Salimos desde Barcelona el 31 de Mayo de 2012 para visitar Croacia en vuelo de la compañía Vueling con destino al aeropuerto de Dubrovnik que está situado a más de 20 Kilómetros de la ciudad croata. Teníamos que comer ya que nuestra hora de llegada fue a las 14:50 y después de alquilar el coche en el aeropuerto, teníamos decidido parar en este pueblo, en el que muchos viajeros se alojan por ser sus hoteles algo más baratos de los de Dubrovnik.
Cavtat es un pueblo pintoresco, a tan solo cuatro kilómetros del aeropuerto de Dubrovnik y que recibía muy buenas críticas en los blogs de viajes que habíamos consultado.
Cavtat es la ciudad más meridional de Croacia, tiene tan solo una población de unos 1.500 habitantes, y es a su vez parte de la ribera de Dubrovnik. Originalmente se trataba de un asentamiento griego llamado Epidauro y más tarde Epidaurum, cuando el Imperio Romano se expandió por el mar Adriático.
Aparcamos sin problemas al llegar al lado del muelle o puerto deportivo, vimos terrazas de restaurantes con gente y nos dirigimos a ellas. Nos atendió una amable camarera que además hablaba español. Pedimos una ensalada y una pizza y empezamos a hacernos a la idea de que por fin estábamos en un precioso país mediterráneo con una luz muy parecida a la nuestra.
La zona de Cavtat posee una gran belleza, debido a la vegetación mediterránea que cubre toda la zona, otra ventaja es un mar no contaminado y una mezcla muy atractiva de arquitectura antigua y moderna.
Después de comer aprovechamos para dar un pequeño paseo por las empedradas calles de esta localidad y nos fijamos en la gran cantidad de embarcaciones deportivas que tienen su amarre en este pequeño puerto. Cavtat se ha convertido en la gran alternativa a Dubrovnik para quien quiera vacaciones más sosegadas y sin tanto ajetreo, pero sin renunciar a la vista de la preciosa bahía dálmata.
Así pues, recomendamos la estancia en hoteles de este pueblo si se quiere abaratar el coste de alojamiento, ya que si se opta por visitar Dubrovnik desde aquí, salen numerosos ferrys que tardan apenas media hora en llegar, evitando tener que ir en coche con la consecuente dificultad para aparcar allí. Si se quiere coger el autobús, no hay problema, la linea 10 entre Cavtat y Dubrovnik sale cada media hora. Seguimos con nuestro paseo, observando las construcciones en piedra de las casas, así como las escalinatas que unen los diferentes niveles en las que se encuentran las calles que recorren el pueblo.
Entre ellas destaca la Iglesia de San Nicolás de estilo barroco-renacentista que es muy fotogénica por su color y situación. Destaca la cúpula del campanario.
Nos tuvimos que ir de este pueblo, verdadera entrada al país cuando se llega a través del aeropuerto de Dubrovnik, ya que queríamos aprovechar la tarde en esa ciudad y dejamos sin visitar (a nuestro pesar) la casa de Vlaho Bukovac, el pintor croata más influyente de la pintura realista del siglo XIX y principios del XX.