Bécal es un amable pueblecito, situado a 95 kilómetros al norte de la capital de Campeche cerca del estado de Yucatán, que se dedica casi en exclusiva a una de las tradiciones más fascinantes: la confección de sombreros de jipi y palma de huano. Los mundialmente famosos panamás.
Nosotros aprovechamos la ruta que nos llevaría a Campeche para hacer una paradita antes en este peculiar pueblo. Los sombreros son el emblema de Bécal y su importancia se simboliza en la “Fuente de los sombreros”, en el centro de la Plaza.
Colindante a la Plaza, se encuentra la Iglesia de la Natividad del siglo XVII donde las figuras de la Virgen y los Santos son bajados de sus capillas para estar más cerca del pueblo y que la gente pueda tocarlos y ofrecer sus plegarias.
El nombre de Bécal posiblemente sea la castellanización del vocablo maya BEL-KAH, es decir "Camino que conduce al pueblo". Sin embargo, existe otra versión que defiende la procedencia de Bécal del vocablo BEL-HA, que en castellano quiere decir "Camino de agua"
Después de un pequeño paseo y unas cuantas fotos del centro del pueblo nos dirigimos a conocer una de las innumerables familias que se dedican al negocio sombrerero y que nos enseñarían la forma de fabricarlos.
En 1859, el padre Ignacio Barzuna, un cura católico misionero trajo desde Guatemala una amplia variedad de palmas. Estas palmas de Guatemala tenían la característica de tener fibras fuertes pero sin embargo, eran muy flexibles.
Poco después de que el padre Ignacio Barzuna introdujera estas palmas en Bécal, las familias comenzaron a utilizarlo para tejer sombreros de paja. El aspecto y la sensación que daban eran ser idénticos a lo que eran los legendarios sombreros de Panamá, que el pueblo llamaba "sombreros de jipijappa" o "sombreros de jipi." (Jipijappa es una ciudad en Ecuador donde se sabe que se fabrican los mejores sombreros de Panamá)
Durante más de un siglo, los expertos tejedores del sombrero de Becal, han estado tejiendo sombreros de Panamá, que son igual de buenos en apariencia y calidad que los sombreros de paja que se tejen en Ecuador. Los industriales sombrereros conocedores de la fabricación en todo el mundo, tienen altas perspectivas de los sombreros de Panamá que se están realizando en Becal.
En Becal, el clima es muy caliente y seco. Estas dos condiciones hacen que las fibras de la palma se vuelvan frágiles y sea imposible tejer. Para superar este problema, el pueblo maya (la mayoría de la gente en Becal son mayas) tejen a mano los sombreros en cuevas subterráneas naturales y artificiales generalmente construidas en el patio trasero de las casas. Las cuevas ofrecen un lugar lo suficientemente frío y húmedo para permitir que las fibras de paja panamá sean lo suficientemente maleables para ser tejida en sombreros.
Unas prensas artesanales y un horno acaban el proceso en el que intervienen muchas horas de trabajo y de mano de obra. Unas cuantas explicaciones más que nos da el dueño del negocio y pasamos a la tienda. ¿Es recomendable comprar un sombrero allí? pues veréis, nosotros explicamos las causas de porqué NO lo compramos. En vosotros está el decidir si pasáis por este pueblo.
Todos sabemos que el auténtico sombrero de Panamá es caro por su alta calidad que permite doblarlo dentro de una maleta y no perder su forma. En cuanto ves uno de alta calidad, no querrás ver el resto. Así que nos centraremos en los caros, ya que allí hay muchas calidades dependiendo de la fibra, del tejido, de la flexibilidad y de las horas de trabajo que varían entre dos semanas y ocho meses.
Un sombrero panamá de clase media puede costar en Europa unos 100€, de clase alta hasta los 3000€, pero con la salvedad de tener forro con el logotipo de la Unesco, porque sí, la fabricación artesanal a mano con fibras de jipijapa del sombrero panamá es Patrimonio inmaterial de la Humanidad, pero sólo el fabricado en Ecuador. A pesar de tener casi idéntica elaboración en México, donde no e ponen forro y no está reconocido como tal. La diferencia de sólo 20€ menos que en un centro comercial en España, no nos convenció para comprarlo.
No discuten el precio, ni regatean, ni tampoco insisten en que compres, cosa que nos extrañó y creemos que puede ser debido a que tengan vendida toda la producción para la exportación. Si que es recomendable comprar otra serie de enseres también fabricados con jipijapa como amuletos, colgantes, collares, bolsos e incluso pendientes, ya que tienen un precio asequible y son originalísimos.
Salimos de la tienda con unas pocas compras y nos dirigimos a Campeche.