siguiente destino donde haríamos un pequeño receso y aprovecharíamos para poner en orden las anotaciones de nuestros diarios de viajes.
CONFITERÍA COLOMBO
Cientos de turistas de todo el mundo se agolpan cada día para coger mesa en la confitería Colombo, declarada patrimonio histórico y cultural de Rio de Janeiro. Fundada en 1894, la confitería es el típico ejemplo del Art Nouveau y la Belle Époque carioca. Con precios accesibles, se convierte en un hervidero de gente a la hora del desayuno y del aperitivo.
Por sus mesas han pasado personajes de la realeza como el rey Alberto de Bélgica y la reina Isabél de Inglaterra, presidentes de gobierno y multitud de artistas. La arquitectura del establecimiento es un recordatorio de un Río en la época más esplendorosa. Los espejos con reborde de hierro forjado se extienden hasta el techo moldeado en color dorado del primer piso y los camareros con chaqueta de botonera le dan el toque "chic" a este establecimiento legendario.
Como curiosidad mencionaremos que la popular frase "el cliente siempre tiene razón" es originaria del primer dueño del local.
Suaves luces amarillas iluminan las elegantes vitrinas de vidrio de las paredes y las mesas redondas de mármol, donde se sirven dulces y aperitivos en platos de porcelana. Todo un placer para los sentidos saborear un café con un pastel o un refresco con un sandwich. Recuerdo inolvidable del Río mas glamuroso. Desde allí andando hacia el Largo de Carioca, donde multitud de gente se da cita, se encuentra o simplemente va o viene de trabajar, la parada de metro Carioca, sin duda es de las más concurridas de la ciudad. Cerca se encuentra la Catedral de Río, pero como la veríamos al día siguiente nos la saltamos y continuamos hacia la Plaza Floriano, que reúne en pocos metros varios de los edificios más bellos de Río.
TEATRO MUNICIPAL
En pleno centro histórico de la ciudad, frente a la Plaza Floriano, comúnmente conocida como Cinelandia, se yergue uno de los más imponentes y hermosos edificios de Río de Janeiro, el Teatro Municipal, el mayor teatro del país y uno de los más importantes de toda Latinoamérica. Su diseño está inspirado en el edificio de la Ópera de París y combina elementos del barroco con otros del Art Nouveau. Dos cúpulas laterales y una imponente cúpula central, todas revestidas en bronce y con adornos cubiertos por láminas de oro, coronan este palacio de las artes.
A pesar de su nombre, el teatro pertenece al estado de Río de Janeiro y no al municipio. Fue inaugurado en 1909 y su sala de conciertos tiene 2.200 asientos. El edificio se encuentra en perfecto estado de conservación y es tan atractivo como cualquier homólogo europeo, es una visita imprescindible en Río.
BIBLIOTECA NACIONAL
Esta biblioteca, situada también en la Plaza Floriano a un lateral del Teatro Municipal, es considerada por la UNESCO como una de las diez mejores bibliotecas nacionales del mundo y es también la biblioteca más grande de América Latina. Tiene un estilo ecléctico, con una gran escalera de mármol y columnas de piedra tanto en la nave principal como en las torretas. Esta fotografía del exterior no es nuestra y la hemos tomado de internet, ya que el exterior del edificio estaba en restauración y no se veía nada.
La entrada es gratuita y además hay visitas guiadas en varios idiomas. Optamos por conocer su interior y nos acompañó un guía simpatiquísimo que hizo todo lo posible para que fuera ameno el recorrido y desde luego que lo consiguió. El interior es verdaderamente atractivo y destacan la cerrajería, la cristalera cenital, los revestimientos de mármol y las lámparas.
Su colección incluye aproximadamente nueve millones de artículos y la mayoría de libros y documentos de importancia proviene de la antigua biblioteca del Rey José, ya que una enorme colección histórica de Portugal con cerca de 60.000 unidades, incluyendo los libros, los manuscritos, los mapas, las impresiones, las monedas y las medallas, llegó a Brasil.
Estuvimos viendo audiovisuales y visitamos los laboratorios de restauración y conservación de papel que trabajan para garantizar el mantenimiento de la colección antigua, además de pasar y hacer copias de los documentos a formato digital. Destaca la Sala Iconográfica, que conserva el mobiliario original de 1910
Entre las publicaciones más raras se encuentran una edición de 1572 de las Lusíadas, de Camoes y dos ejemplares de la Biblia de Maguncia, (Mainz-Alemania) provenientes de la imprenta de Gutemberg realizados en 1642
CÁMARA MUNICIPAL DE RÍO DE JANEIRO
El órgano legislativo de la ciudad se encuentra en este imponente edificio en la acera contraria a la Biblioteca Nacional, solía ser el centro político y cultural de toda la nación de Brasil, cuando Río de Janeiro era su capital. Ahora, sólo sirve para el estado de Río de Janeiro. Por poner un ejemplo comparativo sería como el edificio de la Puerta del Sol de Madrid que es sede de la Comunidad de Madrid. De estilo arquitectónico ecléctico, debido a la mezcla de elementos y conceptos de estilos neoclásicos. Su construcción se inició en 1919, y fue inaugurado en 1923. Como es obvio frente a él se producen las manifestaciones de protesta. Se puede visitar de manera gratuita y ver alguna de sus estancias, pero eso si, no se puede pasar con pantalones cortos.
CINELANDIA
La plaza Floriano se ganó el apodo de Cinelandia en la década de los 30, al convertirse en una versión carioca del Times Square neoyorquino. Había en esta plaza numerosos cines, restaurantes, teatros, bares, y discotecas. Aún con el paso de los años todavía conserva alguno de los edificios más emblemáticos e insignes del centro de Río de Janeiro, pero perdió muchas de sus atracciones. Escasos cines quedan ya en el lugar, pero consideramos suficientemente atractivo el pasear por la plaza.
Bar Amarelinho
Empezamos por este bar, fácilmente reconocible por su gran fachada de color amarillo. Fundado en 1921, eran frecuentes en sus mesas personalidades y artistas como el arquitecto Óscar Niemeyer y André Filho, compositor de la célebre marcha “Cidade maravilhosa” que se convirtió en himno de Rio de Janeiro. Al ver los precios de su carta, nos conformamos con hacer alguna foto.
Cinema Odeón
En la misma acera vimos el Cinema Odeón cuyo edificio histórico es inusual para una sala de cine, pero que sigue funcionando plenamente y se le considera como un nuevo lugar para la juventud carioca, con programas de maratones de cine, cine extranjero y cine club. Cuenta con una sala para 600 personas, una librería y un café-bistrot que ahora es uno de los restaurantes más frecuentados por la juventud de Río.
Varios edificios con estilo Art Decó y neoclásico se pueden observar a izquierda y derecha de la plaza hoy convertidos en viviendas, oficinas o centros comerciales. La plaza acaba donde está ubicada la estatua de Mahatma Ghandi y torciendo a la derecha nos encontramos con el parque del Paseo,
Andando por él, llegamos hasta el próximo lugar de interés y que sería el último del día, después de haber estado "turisteando" Río de Janeiro durante varias horas.
EL ACUEDUCTO DE RÍO DE JANEIRO
La construcción del Acueducto de Carioca, más conocido como Arcos da Lapa, se completó en el siglo XVIII y se considera la obra más importante de ingeniería en Río de Janeiro durante el período colonial, se ideó para solucionar la escasez de agua en la ciudad. La monumental obra fue construida al estilo romano, con 42 arcos de 17,6 m de alto y 270 m de largo en total.
A finales del siglo XIX el acueducto no tuvo razón de ser y se le acondicionó para ser apoyo de los raíles de los nuevos tranvías. Al tranvía que hacía el recorrido por encima de los arcos y que llegaba al barrio de Santa Teresa se le bautizó popularmente como "boundinho". Se convirtió en la forma más sencilla para subir al barrio, pero también en uno de los principales atractivos turísticos del barrio de Lapa, ya que durante su recorrido se podía disfrutar de unas vistas privilegiadas. Aún hoy sigue funcionando.
El barrio de Santa Teresa tendría que esperar, porque aparte del cansancio, la noche estaba llegando y el ambiente que había donde teníamos que tomar el tranvía no parecía nada seguro. Así que terminamos el día, retornando hacia Cinelandia y tomando el metro en la estación del mismo nombre.
Dejamos reflejados a continuación en nuestro blog de viajes los mapas con nuestro recorrido por el sorprendente y monumental centro histórico de Río de Janeiro.
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