Mérida, la ciudad blanca, la capital de Yucatán, llegamos en autobús desde Valladolid. El trayecto duró menos de dos horas. Cuando uno piensa en una ciudad como Mérida, con casi dos millones de habitantes, la imagina con su centro colonial y éste rodeado de grandes edificios. Pero no, no fue esto lo que nos encontramos. El autobús llevaba más de 15 minutos circulando por calles de casas de una planta, coloridas y bastante estrechas. Pensábamos que era algún pueblo cercano a la gran ciudad de Mérida pero no, era la ciudad de Mérida porque en unos cinco minutos llegamos a la estación central de autobuses. La extensión de la ciudad debe ser enorme con estas viviendas de una o la sumo dos plantas, lo que comprobaríamos en días sucesivos porque salir de la ciudad llevaba, así como unos 25-30 minutos. Un taxi por 50 pesos (2,5€) nos llevó hasta nuestro hotel.
En esta ocasión habíamos elegido un hotel ubicado en una antigua casa colonial, ubicado en la calle 57 a unos 5 minutos andando de la catedral. El edificio era precioso aunque deben mejorar en el mantenimiento de las habitaciones. Hablamos del Gran Real Yucatán.
Mérida fue fundada el 6 de enero de 1542, y construida sobre la ciudad Maya de Tihó a unos 30 km del mar por el conquistador español Francisco de Montejo. Fue bautizada por los españoles como Mérida porque los edificios que encontraron les recordaron los restos romanos de la ciudad extremeña. El sobrenombre de “La Ciudad Blanca” se debe a la limpieza de sus calles, la cal de sus primeras construcciones y la blanca vestimenta de sus habitantes. El trazado de sus calles se realizó a partir de la Plaza Mayor y de ella salían calles anchas de norte a sus y de este a oeste. Desde aquí se fue desarrollando la ciudad en cuadrículas y el nombre de las calles son números; para explicarte como llegar a algún lugar so hace con el número y las cuadras (manzanas) hasta llegar a él. La ciudad no tiene apenas edificios grandes, crece en extensión y no en altura, debido a las corrientes de agua que pasan por su subsuelo. Debido a esto, atravesar la ciudad cuesta mucho, pues tiene innumerables calles, cruces y plazas.
PLAZA MAYOR A lo largo de su historia ha recibido diferentes nombres: Plaza de la Constitución, Plaza de la Independencia, Plaza de Armas, Plaza Mayor y el de Plaza Principal. Está delimitada por las calles 60, 61, 62 y 63.
Trazada desde la fundación de la ciudad con las instrucciones que Francisco de Montejo dictó a su hijo del mismo nombre (conocido como “El Mozo”) para ser el centro político de la nueva ciudad, este espacio público ha visto desde 1542 el paso de la historia de la ciudad de Mérida. Durante el período colonial, la Plaza Principal fue mercado público, lugar de corridas de toros, escenario para aplicar penas corporales y ajusticiar cuando era necesario, además de ser un sitio donde se realizaban torneos y festejos de interés general.
El centro hoy alberga un bello jardín con grandes laureles y muchos bancos para disfrute de los lugareños. Se encuentra rodeada de los edificios más significativos de la ciudad: La Catedral, Palacio del Gobierno. Casa de Montejo y el Palacio Municipal. Durante la revolución mexicana se construyó el llamado "Pasaje de la Revolución" junto a la Catedral y que cumple ya 100 años. Formó parte en su momento de una corriente de transformación arquitectónica, no exenta de polémica, ya que se destruyeron dos capillas catedralicias y parte del Palacio Arzobispal. Se inspira en el famoso Pasaje Vittorio Emanuelle II de Milán, Italia. Hoy en día se utiliza como espacio para propuestas culturales y como centro comercial.
Un consejo, reseñar que no se debe abandonar la Plaza Mayor sin probar excelentes sorbetes y helados artesanos en la terraza de Helados Colón, local inaugurado en 1907.
LA CATEDRAL DE SAN IDELFONSO Ubicada entre la calle 60 y 61 y el pasaje de la revolución. La primera catedral levantada en América Latina, la más antigua de todo México, sede de la archidiócesis del estado de Yucatán, simplemente conocida como la Catedral de San Ildefonso o la Santa Iglesia Catedral de la ciudad de Mérida. Edificada entre 1561 y 1598. Su fachada tiene tres de tres naves: una central y dos laterales, rematada con dos torres y los centrales por tres puertas con arco de medio punto, de una gran austeridad característica del Renacimiento.
En su interior se encuentran tres capillas y la sacristía. Originalmente fueron cinco capillas, sin embargo algunas fueron ya demolidas. Llama la atención su austero interior con sobrias columnas de fuste liso y el techo con bóvedas ornamentadas con casetones.
En el altar mayor se encuentra, desde 1955, una enorme imagen de Cristo crucificado en madera, obra del escultor español Ramón Lapayase. La cruz que lo sustenta es una de las más grandes del mundo dentro de una catedral.
PALACIO DE GOBIERNO. El Palacio de Gobierno se asienta sobre las antiguas casas virreinales, sede del gobierno. No fue hasta el final de la guerra de Independencia cuando se le otorga el nombre de palacio de gobierno y a finales del siglo XIX fue demolida para construir el que observamos hoy día.
Se inauguró a finales del siglo XIX y es un ejemplo de arquitectura ecléctica. En un principio se concentraron aquí todas las dependencias gubernamentales que rigen al estado, quedando hoy en este palacio únicamente la oficina del Gobernador, la Secretaría General de Gobierno, la Oficialía Mayor y las Direcciones Jurídicas y de Prensa. El lugar está dividido en dos plantas unidas por una escalera de piedra y cantera.
Actualmente alberga las oficinas del gobierno del estado. En la planta alta se encuentra el Salón de Actos, donde se presenta la historia de Yucatán a través de diferentes pinturas realizadas por Fernando Castro Pacheco, las cuales están distribuidas en las dos plantas del edificio: galerías, salón de historia y cubo de la escalera. Se encuentra abierto de: 8:00 a.m. a: 10:00 p.m. y recibe constantes visitas de turistas, para las cuales en la entrada principal se encuentra un módulo de información turística que ofrece sus servicios de: 8:00 a.m. a 19:00 p.m. de lunes a domingo.
CASA DE FRANCISCO DE MONTEJO Se encuentra en la calle 63 por 60 y 62. Posterior a la fundación de la ciudad de Mérida en 1542, comienza Francisco de Montejo “el Adelantado” a repartir los terrenos donde los pobladores establecerían sus hogares, habiendo reservado con anterioridad, toda la parte sur de la plaza grande para él. Antes de morir, en 1543, ordena a su hijo construir en ese espacio la casa donde vivirían los conquistadores; la casa se concluye en 1549 siendo Francisco de Montejo “el Mozo” el único habitante.
Esta gran mansión constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura plateresca en México. Del edificio original solo se conserva la portada, con figuras humanas en frisos, puertas y capiteles. PALACIO MUNICIPAL La antigua casa del ayuntamiento fue levantada en el siglo XVII. Se realizaron restructuraciones a finales del XIX y lo que vemos hoy es un edificio ecléctico, de dos plantas con amplias arquerías de medio punto que combinan el Art Decó con detalles de mosaicos y una torre central.
IGLESIA DE JESÚS Y PARQUE HIDALGO Entre las calles 59 y 60 esta iglesia la construyeron los jesuitas en el siglo XVII como anejo a un colegio de la orden. El interior barroco es muy bello y merece dar un paseo por la zona.
La plaza adjunta a la zona se llamó durante años la Plaza de Jesús y a finales del XIX recibe el nombre de Parque Hidalgo, por un batallón indígena denominado hidalgo que se enfrenta que se enfrenta a la insurrección de la Guerra de las Castas.
PARQUE DE LA MATERNIDAD Por iniciativa de la liga de acción social, se levantó un monumento en homenaje a la madre, fundado el primero de febrero de 1909, en el parque Morelos, La estatua, es una reproducción en mármol de la que posee la Ciudad de París, obra de André Lenoir
Está ubicado en la calle 60 y 57¬A (callejón del Congreso) y 59. En este lugar se puede disfrutar de la tranquilidad, buena música nocturna, comprar artesanía o descansar después de una caminata por la ciudad. O como hicimos nosotros, dar cuenta de una buena cena.
PASEO DE MONTEJO
Una de las mayores influencias en la historia de la península de Yucatán durante los siglos XIX y XX es la de la planta de henequén, también llamada sisal (por la ciudad Yucateca de Sisal de donde salían los cargamentos del continente). Esta planta se convirtió en el “oro verde” ya que fue el material textil usado por excelencia en la época. Esto produjo la riqueza de los empresarios en las haciendas de este área. Al principio del siglo XX, como resultado del comercio de henequén o sisal, Mérida era hogar de numerosos millonarios quienes construían sus ricos hogares sobre el Paseo de Montejo, hasta hasta la invención de materiales sintéticos como el nylon o el poliester significó la decadencia de estos pequeños imperios de terratenientes. Ha sido y es la principal avenida de Mérida, un segundo centro de la ciudad, se encuentra divida en dos partes, el “Paseo de Montejo” y “Prolongación Montejo” . Se inicia en la calle 49 y fue diseñado en 1897 e inaugurado en 1904, tiene casi cuatro kilómetros de largo.
Aquí podremos encontrar las casas más antiguas y hermosas de la ciudad, propiedad de las familias más acaudaladas de Mérida. Algunas actualmente funcionan como museos, bancos y otras siguen habitadas por sus dueños actuales. Entre algunas podemos destacar el Palacio Cantón (Actualmente Museo del I.N.A.H), Las casas gemelas construidas por Manuel Cantón, Quinta Montes Molina, etc.
También podremos encontrar monumentos en sus rotondas como la estatua de Justo Sierra, Monumento a Felipe Carillo Puerto, estatua de Gonzalo Guerrero y el Monumento a la Patria.
El Paseo de Montejo hoy es el punto de reunión de la mayoría de los meridanos ya que cuenta con diversos restaurantes, bares, karaokes, discotecas, cafés, pastelerías, aquí hay de todo y para todos los gustos. Los sábados por la noche en el final del paseo se realiza la famosa Noche Mexicana con música regional, venta de "antojitos" mexicanos y artesanías.
MONUMENTO A LA PATRIA Se encuentra localizado en una de las rotondas del paseo más tráfico de la ciudad de Mérida. Es obra del escultor Rómulo Rozo, quien a través de esta obra nos muestra parte de la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta mediados del siglo XX.
LOS ARCOS DE MÈRIDA
Los arcos de la ciudad de Mérida, fueron construidos alrededor del año de 1690, bajo el Gobierno del General Juan José de la Bárcena. El objetivo principal de su construcción fue la demarcación del núcleo central de la capital y sirviendo como extramuros donde habitaban los nativos y también como adorno en las calles. Vale la pena visitar los arcos que se encuentran en la calle 61 (el arco de "Dragones" del siglo XVII ), calle 63 (el arco del "Puente" del siglo XVII -XVIII) y calle 69 ( el arco de "San Juan" del XVIII). Son de los monumentos más originales que se pueden visitar en la ciudad de Mérida.
Es probable que cuando se construyeron en 1690, los arcos de la calle 50 estaban en el monte y sin ninguna construcción a su lado, motivo por el cual no tuvieron puertas, como algunos investigadores suponen. Son el inicio de la muralla que nunca se construyó en Mérida. Pero sin lugar a dudas, una vez visto lo más importante de la ciudad, lo mejor es guardar el mapa y perderse por sus calles en las que se encuentra la esencia de la vida de esa ciudad con lugares mágicos.
Para visitar la ciudad de noche teníamos dos opciones; una era un paseo en calesas que se encuentran al lado de la catedral, que duraba una hora más o menos y su precio era de 350 pesos (18€), la otra era el Turibus, un bus turístico que por 120 pesos (6€) y unas dos horas de recorrido que llevaba por todo el centro, el paseo de Montejo y algunos barrios de la ciudad. Esta segunda fue la que elegimos nosotros y la verdad es que nos gustó mucho. La ciudad de noche luce espectacular y si no mirad estas fotografías nocturnas.
Esto es un resumen de lo que nosotros vimos en Mérida, pero nos dejamos muchas cosas como Museos, barrios y sobre todo nos quedó la sensación de que hubiéramos necesitado otro día más para poder disfrutar del ambiente de la ciudad que era espectacular. Música en vivo por donde se pasara y a cualquier hora, terrazas llenas de encanto, gente alegre discurriendo de un lado a otro, espectaculares locales de artesanía, vendedores ambulantes, casas de impactantes colores. Es decir, una ciudad llena de vida.